El PSOE prepara el terreno para reformar la financiación de Catalunya y acercar a ERC a la investidura de Illa
Sorteados mal que bien los desafíos de la amnistía y el ciclo electoral, el Gobierno se dispone ahora a afrontar el siguiente matchball de la legislatura. La reforma del sistema de financiación autonómica, pendiente desde el año 2013 en tiempos de Mariano Rajoy, se presenta como la nueva clave de bóveda del mandato de Pedro Sánchez. En el mejor de los casos, podría servir de palanca para la investidura de Salvador Illa en Catalunya y apuntalar, de paso, a la mayoría que sustenta al Ejecutivo de coalición en el Congreso. Pero los equilibrios que deberán afrontar los socialistas para hacer viable esa reforma, tanto entre sus propias filas como con las autonomías del PP o con sus socios catalanes, no auguran que la tarea vaya a resultar sencilla sino todo lo contrario.
Fue la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien ya abrió la puerta la pasada semana a una negociación diferenciada con Catalunya, pero el asunto lo puso en el primer plano político el domingo el presidente del Gobierno. “Es compatible mejorar el sistema de financiación autonómica desde el plan multilateral y, al mismo tiempo, articular una financiación singular para un territorio tan importante como Catalunya”, afirmó en una entrevista La Vanguardia.
Desde entonces, la riada de reacciones no ha cesado. A pesar del revuelo, el planteamiento del Ejecutivo está en realidad bastante detallado en el documento del acuerdo de investidura que firmaron el Partido Socialista y ERC. En su página 14, ese documento incluye un epígrafe, el número cuatro, que literalmente se titula “Gestión Singular”, en referencia al modelo de financiación. Y se enumeran los Mossos, los nuevos órganos judiciales, los servicios penitenciarios o las becas como capítulos para las partidas económicas a financiar.
“Quien tiene más competencias ha de tener también más medios”, defendió este lunes en rueda de prensa la portavoz del PSOE, Esther Peña, que recordó que, en cualquier caso, se trata de unos de los compromisos adquiridos con los republicanos para la investidura de Sánchez. “La reforma del sistema de financiación autonómica es una promesa electoral y la financiación singular de Catalunya aparecía en el acuerdo de investidura con ERC. El PSOE es un partido que cumple con sus promesas y sus compromisos”, sostuvo, antes de asegurar que cualquier paso que dé el Gobierno será, según dijo, en el camino del “respeto a la igualdad de todos los ciudadanos españoles”.
Tanto Moncloa como Ferraz ponen el asunto encima de la mesa justo en mitad de las conversaciones cruzadas para el intento de formación de Govern en Catalunya y como gesto a ERC. Los republicanos, inmersos en una profunda crisis interna tras su batacazo electoral y el paso al lado de Oriol Junqueras, acaban de facilitar que la Mesa del Parlament la presida Josep Rull, de Junts. Y los socialistas han iniciado maniobras de seducción a ERC como la entrada en el gobierno municipal de Barcelona o la respuesta al compromiso de una financiación singular para intentar alejar el escenario de un bloqueo y una repetición electoral.
“Que no líe ni confunda”, advirtió, en respuesta a la oferta del Gobierno, la portavoz de ERC, Raquel Sans. Los republicanos avisan a Sánchez de que la financiación singular debe situar a Catalunya “fuera del régimen común” y critican las “maniobras” de Sánchez por desviar el foco de su demanda de máximos: que Catalunya recaude todos los impuestos. Preguntada expresamente, Sans no quiso aclarar si sería suficiente o no un pacto en financiación para preguntar a la militancia sobre una investidura del candidato del PSC, Salvador Illa.
No le llegaron a Pedro Sánchez palabras mucho más amables desde el otro lado del independentismo, sino todo lo contrario. El líder de Junts, Carles Puigdemont, aseguró que vincular investidura y financiación es un “chantaje” y consideró que el presidente del Gobierno tendría que “responder a varias preguntas” para mantener su apoyo en el Congreso, en una amenaza política más, antes de calificar como “un escándalo” su propuesta.
