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Malnutrición también afecta desempeño escolar

Malnutrición, además de provocar retrasos en el crecimiento y riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como diabetes tipo 2, también perjudica a los niños a la hora de estudiar

Los niños malnutridos no pueden absorber la información, ni se acordarán de lo que estudian; sufren cansancio, desconcentración y, por lo tanto, les cuesta aprender y aprovechar todas sus capacidades.

La afirmación la hizo la pediatra e investigadora estadounidense Susan Abdel Rahmen en una conversación con La Nación durante una serie de talleres realizados en Madrid, España, en los que se abordó cómo la malnutrición impide que los niños y niñas alcancen su máximo potencial tanto físico como cognitivo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malnutrición contempla las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta calórica y de nutrientes de una persona, la misma puede manifestarse como desnutrición, sobrepeso u obesidad.

En el caso de Costa Rica, los datos más recientes que se conocen sobre el estado nutricional de los niños, señalan que un 9% de los menores de cinco años presentan un retraso del crecimiento, es decir, un peso poco saludable para su estatura, de acuerdo con la encuesta de Mujer, Niñez y Adolescencia del 2018.

Entretanto, el Censo Escolar de Talla y Peso del 2016, es decir de hace ocho años, arrojó que un 34% de niños entre 6 y 12 años presentaban sobrepeso (un 20%) y obesidad (un 14%). En el caso de desnutrición, de los menores censados, un 1,8% tenía la condición.

País desconoce estado nutricional de la niñez

Una alimentación balanceada ayuda a los niños a crecer y aprender bien. La malnutrición afecta cognitivamente a la niñez. Imagen tomada en la Escuela María Vargas Rodríguez, donde, según lo estipulado en los menús del MEP, ofrecen a los escolares agua como bebida.

“Cuando tenemos una falta de elementos nutritivos específicos que necesita el cerebro, podemos ver que este se desarrolla de otro modo comparado con un niño que no sufre malnutrición”, dijo Susan Abdel Rahmen, durante la presentación de los avances de la campaña mundial Combate la Malnutrición de Abbott y la Fundación Real Madrid, iniciativa que incluye a Costa Rica.

La especialista señaló la necesidad de ser conscientes de que un estudiante que se siente cansado y con hambre no puede rendir bien en la escuela. Ella fue la creadora de la cinta MUAC z-score, una herramienta de papel que se coloca en el brazo de los niños para ayudar en la identificación temprana y el manejo oportuno del riesgo nutricional infantil.

De hecho, advirtió, una alimentación inadecuada en los primeros años de vida y sus repercusiones en el aprendizaje, podría causar incluso afectación en la productividad de los futuros adultos, en las posibilidades de encontrar un buen empleo y una buena calidad de vida.

“Sabemos que la malnutrición afecta el desarrollo educativo de las personas”, coincidió Martín Salazar, nutricionista de la Dirección de Programas de Equidad del Ministerio de Educación Pública (MEP), en una entrevista realizada semanas atrás.

El funcionario afirmó que en el MEP están claros en que “nadie aprende con hambre”. Desde el 2018 y a partir del Censo Escolar de Peso y Talla del 2016, el MEP implementó menús en los comedores escolares que ofrecen una alimentación complementaria que integra los diferentes tipos de alimentos.

La doctora Susan Abdel-Rahmen mostró cómo se puede detectar la malnutrición infantil mediante la cinta MUAC z-score, una herramienta de papel creada por ella. Foto: Fernanda Matarrita

Las señales para actuar en caso de malnutrición

Aunque los profesionales de la salud son quienes deben evaluar el estado físico de los niños, los padres, madres y docentes pueden prestar atención a diferentes señales que alertan de que algo no anda bien y que se deben tomar acciones.

“Una cosa que tenemos que mirar es el tamaño, ver sus hábitos, como comen, la cantidad, si hay solo algunas cosas que comen y otras no. Muchas veces el profesor te hablará de rendimiento académico dentro de la escuela, pero también es necesario prestar atención a cómo se alimentan y comportan los niños”, dijo la pediatra.

Ann Smith, co-directora del Centro Abbott para Soluciones de Malnutrición, agregó que la alimentación de los niños, tanto en casa, como lo que llevan a la escuela, debe contemplar distintos grupos de alimentos como verduras, frutas enteras, cereales y fuentes sanas de proteínas, así como evitar comidas procesadas.

“Hay que educar a los niños sobre elecciones sanas para evitar enfermedades no transmisibles (diabetes, cardiopatías, hipertensión, entre otras). Todo tiene que ver con esas elecciones y educación. A veces se cree que enviar solamente frutas es saludable, porque es cierto que aportan vitaminas y minerales, pero comer solo frutas puede aportar mucha azúcar. Hay que tener un balance, por ejemplo, comer manzana, un trozo de queso, zanahoria y frutos secos. No porque sea sano va a ser más costoso. Se debe saber elegir”, aseguró Smith.

En el Hospital Nacional de Niños (HNN) actualmente atienden a 50 niños, entre los 10 y 15 años, con diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que se desarrolla debido a los llamados “malos hábitos” y que provoca un nivel muy elevado de azúcar en la sangre.

Diabetes tipo 2 aumenta en niños y adolescentes en Costa Rica

Según la doctora Ann Smith, es necesario que, desde pequeños, los niños y niñas aprendan a hacer elecciones saludables a la hora de comer.

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