Victoria total sobre Hamás o guerra en el Líbano, las dos vías que dividen a Israel
Con la descomposición del llamado 'gabinete de guerra' en Israel , encabezado por el primer ministro conservador Netanyahu y el centrista Gantz , el conflicto militar en Gaza entra en una fase incierta provocada por el choque de trenes entre dos visiones distintas del problema. Por un lado, Netanyahu y sus aliados de la derecha más dura se niegan a poner fecha final a la guerra, o metas militares definidas, y se limitan a repetir el estribillo de la «victoria final» sobre el grupo islamista Hamás . Por otro, Gantz -que se siente respaldado por un sector del Ejército y, por supuesto, por toda la oposición de izquierdas- exigía hasta ayer metas claras en Gaza para firmar una tregua que pueda traer, entre otros frutos, la liberación de los rehenes israelíes que aún estén vivos. Este es el debate ideológico limpio. En el enfangado se añade la crítica abierta a Netanyahu de que pretende extender 'sine die' la guerra para alargar su supervivencia política. Un horizonte de final de guerra traerá consigo elecciones adelantadas, el inevitable ajuste de cuentas electoral -al actual 'premier' le cabe buena parte de la responsabilidad de que Israel estuviera con la guardia baja durante el ataque del 7 de Octubre-, y, una vez fuera del poder, las cuentas con la Justicia israelí por varios casos de presunta corrupción. La batalla por el control de la ciudad gazatí de Rafah, supuesto último bastión de Hamás, se desarrolla a cámara lenta. Tanto el Gobierno de Israel como el Ejército creen que el movimiento islamista cuenta aún con entre 9.000 y 12.000 combatientes operativos en Gaza -según la última filtración al 'think tank' Consejo de Relaciones Internacionales-, es decir, casi la mitad de los milicianos que tenía en el comienzo de la guerra. La misma fuente calcula que alrededor del 80 por ciento de los túneles de Hamás en la Franja siguen intactos. Noticia Relacionada estandar Si ¿Dónde está Sinwar, el enemigo público número uno de Israel? Francisco de Andrés A diferencia de los líderes políticos de Hamás, que están refugiados en Qatar, él sigue entre los suyos animando la insurgencia En ellos se esconde, y dirige la insurgencia, el líder militar de Hamás, Sinwar, el 'enemigo público número uno' de Israel . Si el Ejército israelí consigue localizarle y detenerle, o matarle, la guerra puede tener un final rápido. Mientras tanto, el Gobierno prefiere esconderse en la indefinición en materia militar; y más aún en materia política, para dilucidar si se van o se quedan, y quién mandará en la Franja. La segunda versión del conflicto, que hasta ayer capitaneaba el centrista Gantz, muestra un panorama muy distinto. El ahora dirigente opositor, que se cree respaldado por un sector del Ejército, cree que si no se pone fin rápido a la guerra en Gaza pronto se abrirá un segundo frente para Israel en el Líbano, por los ataques continuados contra el norte del país por parte del movimiento islamista chií libanés, Hizbolá . En solo una semana de junio se registraron 640 ataques con misiles y drones contra los granjeros israelíes del norte. Israel ha tenido que evacuar a 60.000 ciudadanos en un radio de dos kilómetros de la frontera con el Líbano. Esta segunda lectura de la guerra quiere que se definan objetivos militares para poner fin al conflicto en Gaza, con o sin la muerte de Sinwar y su camarilla. Además, pide que se abra ya el debate de quién mandará en la Franja en lugar de Hamás. Las encuestas, tanto entre israelíes como entre palestinos, se inclinan hoy ligeramente por la Autoridad Nacional Palestina de Mahmud Abás. Son dos visiones -la de Netanyahu y la de Gantz- sobre el mismo conflicto visto con lentes distintas. Hoy por hoy se impone la del primer ministro, que da por muerta la experiencia del 'gabinete de guerra' conjunto con quienes defienden un final rápido para Gaza.