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El impulso decisivo para subir peldaños en la vida profesional

Abc.es 

Estudiar un máster o realizar otros estudios de posgrado es cada vez más común entre los universitarios españoles. Es cierto que hay carreras que para ejercerlas necesitan un máster habilitante, pero en aquellas en las que no se exige, también se opta frecuentemente por seguir este camino. Encontrar antes trabajo, o con mejores condiciones, está casi siempre por detrás de los motivos de dicha elección. No es un requisito habitual en las ofertas de empleo, aunque sí está confirmado que tener un máster implica un mejor salario . Y existe también ahora un mayor consenso sobre la importancia de estos estudios a lo largo de toda la trayectoria profesional. La Fundación BBVA y el Ivie acaban de publicar el informe 'La inserción laboral de los universitarios: 2013-2023', enmarcado en el proyecto U-Ranking, que analiza la evolución de la inserción laboral de los titulados universitarios y sus características a lo largo de los últimos diez años. Un documento que confirma que cursar un máster otorga ventajas salariales, con una base de cotización media un 11% superior a la de los graduados , y mayor ajuste entre formación y empleo. Si bien la mayoría de ofertas de trabajo no hacen referencia a un máster, sino a un grado, «no debemos olvidar que hace diez años, de los egresados universitarios sólo un 22% lo hacía con un título de máster y ahora son más del 40%, es decir el peso de los titulados de máster en los procesos de búsqueda de empleo son altos», resalta Joaquín Aldás, investigador del Ivie y coautor de U-Ranking. Además, recuerda que «hay profesiones reguladas a las que solo se puede acceder con un máster, los habilitantes» como ocurre en ingeniería o abogacía. Según el informe, en promedio, la diferencia en los primeros años de inserción, que son los analizados en el informe, ronda los 3.400 euros anuales. «La base media de cotización en 2022 de los egresados de grado a los cuatro años de su egreso era de 29.559 euros y de los egresados con estudios de máster, también cuatro años después del egreso era de 32.832 euros». Todo esto ocurre en el inicio de las carreras profesionales y «probablemente estas diferencias vayan agrandando conforme avanzan las mismas. Además, las ventajas de inserción no son solo de ingresos, también lo son de ajuste, es decir, de estar trabajando en empleos que, de verdad, exigen esas titulaciones. El ajuste del trabajo al nivel de estudios también es más de 12 puntos porcentuales (12,3%) superior entre los titulados de máster respecto a los graduados», puntualiza el investigador. Las bases medias de cotización más altas se dan en ingeniería y arquitectura (35.018 euros). Le sigue la rama de sociales y jurídicas con 33.108 euros, que es la rama donde más diferencia de salario hay entre los egresados jóvenes que cuentan con un grado (27.942) y los que cuentan con un máster. Donde menos impacto tienen los estudios de máster es en Salud. Noticia Relacionada ESPECIAL POSGRADOS estandar No La recompensa de emprender un esfuerzo adicional en la formación J. Vales Estos cinco perfiles representan distintas vías de encuentro con la empleabilidad, después de dar un paso más allá en su formación para aprovechar la convergencia de conocimientos y habilidades trasmitidas en los estudios de posgrado Para Joaquín Aldás, el hecho de que en 2013 un 22% de los egresados de las universidades tuviera estudios de máster y que en 2023 este porcentaje se haya elevado al 43% es un indicador claro. «Nadie añade uno o dos años a su formación si no entiende que le va a aportar una ventaja diferencial. Ese crecimiento de 20 puntos muestra que una cantidad sostenidamente creciente de personas así lo cree», subraya. Llama igualmente la atención al hecho de ser habitual que cuando un graduado encuentra un trabajo en el que existen posibilidades de progresión profesional, el paso natural a iniciativa propia o de la empresa, sea completar la formación con un máster como elemento de consolidación de esa progresión profesional. «Probablemente, con el paso del tiempo, y dado el porcentaje de graduados que acaba cursando un máster, el peso de las ofertas de empleo que lo exijan expresamente crecerá», matiza. Exigencias del mercado laboral Xavier Gangonells, director general de la Asociación de Directivos (AED), recuerda que un máster aporta una combinación de competencias alineadas con los requerimientos del mercado laboral actual . «Desde un punto de vista técnico, ofrece conocimientos especializados y actualizados en áreas específicas, lo que incrementa la capacidad de tomar decisiones y resolver problemas de manera informada y estratégica», apunta. Por otro lado, los másteres ayudan a desarrollar 'soft skills', «fomentando competencias como el liderazgo, la comunicación efectiva, la capacidad de trabajo en equipo y la gestión del tiempo, que son cruciales en cualquier entorno empresarial», añade. Además, la formación avanzada promueve el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y la capacidad de trabajar en entornos multiculturales, «aspectos clave en un mundo cada vez más globalizado e invaluables dentro del mercado empresarial global», puntualiza. Desde AED no consideran que el máster sea imprescindible para ocupar puestos de mayor responsabilidad, pero sí creen que puede contribuir a ello. «Para ocupar posiciones de liderazgo