World News in Spanish

La política industrial moderna atrae inversión y crea empleo

En el panorama económico global, las políticas industriales han recuperado su relevancia como herramientas estratégicas para el desarrollo.

La política industrial moderna se enfoca en abordar fallas del mercado, promover la innovación y fomentar el desarrollo sostenible, creando ecosistemas propicios para la inversión y el crecimiento en sectores clave.

Este enfoque reconoce la relevancia de la colaboración público-privada, la inversión en capital humano y la creación de redes de innovación que trasciendan las fronteras.

Un ejemplo histórico de política industrial eficaz es el de Volkswagen en Brasil durante la década de los 50. En el Plan de Metas del presidente Juscelino Kubitschek, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) desempeñó un papel fundamental en la atracción de inversión extranjera directa (IED).

El BNDES diseñó un paquete de incentivos que incluía financiamiento preferencial, protección temporal del mercado local, incentivos fiscales e inversiones en infraestructura. La estrategia, además de atraer a Volkswagen, sentó las bases para una robusta industria automotriz en Brasil y lo colocó como el décimo productor mundial de automóviles en 1970.

Qué ofrece Costa Rica

Costa Rica puede aplicar las lecciones de este enfoque a su realidad y centrarse en atraer IED hacia las zonas rurales y actividades clave, como la agroindustria, la investigación agrícola y la electricidad renovable.

Para que estas políticas sean prioritarias y surtan el efecto deseado, es imperativo que el Estado declare de interés nacional el sector agroalimentario y la electricidad renovable, constituyéndolos en cimientos para una acción coordinada y sostenida en estas áreas cruciales.

La propuesta de valor de Costa Rica en estos ámbitos es excepcionalmente fuerte. Ofrece una ubicación estratégica en el corazón de las Américas, un clima tropical propicio para la producción agrícola durante todo el año y una diversidad de microclimas ideal para la experimentación y el desarrollo de cultivos.

Además, la disponibilidad de recursos naturales para la energía renovable, combinada con la estabilidad política y un sólido Estado de derecho, crea un entorno favorable para las inversiones a largo plazo.

El ecosistema académico e investigativo de clase mundial, junto con la presencia de empresas multinacionales y una comunidad de productores locales innovadores y orientados a la sostenibilidad, completan un ambiente atractivo para la inversión y el desarrollo.

La integración de los sectores agroalimentario y eléctrico renovable brindan oportunidades de sinergias únicas para el país. La actividad agroalimentaria se beneficiará de la manufactura liviana para desarrollar tecnologías de procesamiento avanzadas y empaques sostenibles, y la electricidad renovable proporcionará energía limpia y asequible a ambos sectores, para una mejora en la competitividad y la sostenibilidad.

Es crucial reconocer que el suministro energético garantizado y sostenible es esencial también para otros sectores prioritarios, como el de los semiconductores y el clúster de ciencias de la vida.

La alta tecnología requiere un suministro eléctrico estable y de gran calidad para sus operaciones, lo cual subraya aún más la importancia de invertir en electricidad renovable como una base para el desarrollo industrial integral del país.

Oportunidades en varios campos

En el campo agroalimentario, Costa Rica tiene la oportunidad de enfocarse en el desarrollo de cultivos resistentes al cambio climático, el uso de tecnologías de precisión y la creación de productos de valor agregado a partir de materias primas locales.

En manufactura liviana, las oportunidades incluyen la producción de equipos para agricultura de precisión, la fabricación de componentes para sistemas de energía renovable, el desarrollo de empaques biodegradables y sistemas de conservación de alimentos.

En cuanto a electricidad renovable, Costa Rica puede liderar no solo en la generación, sino también en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía, en redes inteligentes para optimizar la distribución y la producción de hidrógeno verde como vector energético, y fertilizantes.

En el ámbito nacional, la seguridad alimentaria y energética abre puertas a la diversificación económica y al fortalecimiento de los sectores intensivos en energía. Invertir en estas áreas situará a Costa Rica como líder en producción sostenible y atraerá inversión extranjera, que se traduce en crecimiento de nuevos mercados.

Además, desarrollar las capacidades en energías renovables y prácticas agrícolas avanzadas impulsa la competitividad y la capacidad de exportación nacional.

Banca para el Desarrollo, Procomer y el INA

El Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) desempeña un papel crucial, similar al del BNDES brasileño, para ofrecer financiamiento a proyectos de investigación y desarrollo en el sector agroalimentario con énfasis en tecnologías que promuevan la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático. También para inversiones en electricidad renovable y manufactura liviana.

El SBD tiene el potencial para apoyar el desarrollo de infraestructura de vanguardia necesaria para la investigación avanzada, como por ejemplo los laboratorios especializados, los invernaderos inteligentes y los campos de prueba con la última tecnología.

En colaboración con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el Procomer, es posible diseñar programas de capacitación laboral con miras a preparar a los trabajadores locales en el uso de tecnologías avanzadas y la gestión de negocios innovadores.

La colaboración entre el SBD y el Procomer sería esencial, aprovechando los incentivos fiscales, recursos financieros y la colaboración público-privada. Esta sinergia capitalizaría en los sectores mencionados el nearshoring y el friendshoring, relevantes en el contexto actual de búsqueda de cadenas de suministro resilientes y seguras.

Costa Rica tiene ante sí una oportunidad única para echar a andar una política industrial moderna y estratégica que impulse su desarrollo económico y sostenible.

Si declara de interés nacional el sector agroalimentario y la electricidad renovable, y se enfoca en atraer IED hacia las zonas rurales y las actividades estratégicas, el país creará, con toda seguridad, un ecosistema de innovación que se ocupe de los desafíos globales mientras incentiva el crecimiento local.

La integración sectorial promoverá la seguridad alimentaria y energética, y también convertirá a Costa Rica en líder en soluciones sostenibles. Este enfoque holístico tiene el potencial de transformar las zonas rurales, crear empleos de calidad, fomentar una economía resiliente y diversificada, y al mismo tiempo poner las bases del desarrollo en el área de la alta tecnología, como los semiconductores y las ciencias de la vida.

victor.umana@incae.edu

Víctor Umaña es economista agrícola. Realizó sus estudios de posgrado en Economía Política Internacional en la Universidad de Berna y el ETH de Zúrich, Suiza. Es consultor internacional en comercio internacional, competitividad y desarrollo sostenible.

Читайте на 123ru.net