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Bob Pop: "Orgullo gay no es orgullo frente a humildad, es orgullo frente a humillación"

Bob Pop, el escritor y guionista ha convertido para los asistentes al Festival de las Ideas y la Cultura en monólogo teatral su diario más personal, Días simétricos, en los que reflexiona sobre el tiempo vivido desde que le fue diagnosticada la esclerosis múltiple. En realidad, para la construcción de esta pieza ha contado con la colaboración de su marido desde hace 21 años, Mauricio Rey, por lo que el monólogo ha transitado a ratos las sendas del diálogo, incluso el más intimo, solemne y, aunque siempre con dignidad, dramático.

No obstante, Bob Pop no ha querido negar el humor que le caracteriza y que combina para narrar en el libro las reflexiones, a veces tan contundentes, sobre la enfermedad que está viviendo. Tampoco ha querido olvidarse de que estamos en la semana de conmemoración del Orgullo Gay, por lo que ha pedido a su marido que le ayudase –dado su elevado grado de discapacidad– abriendo el ejemplar de Días Simétricos para leer un fragmento: “Yo el 29 de junio de 2007, hace 17 años, en el diario 20 Minutos”. “En ese momento mi jefe [director de 20 Minutos] era Arsenio Escolar”, ha explicado.

“Yo el 29 de junio de 2007, en el diario 20 minutos Orgullo gay”, ha insistido Bob Pop. “No es orgullo frente a humildad, es orgullo frente a humillación”, ha reivindicado y después ha soltado: “Y sí, claro que hace falta, claro que tiene sentido”. Seguidamente ha leído una serie de comentarios humillantes e insultantes que, ha asegurado, que aparecieron al final de una noticia de 20 Minutos titulada: Madrid, capital gay europea.

“Madre mía con los maricas: encima están orgullosos de serlo”. “Tenéis un cable mal conectado, eso sí, en contra de las leyes de la naturaleza”. “Maricones que habéis traído el SIDA”. “Día del Orgullo Gay: querrás decir Día de la vergüenza gay” “Maricones y tortilleras dais asco”. “Queréis ser diferentes cuando os conviene y cuando no; que se os trate como al resto de la gente. A ver si os quedáis. Para mí no sois más que un montón de mierda, que estáis como putas regaderas, cerdos y vagos”. “Iros a mariconear a vuestro pueblo, degenerados”. Son algunos de los comentarios leídos por el autor y que aparecieron tras la citada noticia.

El humor como herramienta de combate

Acto seguido Bob Pop ha realizado una reflexión sobre el humor en la que ha dejado claro que aunque él lo practique, esta no puede ser la única alternativa para combatir lo que no nos gusta. “He llegado aquí en mi silla de ruedas que no saca humo”, ha dicho y ha ironizado, socarrón, como residente en Barcelona: “menos mal que ya se ha ido el alcalde Collboni, que si ve que no contamino me multa, porque en Barcelona solo se permiten vehículos contaminantes”.

De todos modos ha matizado que “cuento las cosas con humor sobre una silla de ruedas y me pregunto muchísimas veces qué coño estamos haciendo con el humor, sobre todo los que van de cómicos y teóricos cómicos, que están últimamente reduciendo el humor al único espacio de libertad, convirtiendo el humor en la única bandera de transgresión y de poder contar las cosas como son”.

Ha asegurado que esto le parece “un fracaso de la sociedad, porque eso significa estar haciendo cabaret en la República de Weimar antes de que entren los nazis”. “El humor no puede servir para desactivar, tiene que servir para detonar, para mostrar las cosas desde otro panorama”, ha reivindicado.

“Y el humor también tiene que entenderse desde el privilegio”, ha avisado. “Yo puedo hacer humor sobre mí porque tengo el privilegio de una buena vida, de gente que me cuida, de un buen caché de trabajo, que me permite tener unas buenas condiciones un piso adaptado, un cuidador, un fisioterapeuta y una piscina”, ha observado.

“Pero cuando yo voy a los sitios y la gente me dice que soy un ejemplo por mi actitud y mi humor, me parece una mierda, porque realmente sería igual de ejemplar si estuviera en mi casa muerto de asco, de rabia y de ira lanzando cócteles molotov desde el balcón”, ha explicado ya en referencia a su enfermedad, la esclerosis múltiple.

Y ha apostillado: “Me puedo permitir el humor porque no me duele tanto, porque la rabia no es tan fuerte; y también asumo que quienes me ven y quienes me escuchan también os podéis permitir el humor porque tenéis momentos de paz”.

Una agonía en tiempo real

En un momento del monólogo, Bop Pop ha vuelto a pedir a su marido, al que llama cariñosamente “maridito”, que le abra el libro para leer un nuevo fragmento. “El 30 de junio de 2022 yo escribía en mi diario: 'Covid Fiebre, Fatiga. Urgencias. Tratamiento de choque de cinco días. Lloro. Soy incapaz de moverme'”, ha leído el autor.

“Os voy a contar ahora la verdad”, ha añadido Bop Pop: “Ese 30 de junio que escribo en Días simétricos fue el último día, las cosas no fueron bien como esperábamos y acabé en coma por culpa del COVID”. Después ha remachado: “Esto que llevo viviendo desde entonces es un viaje de alguien a quien han sometido a una eutanasia en tiempo real”. Y ha agregado para terminar: “en mi cabeza llevo dos años viviendo una fantasía maravillosa, un viaje de drogas de puta madre en el que me está pasando todo esto”.

Para terminar, ha glosado todos los medicamentos que le han sido administrados desde la citada fecha por vía intravenosa: “Idazolam, Lidocaína, Propofol, Tiopental y también Acurio o Rocuronio”. Y ha cerrado asegurando, respecto a la evolución de su enfermedad: “llevo dos años pasándomelo fenomenal, donde me pasan cosas estupendas como hacer radio en SER, pero en realidad es todo un viajazo, y está guay, porque en el fondo es un viaje de droga de ida, sin vuelta, una eutanasia dilatada en el tiempo”.

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