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Las principales asociaciones de víctimas del terrorismo vuelven a plantar al Gobierno en el Congreso

Abc.es 

«Mientras EH Bildu siga legitimando a ETA y negando que sus crímenes fueran actos de terrorismo, Covite seguirá sin asistir a cualquier acto de homenaje a las víctimas organizado en las instituciones en las que ésta fuerza política tenga representación», aseguraban desde la asociación en su red social de X (antiguo Twitter) este jueves. Un año más, víctimas y políticos se han dado cita en la Cámara Baja como cada 27 de junio para recordar y honrar la memoria de los que ya no están y, también, de los que se quedan, los que sufren la ausencia de sus seres queridos, los que viven con las consecuencias del terror y la violencia. Y un año más, este acto ha dado más que hablar por los ausentes que por los presentes. De los primeros en llegar, el portavoz parlamentario del Grupo Socialista, Patxi López , junto a los socios de Gobierno, Aitor Esteban (PNV) y la tercera en discordia, Mertxe Aizpurua , portavoz del grupo EH Bildu. La presencia de la formación heredera de la ilegalizada Batasuna no es una novedad, y continúa siendo el motivo por el que asociaciones como Covite y su presidenta, Consuelo Ordóñez -hermana de Gregorio Ordóñez, el concejal del PP asesinado en 1995 a manos de ETA en San Sebastián-, han declinado la invitación. Cuando ha sido preguntado por la ausencia de Ordóñez, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska aseguraba esquivo: «De Consuelo solo puedo decir que es una mujer volcada al 100% con las víctimas del terrorismo». El debate acerca de ETA nunca cesa, pero en especial este año que se han celebrado las elecciones al Parlamento Vasco. La banda terrorista estuvo en el centro de la campaña electoral con declaraciones como las de Pello Otxandiano , último cándidato de EH Bildu a la presidencia vasca, que se negó a calificar a ETA como organización terrorista : «Era un grupo armado», se limitó a aseverar el actual diputado. En la otra punta de la Sala, el ministro de Transportes, Óscar Puente , que ha tomado asiento cerca del atril, dejando dos sitios libres a su izquierda que poco después han ocupado el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, que ha retomado su vida institucional con normalidad después de sufrir un episodio de hipertensión en Melilla hace una semana. La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol , ha sido la última figura institucional en entrar en la Sala Constitucional, una de las muchas estancias cercanas al hemiciclo que se utilizan para actos como el de este jueves. Detrás de ella, los representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo que sí han aceptado la invitación, que han recibido el protocolario saludo de la tercera autoridad del país en el salón de Pasos Perdidos. Bajo la atenta mirada de los asistentes, la joven violonchelista Fabiola Sebastián Guijarro, entona el 'Lamentatio' de Giovanni Solima, y da comienzo el acto. Tomó la palabra Juan Benito Valenciano, presidente de la fundación Víctimas del terrorismo. «Decir sus nombres es un acto de memoria», y procede a decirlos para que no caigan en el olvido. Maya Villalobos e Iván Illarramendi, asesinados en los atentados de Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel. Susana Vilar, su hija Elena Schröder y Ramón Bellmas, asesinados en Afganistán el pasado 17 de mayo cuando visitaban el país en calidad de turistas, acto que fue reivindicado por Estado Islámico. Nombres que se incorporan a la lista de vidas rotas por el terrorismo , suman 1.450. Una breve mención a ETA en el discurso de Valenciano , que insiste en lo que vienen demandando las víctimas desde hace tiempo, no más homenajes a etarras, «ellos no lo merecen», aseveró el presidente de la fundación Victimas del Terrorismo, que recordó un dato del que ya avisó Covite el pasado año, «el observatorio de radicalización de una de nuestras asociaciones registró en 2023 466 actos de apoyo a ETA». «Queremos que se deje de humillar de esta manera a las víctimas, una organización terrorista no lo merece», concluyó Valenciano. Después, subía al atril Francina Armengol , «recuerdo la calle cortada, la columna de humo, recuerdo que no nos dejaron acercarnos, una bomba lapa fue colocado en los bajos de un terreno que estalló junto al cuartel de la Guardia Civil», ETA había matado por primera vez en Baleares, comunidad que hasta el año pasado presidió Armengol. «Recuerdo, la capilla ardiente, la entereza de las familias», declaró la presidenta del Congreso. «Aquel terrible asesinato en Mallorca, por el que todavía no se ha hecho justicia», y Armengol giró la cabeza para mirar a Cándido Conde -Pumpido, «fue el último ataque terrorista de ETA». «Historia pasada, no es» , concluía Armengol, y por eso año tras año este acto se celebra en el Congreso, de la misma forma, con la misma solemnidad y, desde hace cinco años, con las mismas notables ausencias. Cuando la presidenta bajó del atril, todos los presentes mantuvieron un minuto de silencio para finalizar con otra pieza interpretación de Fabiola Sebastián Guijarro.

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