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Abascal se abraza a Milei, Le Pen y Meloni como impulso para «derrotar a los enemigos de España»

Abc.es 

Vox se ha dado este domingo un baño de masas en Madrid como impulso para las elecciones europeas del próximo 9 de junio, abrazado a sus socios a uno y otro lado del Atlántico y con el presidente argentino, Javier Milei, como estrella invitada. El barrio de Carabanchel de Madrid era un hervidero desde primera hora de este domingo. «¿Qué hay hoy aquí?», preguntaba una despistada vecina. «Un acto de Vox, viene el presidente de Argentina», respondía un grupo de cuatro personas que seguía la ola de gente que salía de la boca de metro en dirección al Palacio de Vistalegre. Cerca, otro grupo avanzaba cargado de banderas de España por el paseo Marcelino Camacho, histórico líder comunista que seguro que no imaginó que haría de pasarela para caras de la Europa más conservadora a las que Vox ha reunido hoy en Madrid, como la francesa Marine Le Pen o el polaco Mateusz Morawiecki, además del esperado Javier Milei en su primer viaje a España desde que fuera elegido presidente de Argentina. Tras alguna cola y el último café, más de 10.000 personas han llenado el tendido y el ruedo de Vistalegre, dispuestas a sacar a Santiago Abascal por la puerta grande. En total, según los organizadores, 28.900 personas han pasado por el recinto desde el viernes para participar en el Viva 24, con una jornada para jóvenes el primer día, mesas redondas el sábado y el gran acto político del domingo. Durante la espera a sus líderes, canciones, vídeos con imágenes del Gobierno para ir encendiendo el ambiente y banderas de España a un lado y a otro, acompañadas por alguna enseña de Argentina, Venezuela o Israel. Después ha empezado el desfile por el escenario de los aliados internacionales de Vox, todos con un discurso común contra la izquierda y el comunismo. Abucheos y pitos cada vez que salía el nombre de Pedro Sánchez, Joe Biden o Pablo Iglesias; aplausos para las citas a Donald Trump, a Giorgia Meloni y por supuesto a Santiago Abascal. El acto lo ha abierto José Antonio Ortega Lara, en cuyo discurso no ha pasado desapercibido un toque de atención al partido: «Debemos seguir trabajando para mejorar nuestro ideario. Se trata de fortalecer lo que hemos hecho bien y también tenemos que reconocer que algunas cosas hemos hecho mal y corregirlas para que no vuelvan a suceder en el futuro. Tenemos que ser humildes para lo bueno y también para lo malo». Después todo ha sido fervor colectivo, aunque el clamor ha llegado con Milei y Abascal, que han intercambiado halagos y abrazos. El líder de Vox ha proclamado su objetivo, vencer a todos «los enemigos de España» y hacerlo también en Bruselas de la mano de sus aliados y «amigos». Ha sido especialmente duro con el Partido Popular, «la derechita cobarde y estafadora» a la que ha señalado como culpable de que no haya sido aún posible «echar a patadas y correr a gorrazos» a los socialistas del Gobierno. «Un día hace opone a estas cosas y al día siguiente las aprueba, un día se manifiesta contra este Gobierno y al día siguiente está mendigando cualquier pacto», ha reprochado. Abascal ha hecho un repaso a sus habituales críticas al Gobierno, sin olvidar que Sánchez se puso a «lloriquear miserablemente» cuando se le pidió explicaciones (en alusión a sus cinco días de reflexión) o las manifestaciones a favor de Palestina. «Su modelo educativo se parece al nazi, en las universidades se está volviendo idéntico expandiendo antisemitismo repugnante que es siempre preludio de las grandes tragedias», ha avisado. Antes que él, Milei había subido al escenario al grito de su tradicional 'viva la libertad, carajo' y entonando su versión de una canción que le acompaña desde su llegada a la Casa Rosada, Panic Show, de La Renga, y sus personalistas versos: «Soy el rey, soy el león (…) Soy el rey, te destrozaré, toda la casta es de mi apetito». A partir de ahí ha desaparecido la espontaneidad y el presidente argentino se ha metido entre papeles para leer un largo discurso plagado de datos económicos y en el que no han faltado alertas contra el socialismo, algo que ha calificado de «maldito y cancerígeno», y de esconder «lo peor» del ser humano, «envidia, odio, resentimiento» e incluso «si es necesario el asesinato». «No olvidemos que los malditos socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos». Sin embargo, los mayores aplausos han llegado con la referencia a los cinco días de reflexión que se tomó Pedro Sánchez tras la polémica por el trabajo de su mujer, Begoña Gómez, que no ha dudado en tildar de «corrupto». «No podemos dejarnos correr ni un milímetro por los zurdos. Cuando dejemos una rendija abierta nos atacarán desde una posición mejor para ellos», ha insistido Milei no sin antes dejar claro que está protegido frente a las críticas: «Me importa un rábano lo que opinan los zurdos». Antes también había subido al escenario el ministro israelí Amichai Chikli para subrayar las diferencias entre Pedro Sánchez y Santiago Abascal en su respuesta al atentado de Hamás del 7 de octubre y reivindicar la lucha de su país: «Es una batalla existencial por el futuro de nuestra civilización frente al islamismo radical». Para Vox, este acto ha servido como pistoletazo de salida para las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio, a las que llega con ambición de crecimiento y la esperanza de que su familia política pueda condicionar la configuración de la próxima Comisión Europea. Su número uno, Jorge Buxadé, ha aprovechado para desglosar sus principios para esta campaña y próxima legislatura europea: «Defensa del hombre y la familia, protección de las fronteras, deportación masiva de inmigrantes ilegales, combate con determinación el islamismo radical y liberar a Bruselas de todo residuo de la diabólica Agenda 2030». Esta idea ha sido apoyada por Meloni, Orban o Le Pen, que ha viajado a Madrid para reivindicar su mensaje en defensa de los pueblos y las naciones. «Nosotros somos los únicos que defendemos de verdad Europa, unidos en la diversidad», ha proclamado coincidiendo con el discurso de Buxadé, que estos días ha reivindicado que los antieuropeos son los demás y ellos quienes defienden a su ciudadanía, su empleo, su campo o su industria. A través de la pantalla pero en directo desde Italia, Giorgia Meloni ha incidido en esta idea ante la fase de «declive» que ha avisado que atraviesa Europa por culpa de las «locas recetas y el centralismo ideológico» de la izquierda. Y ha augurado un «gran futuro por delante» para Vox en España y en Europa. «Es hora de la movilización, de salir a la calle, tenemos el deber de luchar hasta el último día porque ningún cambio en Europa es posible sin los conservadores europeos, somos el motor y los protagonistas del renacimiento de nuestro continente», ha proclamado.

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