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Trump vs Biden, primer debate: ¿Qué puede pasar si alguno se baja antes de las elecciones?

Trump vs Biden, primer debate: ¿Qué puede pasar si alguno se baja antes de las elecciones?

Aunque los partidos Demócrata y Republicano tienen planes de contingencia, la carrera por la Casa Blanca podría complicarse.

En vísperas del primer debate presidencial estadounidense de 2024, que se celebrará el jueves, a los votantes les sigue preocupando la idoneidad de los candidatos para el cargo.

Joe Biden, de 81 años, debe aprovechar el debate para convencer a los votantes de que sigue estando a la altura del cargo, sobre todo después de que en los últimos videos -algunos editados- volvieran a surgir dudas sobre su edad. Donald Trump, de 78 años, también suscita interrogantes sobre su edad, agudeza mental y temperamento. El mes que viene se conocerá la sentencia oficial de los delitos que se le imputaron en un juicio histórico en Nueva York.

¿Qué pasaría si uno de ellos abandonara la carrera? La batalla por la sucesión podría ser complicada.

¿Cuáles son las probabilidades?

No muchas, sostienen los mercados de apuestas. Los dos candidatos siguen siendo los grandes favoritos para ganar las elecciones del 5 de noviembre: los apostantes dan casi un 87% de posibilidades a una victoria de Biden o Trump, según RealClearPolitics.

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Lo cierto es que ambos candidatos superan ya el promedio de vida de cualquier ciudadano de Estados Unidos.

En el caso de Trump, los mayores obstáculos son sus problemas legales: tanto la remota posibilidad de que el mes que viene sea condenado a prisión como sus colosales facturas judiciales.

Mientras tanto, los conspiranoicos y seguidores de Trump llevan meses especulando con que Biden se vería obligado a abandonar la carrera, para ser sustituido por Michelle Obama, el gobernador de California Gavin Newsom o algún otro demócrata.

La preocupación de los votantes por la edad de Biden también ha llevado a algunos analistas demócratas a preguntarse si debería ser reemplazado. Ese debate alcanzó su punto álgido en febrero tras el informe del asesor especial Robert Hur sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Biden, que lo describía como "un anciano con mala memoria".

Pero ambos partidos parecen decididos a luchar por la Casa Blanca con dos candidatos impopulares. Ninguno de los candidatos ha dado señal alguna de que vaya a abandonar la carrera voluntariamente.

¿Qué pasaría si Trump o Biden abandonan la carrera antes de las convenciones?

Ambos candidatos ganaron fácilmente las primarias de su partido a principios de año. Si abandonaran ahora, correspondería a los delegados de las próximas convenciones republicana y demócrata encontrar sustitutos.

Eso haría que la convención republicana de julio en Milwaukee o la convención demócrata de agosto en Chicago recordaran a las convenciones de hace décadas, cuando los candidatos sondeaban a la delegación de cada estado en busca de votos.

Según Elaine Kamarck, del think tank Brookings Institution, los delegados estatales "no estarían comprometidos", es decir, ya no estarían sujetos a los resultados de las primarias de su estado, y podrían votar al candidato que quisieran. Podrían necesitarse varias rondas de votaciones para encontrar un candidato.

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"En el caso de los demócratas, seguramente elegirían a [la vicepresidenta] Kamala Harris", opina Derek Muller, profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame.

Pero el índice de popularidad de Harris es sólo de 39,4%, según FiveThirtyEight, incluso por debajo del 39,9% de Biden. Es casi seguro que otros demócratas se lanzaran a la carrera.

Trump aún no ha dado a conocer quién será su vicepresidente. Así que la convención republicana sería "un poco más libre", añadió Muller.

Ninguno de los dos partidos contempla la posibilidad de que el vicepresidente suceda al candidato presidencial en el caso de que abandone la contienda o fallezca.

En opinión de Kamarck, el proceso de sustitución sería "un poco más desordenado", con "muchas negociaciones, muchos intercambios de favores y muchos discursos ante las delegaciones estatales en las convenciones".

¿Hay antecedentes?

Sí, pero cuando las reglas de las primarias eran diferentes.

Lyndon Johnson, el presidente demócrata en ejercicio en 1968, sorprendió al país al retirarse de la carrera en marzo. En ese momento, coincidiendo con la guerra de Vietnam, explicó que la presidencia no debía ser mancillada por "divisiones partidistas".

Robert F. Kennedy, que esperaba ser el candidato, había sido asesinado en junio, por lo que Hubert Humphrey obtuvo el respaldo del partido en una convención celebrada en Chicago y empañada por las protestas contra la guerra. Los demócratas se preparan para las protestas contra la guerra -en esta ocasión por Gaza- en su convención de este año, que se volverá a celebrar en Chicago.

Cuatro años después de la sorprendente retirada de LBJ, el demócrata Thomas Eagleton abandonó su candidatura a la vicepresidencia del aspirante a la presidencia del partido, George McGovern. El Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) en pleno tomó el control del proceso de sustitución, sentando un precedente.

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Hoy en día, si uno de los candidatos se retira antes de la convención, la dirección del partido -el DNC o el Comité Nacional Republicano- interviene para gestionar la crisis. "Lo que hay que recordar es que los partidos tienen el control hasta el día de las elecciones", recuerda Kamarck.

¿Qué pasaría si un candidato abandonara después de las convenciones?

Los comités de los partidos decidirían por votación un nuevo candidato. Pero antes podría producirse una batalla sucesoria.

Para los demócratas, la vicepresidenta Harris partiría como favorita a pesar de su escasa popularidad. Pero el gobernador de California, Newsom, sería uno de los aspirantes a sustituir a Biden. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y el gobernador de Illinois, JB Pritzker, son otros posibles candidatos. El problema para todos ellos es que no se les conoce a nivel nacional y se les considera candidatos más plausibles para 2028.

Las consecuencias para los republicanos si Trump quedara incapacitado podrían ser desastrosas. Durante las primarias, republicanos como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el empresario Vivek Ramaswamy intentaron captar a los seguidores de Trump. Sin embargo, la rival más cercana de Trump en las primarias, su exembajadora ante la ONU Nikki Haley, procede del ala conservadora más tradicional del partido republicano. Así que la batalla para sustituir a Trump sería también una lucha ideológica.

¿En qué caso se complicarían aún más las cosas?

Si cualquiera de los dos se retirara tras ganar las elecciones del 5 de noviembre, pero antes de que el Colegio Electoral votara para nombrarlo formalmente en presidente electo, la situación sería totalmente anómala.

En opinión de Kamarck, "en ese caso probablemente elegirían al candidato a la vicepresidencia... Pero eso es un poco ambiguo".

Una vez que el Colegio Electoral haya votado, sería más sencillo: la vigésima enmienda de la Constitución de EE.UU. establece que si el presidente electo fallece, le sucede el vicepresidente electo.

Una vez investido, el nuevo presidente podría nombrar a un vicepresidente en virtud de la 25ª enmienda. Esa elección tendría que ser refrendada por la mayoría en las dos cámaras del Congreso.

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