World News in Spanish

En ruta hacia un mundo más caliente

Connotados científicos advierten sobre posibles fluctuaciones climáticas extremas, abruptas y anómalas.

Ya lo vivimos en marzo y abril, los meses más calientes de la historia. Numerosas entidades científicas internacionales que estudian el clima mundial así lo reportan.

Más preocupante aún es que fueran el décimo y el decimoprimer mes consecutivos de aumentos récord en la temperatura atmosférica terrestre.

Estos hechos, descritos en recientes artículos de la BBC (8/4/24) y la Organización Meteorológica Mundial, son alarmantes para la comunidad científica internacional debido a que, según los expertos, “el cambio climático podría moverse ahora hacia un territorio desconocido, si las temperaturas no bajan hacia el final del año”.

Es decir, movernos hacia un entorno de posibles fluctuaciones climáticas extremas, abruptas y anómalas, con consecuencias de magnitudes difíciles de prever, pero que seguramente tendremos que enfrentar y lamentar si no reaccionamos, como humanidad, con mayor rapidez y empeño.

El Niño y La Niña

Como es sabido, El Niño, fenómeno climático natural recurrente, conocido y predecible, es una de las causas del calentamiento. De acuerdo con los especialistas, las temperaturas deberían bajar con el desfase de ese fenómeno, y la emergencia de su opuesto, La Niña, traería temperaturas más bajas, tal como ha sido lo normal en el clima de la tierra desde que se tienen registros.

No obstante, ya a algunos científicos les preocupa la creciente probabilidad de que no suceda de esa manera, y que nos dirijamos hacia uno de los llamados “puntos de inflexión”.

Marzo del 2024 pasa a la historia como el mes más cálido desde épocas preindustriales (1850-1900), en un escenario donde pareciera que esperar que el calentamiento global no exceda los límites deseables (menores de 1,5 °C) es ya una quimera.

Los acuerdos internacionales de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, principalmente el de París del 2015, se incumplieron y el límite máximo acordado a largo plazo podría haber sido superado por lapsos cortos (La Nación, 11/4/2024).

Por razones o sinrazones políticas y económicas, la causa fundamental del calentamiento, el bien conocido uso desenfrenado de combustibles fósiles de efecto invernadero, advertido y denunciado por la ciencia desde hace décadas, continúa inalterable, tanto en los grandes países emisores como en el resto del mundo, por igual.

Como humanidad, estamos actuando de manera contraria a principios éticos y morales elementales, a pesar del amplio conocimiento de las causas, y violando acuerdos internacionales de los que somos signatarios.

Los grandes intereses económicos globales parecen ser prioritarios e inmutables. Hasta en nuestra Costa Rica, supuestamente uno de los pocos países con una considerable conciencia ambiental, algunos sectores proponen la búsqueda y el incremento del consumo de petróleo y sus derivados.

Punto de no retorno para el planeta

En una publicación reciente de la revista Nature, destacados científicos advierten sobre la posibilidad de que el calentamiento acelerado que estamos experimentando nos aproxime al “punto de inflexión”, sin vuelta atrás, pasado el cual el cambio ocurre tan rápido que se vuelve impredecible, como se explicó antes.

Algunos de los puntos de inflexión identificados son: el descongelamiento de los glaciares en las grandes cordilleras (que anualmente suplen agua para la agricultura); las talas, sequías e incendios masivos de los bosques, especialmente en el Amazonas; el deshielo de Groenlandia y la Antártida, y el cambio en las grandes corrientes marinas.

La reflexión del connotado científico E. O. Wilson, publicada hace ya casi 31 años, comentada también en este mismo foro (“¿Es la humanidad suicida?”, La Nación 16/11/19), pareciera tener una respuesta afirmativa. El comportamiento humano prevalente lo confirma.

No obstante el amenazante futuro, todavía podemos anticipar los problemas que se irán presentando para estudiarlos, entenderlos y planificar cómo afrontarlos.

El calor, particularmente en áreas urbanas, es un buen ejemplo, al que se suman muchos otros entre numerosos efectos en la salud, la alimentación y la disponibilidad del agua; o en áreas costeras, el creciente y notorio aumento en el nivel del mar.

La gran interrogante es si seremos capaces de despertar y actuar para, cuando menos, paliar los efectos de este cambio global que hemos provocado, que aunque no vaya a extinguir en su totalidad la vida en la tierra, sí nos conduce hacia un cuello de botella que la especie humana difícilmente logrará superar si no actuamos con la premura que la seriedad del problema ambiental demanda.

Los autores son biólogos.

Entre los puntos de inflexión identificados por los científicos climáticos figuran los incendios masivos de los bosques.

Читайте на 123ru.net