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Residencias oficiales vacías: siete comunidades pagan casas en las que sus presidentes han renunciado a vivir

Residencias oficiales vacías: siete comunidades pagan casas en las que sus presidentes han renunciado a vivir

Siete presidentes autonómicos tienen a su disposición residencias oficiales acondicionadas para vivir durante sus años de mandato. Catalunya, Euskadi, Galicia, Illes Balears, Extremadura, Asturias y Canarias cuentan con pisos, chalets o palecetes destinados a ese fin. En la actualidad, sin embargo, ninguno de esos mandatarios ha decidido trasladarse a esas casas que sufragan sus propios ejecutivos y prefieren residir en sus respectivos domicilios privados.

La Casa dels Canonges es la residencia oficial de los presidentes de la Generalitat de Catalunya. Se trata de una vivienda cercana al propio Palau de la administración catalana, en el centro histórico de Barcelona. Hoy en día se celebran allí reuniones, almuerzos y recepciones, pero el actual president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, no lo ha utilizado como su vivienda habitual y reside en su casa de la localidad de Pineda de Mar (Barcelona). En su día sí vivió allí Josep Tarradellas cuando regresó del exilio franquista. Y también residieron en Canonges Francesc Macià y Lluís Companys durante la II República.

La situación es similar en Euskadi, donde los lehendakaris tienen como residencia oficial el Palacio de Ajuria Enea. Este edificio centenario situado en una de las mejores zonas de Vitoria no ha sido utilizado habitualmente por el presidente vasco de los últimos nueve años, Iñigo Urkullu, que ha optado por residir en su propio domicilio, en Durango, dada la incomodidad de un espacio que se considera anticuado. El lehendakari ahora en funciones sí ha acometido unas obras aún inacabadas en el complejo para dotarlo de un nuevo salón de recepciones y que Ajuria Enea tenga más uso.

Antes de él sí que vivieron en el palacio vitoriano sus predecesores Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Patxi López. Pero por el momento se desconoce si su previsible sucesor en el cargo, Imanol Pradales, ganador de las elecciones del pasado 21 de abril, optará por trasladarse al palacio o si seguirá residiendo en su domicilio de Portugalete (Bizkaia). 

70.000 metros cuadrados en Santiago de Compostela

La residencia oficial destinada en Galicia al presidente de la Xunta ocupa una superficie de unos 70.000 metros cuadrados –25.000 de edificación y otros 45.000 de zona ajardinada– en Monte Pío, una de las subidas al emblemático monte Pedroso de Santiago. El inmueble lo encargó Manuel Fraga Iribarne, que se mudó a vivir allí en 2002. Costó una cantidad de fondos públicos nunca aclarada entre los siete y los 10 millones de euros y del diseño se ocupó el arquitecto Manuel Gallego Jorreto.

El espacio fue utilizado tanto por Fraga como por el socialista Emilio Pérez Touriño, que estuvo al frente de la Xunta entre 2005 y 2009 y que después recordaría que le impresionaron las instalaciones por el tamaño y recursos, como la piscina climatizada o la sauna. También se instaló en este edificio, que tiene una parte de vivienda y despachos que han recibido un uso institucional, el actual líder del PP estatal, Alberto Núñez Feijóo en sus primeros años como presidente del Gobierno gallego.

Más adelante sus teóricos habitantes dejaron de frecuentarla: Feijóo se trasladó a A Coruña a raíz de su relación con Eva Cárdenas y el nacimiento del hijo de ambos. Y el actual presidente, Alfonso Rueda, nunca llegó a mudarse. Sigue residiendo en la vivienda que tiene en la ciudad de Pontevedra. En Monte Pío se queda algunas noches, cuando la agenda hace que sea más práctico dormir en Santiago.

En el caso de Balears, el Consolat de Mar es la residencia institucional y oficial de la presidencia autonómica, pero los distintos líderes del Govern no han dispuesto nunca de ella para residir. De hecho, la actual presidenta balear, la popular Marga Prohens, vive en su vivienda particular de Palma. Ya el primer presidente balear, Gabriel Cañellas (AP/PP), rehusó utilizar el Consolat con fines privados. Y el resto de dirigentes autonómicos –Cristòfol Soler (PP), Francesc Antich (PSOE), Jaume Matas (PP), José Ramón Bauzá (PP), Francina Armengol (PSOE) y Prohens– han seguido en la misma línea: mientras ejercieron el cargo, siempre vivieron en sus pisos particulares.

El caso más paradigmático fue el de Matas, que residía en un palacete ubicado en la exclusiva calle Sant Feliú y que estuvo en el punto de mira de los tribunales a tenor de un supuesto enriquecimiento ilícito del exdirigente popular que nunca llegó a ser demostrado. 

Los presidentes del PP evitan vivir en la capital extremeña

En Extremadura también existe una residencia oficial, pero hasta ahora tan solo ha sido usada por los dos presidentes del PSOE, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara, que residieron en esta vivienda, situada en la avenida José Fernández López de la capital extremeña, Mérida, con sus respectivas familias.

El expresidente José Antonio Monago y la actual jefa del Ejecutivo extremeño, María Guardiola, ambos del PP, optaron seguir residiendo en Badajoz y Cáceres, respectivamente. Monago, en plena polémica entonces por la treintena de viajes a Canarias pagados con cargo al presupuesto del Senado entre 2009 y 2010, decidió cerrar la residencia de la capital extremeña e incluso ponerla a la venta en un portal de internet. Por su parte, María Guardiola informó al principio de la legislatura que utilizaría la vivienda de forma muy puntual.