hay que destacar en competencias y en experiencia que se adquieren en base al aprendizaje en la empresa, pero por supuesto una sólida formación es fundamental», cuenta Gangonells. Además, cursar un máster «también pone de manifiesto el compromiso con el desarrollo profesional y su voluntad de asumir nuevos retos». Y no duda en que la necesidad de formación continua entre los directivos es más relevante que nunca. «En un entorno empresarial caracterizado por la constante evolución tecnológica, nuevas tendencias, cambios sociales y un mercado global cada vez más competitivo, los directivos deben formarse para mantener su empleabilidad», subraya. La formación continua permite a los directivos adaptarse rápidamente a estos cambios, mejorando su capacidad para liderar eficazmente sus organizaciones. Crecimiento profesional Para Miguel Mercado, director nacional de Randstad Professionals, la formación de posgrado «es fundamental para el crecimiento profesional». En un mercado laboral donde prima la escasez de talento , altamente competitivo y en constante cambio, «los programas de posgrado ofrecen conocimientos avanzados y habilidades especializadas que pueden diferenciar a los candidatos». Los programas de posgrado permiten a los profesionales profundizar en áreas específicas de su campo, desarrollando habilidades técnicas y conocimientos especializados que son cruciales para roles avanzados y de liderazgo. «Esto es particularmente importante en sectores como tecnología, ciencias de la salud, ingeniería y finanzas, donde la demanda de conocimientos avanzados es alta y la competencia por los mejores puestos es intensa», resalta Mercado. Además, la rápida evolución tecnológica y las cambiantes demandas del mercado laboral requieren que los profesionales se actualicen continuamente. «La formación de posgrado facilita esta actualización, proporcionando acceso a las últimas investigaciones, tecnologías y prácticas del sector. Esto no solo mejora la empleabilidad de los profesionales, sino que también les permite adaptarse mejor a los cambios y nuevas tendencias, asegurando su relevancia y competitividad en el mercado laboral. Aunque la formación de posgrado no sea un requisito indispensable en la mayoría de las ofertas de trabajo, sí se asocia frecuentemente con la obtención de puestos de mayor responsabilidad y mayor remuneración, así como con roles que requieren un alto nivel de especialización. «Los programas de posgrado proporcionan conocimientos avanzados y habilidades especializadas que son valoradas por los empleadores. Este tipo de formación prepara a los profesionales para asumir roles de liderazgo y gestión, lo que les permite acceder a oportunidades de promoción dentro de sus organizaciones», resalta director nacional de Randstad Professionals. Por ejemplo, en sectores como tecnología, finanzas, y ciencias de la salud, una formación avanzada puede ser crucial para acceder a puestos de dirección de proyectos, investigación y desarrollo, o gestión de equipos. «Además, los estudios de posgrado suelen incluir componentes prácticos y de investigación que desarrollan habilidades críticas para la toma de decisiones y la resolución de problemas complejos. Estas competencias son esenciales para roles estratégicos y de alta responsabilidad, donde la capacidad de analizar y gestionar información avanzada es fundamental», añade. Desde Randstad Professionals señalan que los jóvenes profesionales y aquellos que se encuentran en las primeras etapas de sus carreras suelen ser muy conscientes del valor de la formación. «Este grupo de candidatos entiende que, en un mercado laboral competitivo, una formación avanzada puede ser un diferenciador clave que les permita destacar entre otros solicitantes», subraya Mercado. En coincidencia con otro expertos consultados, Mercado destaca que los estudios de posgrado no solo enriquecen el conocimiento técnico, «sino que también desarrollan habilidades transversales». Por otro lado, los profesionales con más experiencia que buscan avanzar en sus carreras también reconocen la importancia de la formación de posgrado. «Para ellos, obtener un título avanzado puede ser la clave para acceder a puestos de mayor responsabilidad y liderazgo», matiza. Transformación Los estudios de posgrado han experimentado una notable transformación para adaptarse a la rapidez del cambio y aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías. Tal y como destacan desde Randstad Professionals, esta evolución se ha centrado en varios aspectos. Por un lado, «la incorporación de plataformas de aprendizaje online ha permitido a los estudiantes acceder al contenido educativo de manera flexible y desde cualquier lugar», indica Mercado. Una flexibilidad especialmente valiosa para aquellos que deben compaginar los estudios con otras responsabilidades laborales o personales. Además, «se ha adoptado un enfoque híbrido en la enseñanza, combinando tanto la presencialidad como la virtualidad. Esta combinación permite mantener la interacción directa entre estudiantes y profesores, al tiempo que aprovecha las ventajas del aprendizaje a distancia», matiza. Otra tendencia importante es el uso de herramientas de IA y análisis de datos para personalizar la experiencia de aprendizaje. «Estas tecnologías pueden adaptar el contenido del curso según las necesidades individuales de los estudiantes, optimizando así su proceso de aprendizaje», cuenta el director nacional