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Ernesto Mallo: «La civilización se está yendo al garete y creo que yo no voy a verlo, lo cual es también una ventaja»

Abc.es 
Según se puede leer en su biografía, Ernesto Mallo (La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1948) ha sido taxista, contrabandista, artesano, librero, periodista, dramaturgo y escritor en general. Eso quiere decir que ha vivido muchas vidas en una, con experiencias varias que le han servido de caldo de cultivo para las historias que ha plasmado en el papel. Ahora, este autor argentino, que se acerca a la vejez, como su alter ego, Venancio Lascano, comisario jubilado que protagoniza su saga de género policíaco , echa la vista atrás pero también al frente con cierto pesimismo, sin perder nunca el sentido del humor. Y, sin querer abandonar a este personaje que le ha acompañado a lo largo de cinco novelas, ahora presenta 'Perro viejo' (Siruela, 2024), en la que el ya anciano policía se ve envuelto en un crimen en el geriátrico donde reside . Una historia que presentará este viernes, a las 18.30 horas, en la última sesión del curso del club de lectura Las Casas Ahorcadas de Cuenca , donde Mallo contará cómo Venancio Lascano, pese a sus problemas de memoria, se verá obligado a investigar si el asesino es él mismo... o no. Esta obra supone el regreso del comisario más justo, sagaz y, a la vez, sarcástico de una de las etapas más duras de Argentina. Notici Relacionada estandar No Claudia Piñeiro: «Escribir es un refugio, pero la literatura y el periodismo son áreas muy atacadas en este momento» Mariano Cebrián -¿Sabe más el policía por viejo o por madero? -Igual que el diablo, el policía sabe más por viejo, como todo el mundo. -Y Ernesto Mallo, ¿por qué sabe más: por viejo o por diablo? -Yo sé lo mismo tanto por viejo como por diablo. -¿Cuál de las múltiples vidas y profesiones que ha tenido le ha dado más experiencias para contar en sus novelas y en sus obras literarias? -Bueno, la vida en general. Lo que más experiencia me ha dado es la calle. He tenido que pasar mucho tiempo de un lugar a otro. La calle siempre ha sido mi hogar y mi escuela, aunque siempre tuve un techo bajo el que refugiarme. -En cualquier caso, no sé si le pasa lo mismo que a su protagonista, Venancio Lascano, que después de cinco novelas ve la vejez «como una cárcel de puertas abiertas sin libertad condicional». -No soy tan pesimista. Yo le encuentro todavía alguna gracia a eso de ser viejo. -De todos modos, teniendo en cuenta como está el mundo actual y, en concreto, su país (Argentina), ¿no es preferible perder la memoria o incluso la vida que ser testigo de las cosas que aún nos quedan por ver? -Ese es un pensamiento recurrente que tengo a menudo porque lamento el mundo que estamos dejando a nuestros hijos. La civilización se está yendo al garete y creo que yo no voy a tener tiempo de verlo, lo cual es también una ventaja. -Siempre dicen que el género negro y policíaco es una de las mejores herramientas para hacer crítica social. ¿Da la actualidad informativa mucho juego para ello? -Con actualidad informativa hay que tener cuidado porque nunca en la historia de la humanidad ha habido tantas noticias falsas como ahora. Lo que sí es un buen parámetro para tener en cuenta es ver cómo todo es cíclico, que no hay nada nuevo. De hecho, Javier Milei, que se presenta como un cambio, es un experimento que ya se ha repetido cinco o seis veces en el caso de Argentina y siempre ha fracasado. Como decía Bertolt Brecht (dramaturgo y poeta alemán): «La historia se repite, primero como tragedia, luego como farsa». Por eso, creo que lo que está viviendo el mundo actual es una farsa sangrienta con el avance de la ultraderecha. -Lo que veo que no pierde usted es la comedia negra y el sarcasmo en su obra. ¿Es mejor reír que llorar? -La risa es un llanto santificado. La risa proviene del llanto y, de hecho, hay muchas veces que reímos tanto que acabamos llorando. Sin embargo, la sonrisa es un placer del alma, un símbolo de armonía y de equilibrio. En cualquier caso, el humor es fundamental para vivir; sin él sería imposible subsistir a toda esta farsa de mundo en el que es mejor reír que llorar. -¿Nos dará tiempo a ver una nueva novela del viejo Lascano o le rescatará del más allá para una próxima entrega de sus aventuras y desventuras? -Esta última novela, 'Perro viejo', en la que mi protagonista está ya en una residencia de mayores, surgió a raíz de un chiste que le hice a un periodista que me entrevistó y me hizo una pregunta parecida: «¿Habrá otra entrega de Lascano?» Y yo le respondí: «No sé, se me ha hecho muy viejo. ¿Qué hago, una desde el geriátrico?» Pero luego me dije: ¿Y por qué no? Además, la vejez es un tema que no está muy contemplado en la literatura y, teniendo en cuenta que uno ya está tan cerca, creo que vale la pena. Así que ahora yo te lanzo otro chiste o propuesta para una próxima entrega: «Lascano, entre el cielo y el infierno». -Aun así, ¿está garantizado el futuro de sus inquietudes por el género negro con el Inspector Capitán? -Garantías nunca hay, pero estoy convencido de que Capitán tiene cuerda de sobra para seguir dando guerra.

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