También en bloque, lógicamente, rechazó el planteamiento del Ejecutivo el PP de Alberto Núñez Feijóo. En declaraciones a los medios en Bruselas tras asistir a la cumbre de líderes del Partido Popular Europeo, Feijóo dijo estar convencido de que no hay una sola comunidad autónoma en España “que esté de acuerdo con una financiación singular de una comunidad en contra de las demás”. Ni que tampoco exista siquiera un solo presidente autonómico socialista “que esté en disposición de renunciar a lo que le corresponde en beneficio de una única comunidad autónoma”. “No ha ocurrido nunca, nunca desde los años 80 que empezamos a aprobar los Estatutos de autonomía”, enfatizó.
Desde Ferraz replican que ya fue el propio Partido Popular quien llevó en su programa electoral a las catalanas de 2012 el término literal de “financiación singular” para abordar la reforma. “Desde el PP catalán trabajaremos para mejorar la financiación singular para Catalunya”, se podía leer en ese programa. Y recuerdan también los socialistas que incluso el propio Feijóo llegó a plantear singularidades para Galicia en 2017 en un discurso como presidente de la Xunta. “Como nacionalidad histórica, Galicia tendrá presencia singular en los previsibles debates sobre reforma constitucional, revisión del modelo territorial y financiación autonómica”, aseguró.
Poca contestación interna
Menos debate suscita la reforma, por el momento, en el seno de las propias filas socialistas, donde quedan ya lejanos los tiempos en que federaciones territoriales de mucho peso político se permitían echarle pulsos a la dirección del partido en cuestiones como la financiación. De hecho, apenas desde Castilla-La Mancha, con el siempre crítico Emiliano García-Page, ha llegado un rechazo explícito procedente de filas socialistas.
“No vamos a aceptar ningún modelo que no tenga esto en cuenta y que no compense el déficit de financiación”, zanjan desde el Gobierno de Page, donde resaltan sus propias singularidades. “Prestamos servicios a una población más envejecida que la de otras regiones y en un territorio muy extenso. Esto supone un coste mayor de la atención prestada y de las infraestructuras necesarias frente a otras comunidades autónomas con mayor población, menos territorio y, por tanto, menos dispersión”.
También lanzó una advertencia sobre la reforma “singular” la federación extremeña, que asegura que no permitirá “chantajes” por parte de ninguna otra comunidad autónoma en el proceso de negociación del nuevo modelo de financiación autonómica y que este sistema se use como “moneda de cambio”. “Los hechos o cuestiones singulares no pueden bajo ningún concepto suponer diferencias entre españoles y españolas”, aseguran en la dirección de los socialistas de Extremadura.
Desde Asturias, otra de las comunidades gobernadas por el PSOE, el presidente Adrián Barbón evitó responder directamente sobre Catalunya. Lo que reclama el gobierno asturiano es un acuerdo multilateral en el que tengan presencia todas las Comunidades Autónomas y en el que se tengan en cuenta aspectos concretos como la despoblación, el envejecimiento poblacional o la dispersión.
Un desmarque mucho más matizado que el de Castilla-La Mancha o Extremadura llegó a Ferraz desde Andalucía. El jefe de la oposición, el socialista Juan Espadas, aseguró que su partido “no va a aceptar ningún sistema de financiación que perjudique a Andalucía y que no reconozca la singularidad de nuestra tierra”. Y tendió la mano a Moreno para llevar juntos al Senado una propuesta de reforma del modelo de reparto de fondos entre comunidades, coincidente con la fórmula que impulsó la propia María Jesús Montero cuando era consejera de Hacienda del Gobierno andaluz.
Desde el resto de federaciones socialistas, poco ruido. A la espera de que se concreten los próximos pasos, el llamamiento conjunto de los respectivos territorios es el de llevar a cabo una negociación “multilateral” que tenga en cuenta las necesidades y las demandas de todo el mundo. Y muestran para ello su respaldo a Pedro Sánchez en la búsqueda de una solución equitativa para todas las autonomías.
*Con información de Carmen Bachiller, Dani Cela, Miguel Barluenga, Leticia Quintanal, Esther Ballesteros, Iván Suárez, Laro García, Alba Camazón, Lucas Marco, Santiago Manchado, Luís Pardo, Elisa Reche, Rodrigo Saiz, y Olivia García.