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Luis Bolívar: «Nos rasgamos las vestiduras porque nos quitan un premio, pero el sector está haciendo poco por Bogotá»

Abc.es 

Mientras Juan de Castilla estaba en Vic toreando bajo la lluvia a un toro de Prieto de la Cal, en una corrida concurso; y a la vez del sorteo de los toros de Miura de esta tarde, a los que también se enfrentará el diestro colombiano -toda una gesta, sin duda-, se ha presentado en Las Ventas el libro 'La Santamaría, 90 años de primera', y es que la plaza de Bogotá es la más señera de toda Sudamérica. Inaugurada en en mismo año que la Monumental madrileña , al coso colombiano le está costando cumplir cada año, dado lo crítico del momento en ese maravilloso país hermano. El debate sobre la prohibición está en el congreso. Ya han pasado por esta situación más veces, y la Santamaría ha tenido que cerrar, en varias ocasiones, sus puertas. Mas, al final, la justicia siempre acaba dando la razón a la Fiesta. Ahora se encuentran a la espera de la siguiente resolución de la Cámara. En un acto presentado por David Jaramillo, Paco Aguado recordó que aquella plaza que creó la familia Sáenz de Santamaría, tuvo detrás a Rafael el Gallo para su edificación. «Esta plaza es la capital del toreo en América, quitando La México». El Dorado de América, para los toreros, era ir ahí. «La plaza merece que se celebre el centenario, en plenitud. Hay que devolver a la Santamaría su alma y grandeza, esas que pueden leerse en este libro», dijo el periodista, que remarcó la viva conexión que supone la Fiesta entre Colombia y España . Conexión que conoce de primera mano El Niño de la Capea. «La gente iba con muchísima ilusión, y eso suponía una motivación impresionante para el torero», explica el maestro. Por allí fueron todos los toreros españoles, ídolos de la afición, que era alegre, pero no festivo, es decir, agradecían lo bueno, pero también sabían ver. Un triunfo allí servía para coger caché en todas las plazas de América. En aquellos años «las temporadas en la Santamaría eran largas, porque había mucha afición que así lo pedía. Yo un año empalmé una corrida allí con una de Fallas». Noticia Relacionada estandar Si La unión hace la fuerza: Se crea el Consejo Internacional de Culturas Taurinas Alicia P. Velarde La finalidad del convenio es «promover, difundir, enaltecer, preservar y defender todos los valores que rodean la actividad taurina», como explicó Victorino Martín Luis Bolívar, que vivió los últimos tiempos de gran esplendor de la plaza, mantiene la ilusión de que vuelvan. El colombiano recordó el gran revulsivo que fue para Colombia la figura de César Rincón, ídolo de masas allí. Ahora falta ese gran torero: «Los tiempos cambian, y han hecho falta las figuras del toreo para ilusionar a la gente. La afición demandaba eso. Bogotá siempre ha sido un icono de la tauromaquia, pero ahora mismo las oportunidades escasean en el país, y el relevo es fundamental. Colombia necesita toreros», explicó Bolívar. Además, aprovechó a hacer un llamamiento a todos los aficionados para que les apoyemos en estos momentos: «Estamos en manos de los políticos. Nos rasgamos las vestiduras porque nos quitan un premio, pero pocos hacen nada por Bogotá. Esa frivolidad del sector, que es muy individualista, me deja perplejo, porque podemos caer y somos una pata fundamental del sector global. Todos tenemos una cultura en común heredada de España, y tenemos que estar juntos y reaccionar. El otro día hicieron una unificación de voluntades en la Fiesta, y eso es fundamental», terminó diciendo. El Capea le daba la razón, diciendo que habría que hacer algún festival internacional, por ejemplo, para enseñar la Fiesta: «Hay que llamar la atención de la gente hacía el toreo. No sólo mostrar a un torero bravo en redes, sino hacia la Fiesta en su conjunto». También asentía Víctor Duisabá, autor del libro: «Si no luchamos, nos van a ganar sin argumentos, que es lo peor. Pero con esta forma de proceder nos ponen en una tesitura muy difícil. En los toros se reúne la sociedad entera, se convive, y se comparte una historia. Hay un ejemplo de democracia, como pocos. El que debería haber en el terreno político, si se abriera la Santamaría, que ahora está cerrada fruto de la ignorancia y el populismo». Cuando se hizo la plaza llegó la Gran Depresión. Desde entonces, siempre ha estado en el filo de la navaja, pero siempre ha sobrevivido. «Vamos a esperar que siga siendo así. Siempre hemos ganado la batalla de la Fiesta», explicó el autor, que sabe que hay que seguir dando la batalla en los tribunales y nunca perder la esperanza. Se nos dijo que la fe mueve montañas y ese es el camino a seguir.

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