de esta consultoría de Recursos Humanos. La utilización de simulaciones y realidad virtual también ha ganado terreno en la educación de posgrado. «Estas herramientas ofrecen a los estudiantes la posibilidad de practicar habilidades técnicas y resolver problemas complejos en entornos simulados, especialmente útiles en campos como la medicina, la ingeniería y las ciencias de la salud», añade. Pero a pesar de todos estos cambios que ha traído la tecnología, desde AED creen que la oferta de másteres debe evolucionar para alinearse permanentemente con la demanda del mercado. «Lógicamente, hay elementos de base que se mantienen en el tiempo, y que es esencial mantener. Pero ello debe ser compatible con actualizar los temas a tratar y las competencias a desarrollar, así como innovar en las metodologías de aprendizaje», afirma Xavier Gangonells. Apuesta por el diseño de nuevos programas para abordar las necesidades específicas de las industrias y sectores emergentes, incorporando conocimientos en áreas como la digitalización, la sostenibilidad, la innovación y la gestión de la diversidad. «Siempre hay espacio para mejorar y es crucial que las instituciones y escuelas de formación sigan adaptándose a los cambios del entorno empresarial con el objetivo de garantizar una buena preparación para los desafíos y oportunidades del mercado laboral actual y futuro», puntualiza. El 'networking' que se adquiere durante el máster también se valora cada vez más, ya que «los estudiantes tienen la oportunidad de interactuar con otros profesionales de diversas industrias y sectores, lo que enriquece su visión del management», explica el director general de AED. Asimismo, esta interacción contribuye a ampliar el capital relacional, lo que es muy positivo para el desarrollo de la carrera. «Estas relaciones pueden abrir puertas a nuevas oportunidades laborales, colaboraciones empresariales y acceso a información y recursos que de otro modo serían difíciles de obtener», añade. Por todo ello, Gangonells cree que compartir experiencias y conocimientos con otros directivos «enriquece el aprendizaje y proporciona diferentes perspectivas que pueden ser aplicadas en el propio entorno laboral». Carmen Palomino, directora de la Fundación Universidad–Empresa (FUE), cree necesario «dejar de pensar que el máster es solo para tu primer puesto. Conforme avanza el mundo, tienes que estar siempre reciclándote». Cuando en 2021 el Gobierno puso mucho hincapié en los másteres y las microcredenciales universitarias, «todos se dieron cuenta que hay que renovar los conocimientos cada vez más y cada día salen cosas nuevas». FUE habla de la necesidad de «una formación que se haga de la mano de las empresas y por las necesidades de las empresas» y recuerdan que la UE está buscando que esas microcredenciales certifiquen una misma formación en toda Europa y que estén diseñadas por las empresas del sector. «Buscamos la competitividad de las empresas de la mano de la universidad y de esta forma se da a la universidad la capacidad de seguir avanzando», resalta Palomino. En su opinión, cuando un joven acaba sus estudios y todavía no sabe a qué dedicarse, «puede que no sea el momento de decidir qué máster hacer para especializarse y puede ser mejor tener una primera experiencia laboral. El máster va a dar un salto en tu carrera dependiendo de lo que quieras decidir», apunta. Lo que sí que tiene claro es que los estudiantes dan cada vez más valor a la formación de posgrado y es algo que se trabaja mucho desde FUE. «Deben entender que estar actualizándose constantemente es fundamental sobre todo para las empresas, que noten que tiene inquietud por formarte, es una competencia muy importante», resalta su directora. Y es que las compañías saben diferenciar cuando los candidatos vienen con más formación que significa también «más inquietud y un año más de madurez». un antes y un después El MBA sigue siendo uno de los estudios de posgrado que marca un antes y un después en la trayectoria laboral de sus alumnos. En el del IESE Business School, por ejemplo (considerado el tercero de Europa y quinto del mundo según el ranking del Financial Times), el 94% de los alumnos de la clase del 2023 obtuvo una oferta de trabajo en los tres meses posteriores a la graduación. Además, el 30% de la clase aprovechó su experiencia en el IESE para hacer un cambio de carrera del llamado «tripe salto», ya que cambiaron de sector, de posición y de país. María Ángela Losa, directora ejecutiva del Programa MBA del IESE, señala que los alumnos del MBA del IESE tienen una media de seis años de experiencia laboral y hay un 87% de alumnado extranjero, por lo que «te ayuda mucho a abrir los ojos al mercado laboral». Estos alumnos entienden este tipo de formación «como una piedra angular para seguir creciendo profesionalmente». Normalmente estudian el MBA porque quieren cambiar de sector, de empresa o de área funcional y logran un aprendizaje muy práctico basado en el método del caso. Gracias a estos estudios «realizan un salto profesional ya sea en responsabilidad o proyectos de mayor envergadura», indica Losa. Tradicionalmente Consultoría y Banca son sectores que han tenido mucho interés en los alumnos del MBA y ahora se han sumado otros como Healthcare, Salud o Energía dada la «capacidad de análisis, comunicación y visión de proyectos estratégicos», entre otros, que adquieren en la escuela.

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