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Nueva ruta: el proceso de toma de decisiones detrás de un cambio profesional

Nueva ruta: el proceso de toma de decisiones detrás de un cambio profesional

El mundo laboral contemporáneo se caracteriza por una búsqueda constante de realización personal y profesional. Según un estudio de Gallup, sólo el 13% de las personas encuentran la felicidad en su trabajo, lo que sugiere un descontento generalizado en la fuerza laboral. Este descontento, junto con el deseo de libertad, autonomía y realización, provocó que un creciente número de ejecutivos abandonaran sus exitosas carreras corporativas para adentrarse en el desafiante mundo del emprendimiento.

Los motivos detrás de esta tendencia son diversos y reveladores. Según Guidant Financial, aproximadamente el 29% de los emprendedores optaron por este camino porque anhelaban ser sus propios jefes. Esta autonomía y libertad para tomar decisiones es un atractivo irresistible para muchos que se sienten limitados por las estructuras jerárquicas de las grandes empresas. Además, alrededor del 17% de los emprendedores iniciaron sus negocios debido a la insatisfacción con las empresas tradicionales, mientras que otro 16% lo hizo para perseguir sus pasiones.

El concepto de emprendimiento evolucionó a lo largo de los siglos, pero su esencia sigue siendo la misma: iniciar algo nuevo, innovar y asumir riesgos. Desde la época del economista irlandés-francés Richard Cantillon, quien lo acuñó por primera vez, hasta la era actual, los emprendedores han sido vistos como agentes de cambio que desafían el status quo y generan progreso económico y social.

Este cambio hacia el espíritu empresarial se ve respaldado por cifras impactantes. Según un informe de Global Entrepreneurship Monitor, casi el 19% de los adultos están en proceso de fundar una empresa o lo han hecho en los últimos tres años y medio en Estados Unidos. Este es el nivel más alto registrado desde que comenzó la encuesta en 1999, lo que indica un cambio significativo en la mentalidad laboral y una mayor inclinación hacia la independencia y la innovación.

Para muchos, la transición de una carrera corporativa a la vida empresarial representa una búsqueda de un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Las largas horas de trabajo, la falta de tiempo con la familia y la lucha por mantener la salud física y mental pueden llevar a la insatisfacción y el agotamiento en el ámbito corporativo. Sin embargo, aunque el emprendimiento ofrece la oportunidad de establecer horarios flexibles y priorizar el bienestar personal, sobre todo en los inicios pueda darse la paradoja de que tome incluso más horas de dedicación.

Además, algunos emprendedores están motivados por el deseo de lograr un impacto significativo en el mundo. Después de una exitosa carrera corporativa, muchos buscan canalizar su experiencia y recursos hacia la solución de problemas sociales y ambientales a gran escala.

Sin embargo, el camino del emprendimiento no está exento de desafíos. Más del 67% de las nuevas empresas nunca ofrecen un retorno positivo a los inversores, lo que subraya la realidad de que el éxito empresarial no está garantizado.

Así, en el cruce entre la seguridad del mundo corporativo y la audacia del emprendimiento personal, se entreteje una compleja red de desafíos, temores y oportunidades. Es en este preciso punto donde el miedo, esa emoción omnipresente, cobra un papel protagónico. Para muchos, el temor se magnifica cuando se tienen responsabilidades familiares que sostener y un nivel de vida establecido que actúa como un ancla, dificultando el desapego del entorno corporativo. Sin embargo, al adentrarnos en el territorio del emprendimiento, nos abrimos a un vasto universo de posibilidades. Es aquí donde el espíritu emprendedor nos invita a explorar opciones que suelen pasar desapercibidas en la rutina empresarial, revelando un mercado fértil para la innovación y el crecimiento.

Este análisis meticuloso de las posibilidades implica un viaje introspectivo, una reflexión profunda sobre cuándo y cómo dar el salto hacia un camino menos transitado pero potencialmente más gratificante. El emprendimiento en paralelo al trabajo corporativo es una etapa de validación y aprendizaje. Pero la experiencia de emprender dentro de la corporación también puede brindar un terreno seguro para experimentar y desarrollar habilidades empresariales. Es el laboratorio donde se forjan los cimientos del futuro emprendimiento personal. El bagaje adquirido en el mundo corporativo es invaluable. La metodología de trabajo, las conexiones y el conocimiento del mercado son activos que pueden impulsar el éxito del emprendimiento. Emprender no implica cortar vínculos, sino transformarlos en oportunidades de crecimiento.

No hay un momento perfecto para emprender. La decisión de dar el salto debe surgir de una convicción interna, más que de condiciones externas. En esta indeterminación del tiempo o ampliación de los marcos temporales para emprender colabora el hecho de que la percepción del fracaso evolucionó. En las nuevas generaciones, el miedo a emprender y fracasar perdió su estigma. La flexibilidad y adaptabilidad son valores en alza, y la carrera profesional ya no sigue un guion preestablecido. Emprender se percibe como un acto de valentía y resiliencia, más que como una opción desesperada.

El cambio en el entorno empresarial, con un ecosistema emprendedor más contenedor, también favorece dar el salto. Capacitación, fondeo, difusión de metodologías están más disponibles que antes y los casos de éxito se visibilizan más rápido y son testimonios vivos que inspiran y demuestran que el camino del emprendimiento es viable. Además, el acceso a recursos y la reducción de costos flexibilizó la posibilidad de lanzarse por cuenta propia.

