Antonio Banderas se marca el reto de convertir Málaga en la Broadway andaluza
El sueño de Antonio Banderas en Málaga es dejar un teatro sólido, que perdure en el tiempo hasta cuando su fundador ya no esté. Para eso toma el modelo del teatro público americano, que se llama así porque es de aquellos que ocupan el patio de butacas. Quiere un teatro abierto a todos , pero no de cualquier manera, sino con la calidad de los mejores. Un 'Broadway andaluz' en calle Córdoba, en el barrio del Soho que comenzó a transformarse cuando el actor se fijó en el viejo teatro Alameda para erigir su teatro. Para ellos vuelve a contar con el apoyo de Caixabank, socio principal de esta aventura en el que invierten más de un millón de euros anuales . Lo ha hecho en los últimos cinco años y lo hará en los próximos tres años. Con una balance de 300.000 espectadores en Málaga y más de 192.000 en las giras de las producciones, la idea es seguir creciendo de una forma romántica. De acorde a aquel sueño inicial por el que ya han pasado 100 compañías. Para ello, Banderas tiene un hoja de ruta que va cumpliendo. Primero fue mostrar a todos los clásicos del musical, decirle al mundo que desde Málaga se podía hacer algo de una calidad envidiable. «Ir a Madrid o Barcelona de gira» , reseña. Y lo ha conseguido con las producciones de A Chorus Line o Company. Ahora espera a Gipsy, en que está dando puntada hasta en el vestuario, y a la comedia romántica Tocando Nuestra Canción, que está en ensayos. Luego reconoce que quiere ir un paso más allá. «En los próximos años quiero producir más musicales propios . Guiones y obras de autores de aquí. Hay talento para eso«, señala Antonio Banderas, donde las presentación de la renovación del acuerdo con Caixabank, donde ha dicho que volverá a Broadway en 2025 y que este verano volverá a grabar un película con Anthony Hopkins en Serbia. Y en medio la misión de un teatro para todos, que no quiere que sea para la élite, sino para todos aquellos que se quieran acercar. Un lugar de cultura abierto. «Estamos haciendo un esfuerzo enorme por traer a la gente al teatro. Concretamente, a gente que no está acostumbrada al teatro . Estamos buscando la manera de que las personas que no puedan permitírselo puedan conseguir entradas para ver una obra comprado paquetes de entradas o con alguna fórmula», afirma el actor. Eso lo lleva a la formación con Sohrlin, la escuela que se está retrasando por las obras, donde este verano ya va haber clases de máster y pronto se esperan los cursos reglados. «Necesitamos técnicos en el teatro. No hay. Con todo el paro que hay es una oportunidad para tener un trabajo bien remunerado», afirma Banderas. Ahí vuelve a asomar su aspecto más social, en que quiere hacer accesibles estos estudios de alto nivel a cualquiera con un programa de becas que ya está negociando. «Estamos dándole vueltas a ver cómo podemos hacer que esté gente que financieramente no andan bien», relata el actor sobre sus ideas para este espacio de 8.000 metros cuadrados, donde habrá un auditorio para 1.600 espectadores, además de la escuela.