No obstante, según consta en el portal de Transparencia, desde el pasado verano se han gastado al menos 25.000 euros en la limpieza del inmueble, la pintura interior, mobiliario para el jardín y un robot de limpieza para la piscina. El chalé tiene una superficie útil de 600 metros cuadrados, 1.500 metros cuadrados de jardín, tres dormitorios, dos baños, un aseo, zona de servicio, dos salones y cocina con office en la segunda planta. La tercera es un apartamento independiente con dos dormitorios, baño, salón, despacho y cocina, y en la primera planta hay una sala de espera y seis despachos.

En Asturias también existe una residencia para la Presidencia del Principado, si bien el actual mandatario, Adrián Barbón, no la utiliza porque reside en su vivienda habitual, en Pola de Laviana, capital del concejo minero de Laviana. Barbón únicamente hizo uso de esta residencia durante la pandemia, instalándose en este apartamento de manera continuada los meses del confinamiento. En algunas ocasiones, también se queda allí algún fin de semana por motivos de agenda.

El apartamento fue habilitado en la tercera planta del Palacio de la Presidencia, ubicado en la calle Suárez de la Riva de Oviedo, frente a la Junta General del Principado, en tiempos de la presidencia del socialista Juan Luis Rodríguez Vigil, entre 1991 y 1993. Fue remodelado en la etapa de Francisco Álvarez-Cascos, en 2011. Cascos y Antonio Trevín (1993-1995) fueron los dos únicos presidentes asturianos que ocuparon de continuo la vivienda, el primero porque residía en Madrid y el segundo porque tenía su vivienda habitual en Llanes. En la actualidad consta de una habitación grande y tres más pequeñas, una cocina, un salón de estar-comedor, una salita habilitada como despacho y dos baños.

En Canarias la residencia oficial del presidente se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria aunque en Tenerife, en el mismo edificio de la Presidencia, hay un “apartamento” en la parte alta que se puede utilizar también como vivienda y que también es propiedad de la administración autonómica. Pero el uso que se da a las dos viviendas ahora mismo no es residencial y solo se utilizan para actos y reuniones oficiales.  

Chaves vivió en la Casa Sundheim

En Andalucía no existe residencia oficial del presidente de la Junta. El actual titular del cargo, Juan Manuel Moreno, reside en su casa particular. Cuando se remodeló el Palacio de San Telmo, en Sevilla, como sede permanente del Gobierno andaluz se reservó un espacio para albergar una futura residencia presidencial, pero nunca se hizo. Actualmente esas dependencias las ocupan despachos y funcionarios. Manuel Chaves, presidente de la Junta entre 1990 y 2009, fue el único que tuvo residencia oficial en Andalucía. En 1992 se mudó con su familia a la Casa Sundheim, un palacete sevillano que había sido la primera sede de la oficina de Manuel Olivencia como comisario de la Expo’92.

En la Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, Navarra, Castilla-La Mancha, Aragón, La Rioja, la Región de Murcia y Cantabria nunca se ha establecido una residencia oficial para sus respectivos presidentes.

Castilla y León es un caso peculiar. Aunque el presidente autonómico tampoco dispone allí de una residencia oficial, sí paga un piso a su actual mandatario, Alfonso Fernández Mañueco, al igual que hizo con su antecesor, Juan Vicente Herrera, a lo largo de 16 años en los que de las arcas públicas salieron 705.039,68 euros para sufragar el alquiler de la vivienda presidencial.

La inédita costumbre de pagar el piso al presidente no la impuso Herrera. Según Transparencia, un piso ubicado en la Acera de Recoletos, en plena 'milla de oro' de Valladolid, y de 199 metros cuadrados, se alquiló desde el 1 de agosto de 1985, cuando la Junta estaba en manos del PSOE y no había una sede autonómica. Uno de los ocupantes del piso de Recoletos fue José María Aznar, presidente de la Junta de Castilla y León entre 1987 y 1989: las crónicas de esa época hablaban del piso de la pareja Aznar-Botella en pleno centro de Valladolid y de su intensa vida social.

El particular caso de Castilla y León

En realidad, cuando Aznar llegó al gobierno autonómico ya estaba habilitada una vivienda para el presidente en la sede de Presidencia en el Colegio de la Asunción, en el barrio de Covaresa, pero en esa época era una zona poco habitada que no agradó al responsable de la Junta. Posteriormente fue Herrera el que se aposentó en el piso de la Acera de Recoletos, propiedad de la empresa Conre SL, durante más de tres lustros.

Mañueco nunca llegó a ocupar esa casa y el alquiler se rescindió en 2019, pero no porque rechace un alquiler pagado por las arcas públicas sino porque prefirió otro piso cuya ubicación Presidencia se niega a desvelar “por razones de seguridad”. No sale barato, pero sí algo más económico que el de Recoletos. La renta ascendía, en 2019, a 1.460 euros al mes. El caso de Castilla y León es único. Ninguna otra comunidad paga el alquiler a su presidente.

*Con información de Arturo Puente, Iker Rioja, Beatriz Mato, Esther Ballesteros, Santiago Manchado, Leticia Quintanal, Jennifer Jiménez, Daniel Cela, Adolf Beltrán, Olivia García, Laro García, Rodrigo Sáiz, Laura Cornejo, Carmen Bachiller, Candela Canales y Elisa Almagro.

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