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Gonzalo Giner: «No hay en el mundo musulmán actual un hombre con el carisma de Saladino»

Abc.es 
Últimamente, Gonzalo Giner (Madrid, 1962) va al galope, como los caballos a los que tanto admira y en los que ha montado más de una vez. Este veterinario y escritor de novelas de éxito que tiene a los animales como uno de los temas principales, está en plena gira de presentación de su nueva obra, 'La sombra de los sueños' (Planeta) , algo que hará el próximo martes en Toledo. El autor dará a conocer su última historia a los lectores toledanos que se acerquen a las 19.00 horas a la sala de conferencias de la Biblioteca de Castilla-La Mancha , donde podrán acercarse a una novela de aventuras y acción que mezcla el suspense alrededor del mundo del arte y la ciencia, protagonizada por una ladrona (Sara Ludwig) de obras artísticas con fines filantrópicos y un atractivo emir (Jalib bin Ayub) obsesionado con la figura del gran héroe islámico Saladino y por los caballos, sobre todo de aquellos que pertenecieron a grandes personajes de la historia, y con un objetivo increíblemente ambicioso y arriesgado: revivir a Shujae, la legendaria yegua del héroe musulmán más grande de la historia, Saladino . Noticia Relacionada Por mi vereda opinion Si Un respeto a la veterinaria Ignacio Miranda En 'El jinete del silencio', el escritor profundizaba en la figura de Yago, que anticipa la posibilidades de la hipoterapia para diferentes perfiles de discapacitados -El título de la novela es bastante significativo si se tiene en cuenta lo que el lector se encuentra en el interior: un libro lleno de grandes soñadores. Según usted, ¿se pueden cumplir los sueños? -Se pueden llegar a cumplir, el problema es que a veces hay algunos sueños que pueden tener complicaciones importantes. En mi novela hay cinco protagonistas que tienen sueños todos, unos deseos más fáciles y otros más complicados, pero todos coinciden en que esos sueños más ambiciosos tienen un problema, que es que a veces tienes que saltarte alguna línea roja para conseguirlo. Casi todos tienen que tomar esa decisión, unos saltándose esa línea roja con todas las de la ley y otros ligeramente. Yo quería hacer una reflexión al lector: ¿Hasta dónde es capaz o somos capaces de llegar todos para conseguir esos sueños? -Los caballos vuelven a ser protagonistas en una nueva novela suya tras 'El sanador de caballos' o 'El jinete del silencio', que tanta fama le dieron entre los lectores. ¿Qué le atrae de este animal? -Para mí, es uno de los animales que nos ha regalado más cosas a la humanidad, y de los más versátiles también, porque a mí me cuesta encontrar otro animal, digamos doméstico, que pueda haber hecho tantas cosas por el hombre. Desde ir a la guerra con nosotros, ha hecho que podamos comunicarnos por todo el mundo, de correo en esas casas de postas, han bailado con nosotros gracias las escuelas de alta doma y también también son terapeutas, deportistas, … Yo creo que no hay ningún otro animal que pueda darnos tantas cosas. Por otro lado, a mí es que me apasiona, es uno de los animales más fascinantes de la naturaleza, más hermosos, más bellos, más nobles y, en este caso, en esta novela no es que fuera forzado, es que realmente el relato salta temporalmente desde el siglo XII al siglo XXI y el hilo conductor es un caballo es una yegua que montó Saladino. -Como escritor y veterinario, ¿a quién entiende más: a los seres humanos o al resto de animales? -Bueno, a mí el comportamiento animal es una cosa que me ha fascinado toda mi vida como veterinario, que ya llevo creo que son 35 o 36 años trabajando. Y ese intento de comunicación que tienen los animales con nosotros a mí me parece una ventana fascinante que intento practicar y que intento aprender día a día. Pero bueno, lógicamente, donde haya una buena conversación con una persona, un hombre o una mujer, que tenga riqueza interior y que quiera compartirla, pues yo creo que se puede quitar todo lo demás. A mí me parece que la relación humana es absolutamente espectacular. Aunque en el mundo animal también puedes tener pequeñas satisfacciones, pero yo creo que nunca llegan a lo que se produce entre un hombre y una mujer o un hombre y otro hombre. -El gancho para su historia es el amor por los caballos del gran sultán Saladino. Este personaje recuperado por usted fue alabado a la par que temido por muchos en su tiempo. Tamaña empresa supongo que no habrá sido fácil. ¿Qué le atrajo de esta figura histórica? -Yo creo que lo curioso de este personaje es que siendo el líder del bando musulmán, por tanto el enemigo de los cristianos durante las Cruzadas en Tierra Santa, se convirtió en un líder respetado, en un gran caballero medieval. Respetado por los dos frentes, tanto por el frente cristiano como por el frente musulmán. Desde el frente musulmán, esto fue una cosa bastante insólita para ellos, fue de los pocos que unificaron todas las tendencias religiosas en el Islam, en aras de intentar recuperar Jerusalén, una vez que la habían perdido después de la primera cruzada. Y, desde el punto de vista cristiano, pues tanto los que le conocieron como los que no hablaban maravillas de él, como por ejemplo Ricardo Corazón de León. Algo tendría como persona, no solamente como guerrero, que llamaba tanto la atención. -Saladino también es conocido por llevar la ortodoxia religiosa del Islam a sus posesiones. ¿Guarda esa época algún paralelismo con el mundo actual? -Pues bueno, paralelismo es difícil porque yo no encuentro en el mundo musulmán actual un hombre con el carisma que pudo tener Saladino en su momento, pero sí que es verdad que hay algunas circunstancias que sí que son, por desgracia, demasiado repetitivas. Él mismo, cuando entró en Jerusalén allá por 1180 y tantos, que eran 90 años después de la primera conquista por parte de los cruzados, mandó un correo a Maimónides, que era el médico cordobés que estaba trabajando para él desde El Cairo. Era también su consejero, un gran sabio, y le explicaba que una vez que había entrado en Jerusalén, se hacía una pregunta: ¿Cuándo llegará el día que cristianos, musulmanes y judíos puedan convivir de forma normal en esa ciudad santa para las tres religiones? Esa pregunta que él mismo se hacía hace más de ocho siglos sigue sin responder. -De hecho, su relato viaja desde la actualidad hasta la época de Saladino, mezclando la novela de aventuras, el suspense alrededor del mundo del arte y la ciencia. ¿Cuál es la receta para combinar todos esos ingredientes en la coctelera? -Una receta en la que casi todos los ingredientes son los mismos que utiliza un mago, es decir, el ilusionismo. Yo he intentado jugar un poco a desviar la atención del lector en casi todos los momentos de la novela, hasta el final, para que no se esté dando cuenta de que las tramas igual pueden llevar otro recorrido. Es una especie de gran puzle, con pistas falsas que he ido colocando en determinados momentos, casi casi desde el principio, para que nadie acabe de entender muy bien por dónde va a ir la esencia, qué está pasando de verdad, qué objetivos hay por detrás, y esto en esta novela solamente se entiende al final. El lector se llevará una enorme sorpresa, yo creo, eso sí lo tengo garantizado. -Ha comentado en alguna entrevista que esta novela es la más cinematográfica de todas las que ha escrito. ¿La veremos algún día en pantalla? -Todavía no y mira que estoy tirando la caña por todos los lados. Sinceramente, creo que es una novela para tener una serie, más que una película, porque tiene muchísimos ingredientes que pueden ser muy atractivos. De momento, por desgracia, no se me ha acercado nadie para hacerme una propuesta, pero todo llegará.

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