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De la "competencia de monedas" a la dolarización: riesgos, contradicciones y los casos de Perú y Uruguay

"Vamos a permitir la competencia de monedas", volvió a asegurar el presidente Javier Milei, esta vez en el cierre de la convención de los Ejecutivos de Finanzas del IAEF. El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció la semana pasada que el Gobierno puso el modelo sobre la mesa y puso como ejemplo a Perú y Uruguay como países donde se aplica.

"Supongamos se puede utilizar el dólar y permitimos que se use el dólar como otra moneda más; conforme aumente la demanda de dinero, la única forma de monetizar es con los individuos metiendo los dólares adentro de la economía", indicó el mandatario sobre los pasos a seguir en su "plan de estabilización". Eso incluye el ingreso de divisas pero también que se vuelque lo que hoy está guardado en el colchón. 

El ministro de Economía, Luis Caputo, que advirtió antes de sumarse a las filas libertarias sobre los riesgos de la dolarización, planteó ante la misma platea que la competencia de monedas "va a ser la convivencia del peso con otras monedas, particularmente el dólar porque es la moneda que la gente elige acá. Va a solidificar el proceso de desinflación y garantizar la estabilidad cambiaria y monetaria".

Los economistas coinciden en que, en los hechos, la economía argentina hoy es bimonetaria. "Las tres funciones del dinero son ser unidad de cambio, de medida y reserva de valor", recordó Juan Pablo Ronderos, fundador de la consultora MAP. En ese marco, el peso "hoy es transaccional y nada más".

Si se va a una competencia de monedas, "puede acelerar la salida de los dólares del colchón", indicó el economista sobre el plan de Milei. Si se recupera la demanda de pesos, puede regenerar su función de moneda.

Fortalecimiento del peso y dolarización 

Con la premisa de que entrarán más dólares a la economía, Milei planteó una visión optimista sobre ese ingreso de divisas ante el IAEF: "Se van a encontrar con una situación que los pesos están fijos y una economía que crece cada vez tiene más dólares, y cada vez tiene más dólares, siempre los mismos pesos y hacen las transacciones en la moneda que ustedes quieran". 

Para el libertario, como resultado, en lugar de que la moneda local se fortalezca, "el peso pasa a ser algo así como una pieza de museo y cuando sea muy chiquitito respecto a la cantidad de dólares ¿qué creen que vamos a hacer? Vamos a dolarizar y ahí va a desaparecer el peso".

En el caso de Uruguay y Perú, las monedas locales y el dólar coexisten desde hace años sin problemas, y sin necesidad de que el peso o el sol desparezcan.  

"El discurso del Presidente es confuso. Hablar de competencia de monedas y de dolarización en el mismo discurso es contradictorio. Dolarizar es eliminar el peso. Si el peso se robustece, no hay dolarización", detallaron desde la consultora Sudamericana Visión. 

Para los economistas liderados por el ex ministro de Economía Martín Guzmán, la medida confirma el "bimonetarismo" ya que "la dolarización, en lo inmediato, está fuera de escena". 

Falta de dólares y mensajes confusos

"El Gobierno hace uso y abuso del lenguaje económico con el fin de ser disruptivo y poner la atención en un tema, pero por el momento carece de definiciones concretas", agregaron desde Sudamericana Visión. 

Ronderos coincide en que la mención de la competencia de monedas es una forma de sacar de la mesa el planteo de dolarización. El propio equipo de Caputo determinó -antes de asumir, en un trabajo de su consultora Anker- los riesgos de dolarizar. 

El economista de MAP resaltó que "los números para dolarizar no alcanzan. Falta un montón". En ese marco, el Gobierno todavía no le puso fecha a la salida del cepo, aunque reitera que espera que sea "lo antes posible".

"Si haces todo para dolarizar, para qué hacerlo si ya hiciste todo bien", le planteó -parafraseó Ronderos- Ricardo López Murphy a quien fuera por un período breve, el baluarte de la dolarización en la campaña de Javier Milei, Emilio Ocampo.

Y agregó: "para estabilizar necesitás siempre lo mismo: credibilidad, orden en las cuentas fiscales, limitar la emisión, sumar reservas. Los pilares no cambian". En ese marco, el tipo de cambio fijo (dolarización) "limita los grados de libertad de política monetaria, por ejemplo, si es necesario devaluar. Pero da más estabilidad". Un sistema de tipo de cambio flexible, en cambio, amplía el margen de maniobra.

"La confusión sobre el proceso de normalización del mercado de cambios es un problema para comprender tanto los objetivos (hacia donde se dirige) como del proceso (que condiciones deben cumplirse en cada etapa, cuáles son las metas intermedias)", plantearon desde el equipo de economistas que trabajó en el Palacio de Hacienda con Guzmán. 

Por otra parte, detallaron que en el corto plazo se incrementaron las restricciones sobre el mercado de cambios y "la confusión sobre el plan de acción en esta materia no ayuda a coordinar expectativas". 

"Lo que parece no querer decir el gobierno es que en ausencia de dólares para financiar con deuda un levantamiento rápido del cepo, la transición hacia un mercado más desregulado va a ser larga", enfatizaron desde Sudamericana Visión. 

Lecciones de la convertibilidad

Una de las cuestiones que deberá definir la letra chica es hasta dónde permitir los contratos en dólares. El paso previo implica cambios en el código civil y comercial. En la práctica, hay precios que se ajustan a pagos en dólares sin que la ley lo permita, como en el caso de los alquileres. 

"Si hay un esquema en dólares que se puede volver a desequilibrar es un riesgo, como lo fue la convertibilidad", planteó Ronderos, donde los contratos estaban pactados en dólares, pero las divisas no estaban. 

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