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'El dinero no da la felicidad': un estudio un estudio analiza qué hay de cierto en esta expresión popular

Abc.es 

«Estado de grata satisfacción espiritual y física» o «Ausencia de inconvenientes o tropiezos» son dos de las definiciones que ofrece la Real Academia Española sobre el término ' felicidad '. Este concepto es algo abstracto y subjetivo , pues cada persona puede interpretar la felicidad de manera diferente a los demás. Para muchos, ser feliz puede ser el objetivo en la vida, pero lo cierto es que la felicidad no suele ser un estado constante en el que se vive, si no una sensación que se puede tener en momentos determinados. Esta puede depender de múltiples factores según la situación de cada persona como la salud, la familia, el trabajo, la situación económica, la vida social y un largo etcétera. Noticias Relacionadas estandar No Vivir en modo Kaizen: la fórmula que aporta tranquilidad y ayuda a conseguir más con menos Raquel Alcolea estandar No Pódcast Cómo ser feliz a partir de los 50 y aprender a disfrutar de la madurez Raquel Alcolea y Laura Pintos En una sociedad en la que la parte económica es imprescindible para poder vivir, puede que muchas veces hayas escuchado la frase 'el dinero no da la felicidad' referida a que ese estado no es algo material o que va más allá de ello. Sin embargo, para hallar si esta expresión se corresponde con la realidad, el reconocido psicólogo Daniel Kahneman y el galardonado economista Angus Stewart Deaton llevaron a cabo juntos un estudio sobre la citada afirmación, al que titularon 'High income improves evaluation of life but not emotional well-being', en español 'Los ingresos elevados mejoran la evaluación de la vida pero no el bienestar emocional', que arroja el principal resultado de dicha investigación. ¿Da el dinero la felicidad? En palabras de este estudio, la cuestión de si 'el dinero compra la felicidad' puede surgir en discusiones sobre el bienetar subjetivo, tanto en debates académicos como en conversaciones informales. Así: «Ningún artículo por sí solo puede resolver definitivamente esta compleja cuestión, pero los datos recopilados recientemente por la Organización Gallup en el Índice de Bienestar Gallup-Healthways (GHWBI) proporcionan una rica fuente de observaciones, así como una medición inusualmente detallada del bienestar. Analizamos las respuestas de más de 450.000 residentes estadounidenses encuestados en 2008 y 2009 a varias preguntas sobre su bienestar subjetivo. Los resultados sugieren una respuesta bastante compleja a nuestra pregunta inicial». Así, el estudio plantea que diferenciemos entre dos conceptos : El bienestar emocional o felicidad experimental, que se refiere a la calidad emocional de la experiencia cotidiana de un individuo: «la frecuencia e intensidad de las experiencias de alegría, fascinación, ansiedad, tristeza, ira y afecto que hacen que la vida sea placentera o desagradable». Y el otro concepto sería la evaluación de la vida, que hace referencia a los pensamientos de una persona sobre su vida. «Las encuestas sobre bienestar subjetivo tradicionalmente han hecho hincapié en la evaluación de la vida». La influencia de los ingresos Según dicho estudio, el bienestar emocional se evaluó a través de preguntas sobre la presencia de diversas emociones en la experiencia de ayer , por ejemplo disfrute, felicidad, ira, tristeza, estrés o preocupación. Por otro lado, la medida de la evaluación de la vida se hizo usando la Escala de Autoanclaje de Cantril, en la que el encuestado califica su vida actual en una escala en la que 0 es 'la peor vida posible para usted' y 10 representa 'la mejor vida posible para usted'. Así, la investigación halló que el bienestar emocional y la evaluación de la vida tienen diferentes correlatos en las circunstancias de la vida de las personas. En concreto, «se observaron diferencias sorprendentes en la relación de estos aspectos del bienestar con los ingresos ». Se tuvieron en cuenta los ingresos familiares mensuales en diferentes categorías y se hizo una regresión logarítmica de los ingresos en indicadores para el distrito electoral en el que vivía el encuestado, categorías educativas, sexo, edad, edad al cuadrado, categorías raciales, categorías de estado civil y altura. Además se definió el afecto positivo por el promedio de tres elementos dicotómicos ( informes de felicidad, disfrute y sonrisas y risas frecuentes ) y lo que llamaron 'afecto azul': el promedio de preocupación y tristeza. «Los informes de estrés (también dicotómicos) se analizaron por separado (al igual que la ira, cuyos resultados fueron similares pero no se mostraron) y la evaluación de la vida se midió utilizando la escalera de Cantril». Con estos y otros datos que puedes consultar en el estudio íntegro , publicado en la revista científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), los resultados concluyeron que «los ingresos altos compran satisfacción con la vida pero no la felicidad, y que los ingresos bajos se asocian tanto con una baja evaluación de la vida como con un bajo bienestar emocional» . Por tanto, se podría interpretar que la expresión 'el dinero no da la felicidad' no sería real completamente, ya que la felicidad es un estado y concepto muy complejo que varía dependiendo de diversos factores y el dinero sería uno de ellos, influyendo de manera diferente en cada caso vital concreto.

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