Escucha crítica: Escuchar consejos es importante, pero mantener la independencia de criterio lo es aún más. Tomar decisiones basadas en convicciones propias, aunque divergentes de las opiniones externas, es clave para el éxito. El temor a defraudar expectativas ajenas debe ceder ante la confianza en las propias capacidades.

Sin embargo, la experiencia de quienes han iniciado este camino también vale y permite extraer recomendaciones básicas para apuntalar el proceso de tomas de decisiones, a saber:

Evalúe su preparación: Antes de dar el salto al emprendimiento, es fundamental evaluar su preparación en todos los aspectos. Además de considerar sus habilidades y metas, es crucial tener un plan financiero sólido que le permita cubrir sus gastos durante los primeros meses de operación. También debe estar mentalmente preparado para enfrentar la incertidumbre y el fracaso que pueden surgir en el camino.

Construye tu red de contactos: La construcción de una red sólida de contactos es esencial para el éxito empresarial. Aproveche todas las oportunidades para establecer relaciones con mentores, colegas, proveedores y clientes potenciales. La red de contactos no solo puede proporcionarle apoyo y orientación, sino también abrir puertas a nuevas oportunidades comerciales.

Planifica tu salida: No tome decisiones precipitadas al dejar su trabajo corporativo. Planifique cuidadosamente su salida, teniendo en cuenta las implicaciones legales y profesionales. Comunique su decisión de manera profesional a su empleador y colegas, y asegúrese de cumplir con sus responsabilidades antes de irse. Una salida planificada puede ayudar a preservar su reputación y mantener relaciones positivas en el futuro.

Gestiona tu tiempo: La gestión eficaz del tiempo es esencial para los emprendedores. Establezca horarios claros, priorice tareas importantes y evite la procrastinación. Aprenda a equilibrar su vida laboral y personal, y dedique tiempo a actividades que lo recarguen emocionalmente. Utilice herramientas y técnicas de gestión del tiempo para maximizar su productividad y evitar el agotamiento.

Aprender y adaptarse: El emprendimiento es un viaje de aprendizaje continuo. Esté abierto a recibir retroalimentación y aprenda de sus errores y fracasos. Manténgase actualizado con las últimas tendencias y desarrollos en su industria, y busque oportunidades para mejorar sus habilidades y conocimientos. Cultive una mentalidad de crecimiento y celebre sus logros a lo largo del camino.

Historias de cambio

Si bien una gran oficina en la esquina y un título elegante en una empresa Fortune 500 pueden parecer la meca, la verdad es que algunas personas simplemente no están hechas para la vida corporativa. En una de sus últimas ediciones, Business Insider recogió el testimonio de varios emprendedores que dieron el salto desde el mundo corporativo:

El informe menciona, entre otros, el caso de Anastasia Leng, quien dejó su cómodo puesto de gerente de Desarrollo Comercial en el gigante tecnológico Google para cofundar Hatch.Co, un mercado en línea para productos personalizados que conecta a los fabricantes con los clientes. Le dijo a Business Insider que, si bien tenía una increíble red de gerentes en Google, todavía se sentía obligada a forjar su propio camino. "Y ahora siento que estás solo en este mundo grande y malo y que tienes mucho menos atractivo porque no tienes el poder de Google. Y, sin embargo, nunca me he sentido más realizada porque los errores que cometes son tuyos y las victorias que obtienes también son tuyas".

Después de una década en VMware, como ingeniero principal y director de tecnología de almacenamiento, Satyam Vaghani se fue para cofundar PernixData con Poojan Kumar, quien creó Exadata de Oracle. PernixData, una empresa de almacenamiento empresarial, recaudó 27 millones de dólares en financiación después de su primer año e incluso selló una asociación con VMware. Vaghani dijo que la decisión de irse fue difícil y un gran riesgo, y sólo el tiempo dirá si tomó la decisión correcta. "[Fue] un gran riesgo para mi carrera. Yo era un líder en almacenamiento y estaba renunciando a eso. ¿Tomé la decisión correcta? Ya veremos".

David Jones pasó 15 años como líder de marketing integrado de Havas Global, llegó a convertirse en director ejecutivo de la empresa, pero aún así no pudo resistir sus tentaciones empresariales. En 2009, dejó Havas para fundar Un Mundo Joven, un foro juvenil global que conecta a los adultos jóvenes con una red de líderes. "Me picó el gusanillo [emprendedor]. Se trataba de la oportunidad y de mi deseo de ser emprendedor. Me arrepentiría siempre de no haberlo hecho".

El viaje empresarial es único para cada individuo, pero todos comparten la pasión por la innovación, la libertad y el deseo de dejar una marca en el mundo. Como dijo Mark Zuckerberg, "El mayor riesgo es no correr ningún riesgo". Los emprendedores son los soñadores y los hacedores que continúan dando forma al mundo, una idea innovadora a la vez. Desde revoluciones industriales hasta auges tecnológicos, los emprendedores trascendieron fronteras, revolucionado industrias y creando innovaciones que cambiaron el mundo. Hoy, los emprendedores son más diversos y numerosos que nunca, impulsados por la pasión, la determinación y el deseo de hacer una diferencia. Aunque el camino del emprendimiento está lleno de desafíos, también ofrece la oportunidad de alcanzar nuevas alturas y dejar un legado perdurable en la historia.

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