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Una joven sale del coma tras quemarse la mitad del cuerpo y se entera de que está embarazada: «Mi pequeño milagro»

Abc.es 

Sin duda, una de esas historias para recordar y que uno puede demostrar que con el paso del tiempo, y en este caso fortaleza y salud, se puede pasar de un auténtico infierno a la máxima felicidad. Una madre de familia acabó en coma durante dos meses tras un accidente doméstico con muy mal pronóstico. Meses después, pudo volver a casa, y con un nuevo miembro en su familia. Sarita Cervantes , una joven de 30 años de Arizona (Estados Unidos), es la protagonista de esta historia. En 2020, una noche estaba preparando la cena en casa y sufrió un extraño accidente con una freidora : estaba cocinando pollo rebozado y resbaló con el aceite que había salpicado. Acabó con la mitad de su cuerpo quemado y su marido, Manuel, también sufrió graves quemaduras. Los médicos creyeron que no sobreviviría dada la gravedad de sus lesiones, como revela 'The Sun', que ha hablado con ella. Sarita pasó dos meses en coma con una situación tan crítica que en incluso en algunos momentos se pensó que Sarita no saldría de esa. Durante los momentos más críticos, llegó una de las sorpresas de ese momento: descubrieron que estaba embarazada. Llegaron a planificar su funeral El accidente sucedió en enero de 2023 durante los preparativos de una cena familiar. La pareja estaba en la cocina cuando ella, empezando los preparativos para cocinar pollo frito, puso un trozo de manteca de cerdo en la sartén, que salpicó y la hizo resbalar. «Mi brazo golpeó el mango de la sartén y, cuando aterricé en el suelo de la cocina, la manteca ardiendo me salpicó todo el cuerpo », recuerda, tras hacer énfasis en que la manteca caliente quema el doble que el aceite, como le aseguraron. «Estaba agonizando y gritaba muy fuerte. Mi piel se derritió y luego todo se volvió negro », rememora Sarita a 'The Sun'. Ya en el hospital, con ella inconsciente, la recuperación en el área de quemados fue muy dura: le quedaron quemados los brazos, las piernas, la cara, las orejas, el cuero cabelludo, los senos y el estómago. Y en ese momento crítico, los médicos descubrieron que estaba de 13 semanas de gestación. 27 cirugías Las esperanzas, con todo, eran tan poco que la familia empezó a planificar el funeral de Sarita y del bebé. Sarita despertó del coma un mes después y descubrió, alucinada, que había estado embarazada. Manuel estaba a su lado y le explicó todo. «Se le llenaron los ojos de lágrimas, no podía creerlo. Yo tampoco», comenta Sarita, que en un primer momento no se creyó su embarazo. «Estaba cocinando una cena familiar y al siguiente momento me había despertado de un coma embarazada », remarca todavía ahora atónita. El embarazo, que le generaba más miedo que ilusión en ese momento, fue muy difícil, ya que durante su coma pasó por 27 cirugías y que estuvieron a punto de amputarle un brazo. Ella tuvo que estar en un centro de rehabilitación separada de su marido e hijos, aunque a los cinco meses pudo ir a casa . La recta final del embarazo fue también muy dura por los efectos de las quemaduras, que le hacían tener una temperatura corporal no normal y sufría nauseas y desmayos. «Para nuestro alivio, Ernesto [como se llamó el niño] era un pequeño luchador testarudo. Era más fuerte que todos nosotros juntos», explica ahora la madre, como ha recogido 'The Sun'. Noticias Relacionadas estandar No Se muda a Barcelona y emite un juicio sobre la presencia policial en esta ciudad: «Me llama mucho la atención» Jorge Herrero estandar No Un camionero español que trabaja en Estados Unidos explica cuánto dinero gana al año: «Estoy contento» Jorge Herrero Su historia tiene algo más de maravilloso, y es que Sarita y Manuel ya tenían dos hijos, Jojo, de 3 años, y Noelle, de 2, y querían otro retoño más, pero tenían dificultades y ella había sufrido 15 abortos , el último ese mismo verano y de gemelos. «Cada vez se nos rompía el corazón. Para entonces ya habíamos perdido la esperanza y dábamos por hecho que no tendríamos más hijos», confiesa ella. Ernesto nació en julio de 2023, un mes antes de lo previsto, tras una cesárea de urgencia. «Ver su carita después de todo lo que habíamos pasado juntos fue increíble», recuerda ella, que incide en que el pequeño tuvo que estar un tiempo en la UCI. Las cosas en casa tampoco han sido fáciles desde entonces porque ella todavía está convaleciente de su accidente pero la familia no puede estar más feliz. «Puede que haya pasado por el peor dolor imaginable. Pero al mirarlo desde arriba, sé que también gané oro », sentencia Sarita.

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