World News in Spanish

Fábrica de ‘bullying’

Fábrica de ‘bullying’

La aparición de las redes sociales ha tenido un efecto amplificador en la difusión de la intolerancia, la xenofobia, el racismo, la agresividad y los estereotipos.

Recuerdo que en el colegio un compañero me puso el apodo de Frenteskein, porque decidí quitarme el peinado de carrera al lado de toda mi vida y hacerme un corte de cabello estilo “chupado para atrás”.

Confieso que me causaban mucho enojo las bromas sobre mi nuevo look que, por supuesto, multiplicaron al infinito las inseguridades y las dudas existenciales propias de mi adolescencia.

Me sentía acomplejado y molesto. Consideraba injusto que me trataran así, aunque yo mismo, años atrás, llamaba Lombriz Prehistórica a un compañero de escuela debido a su altura.

Les cuento esta pequeña anécdota porque me temo que, alguna vez en la vida, todos hemos sido víctimas, victimarios o incluso hemos estado a ambos extremos del bullying.

No lo digo con el afán de normalizar una práctica que considero despreciable, sino más bien para señalar los profundos alcances de este veneno que socava a la sociedad.

Hace unos días, el periódico La Nación publicó los relatos de niños y adolescentes que han sido objeto de crueles burlas y señalamientos debido al aspecto de sus orejas.

Algunos de ellos pudieron acudir a cirugías estéticas para corregir sus malformaciones. Pero otros, que no tienen esa solución al alcance, deben lidiar con los estigmas y la chota.

¿Cuál es el origen de todo esto? Al hogar se le suele echar la culpa de todos los males, por su innegable pérdida de injerencia en la formación de valores. Sin embargo, hoy no es el único responsable.

Considero que la penetración universal de las redes sociales ha tenido un efecto amplificador en la difusión de la intolerancia, la xenofobia, el racismo, la agresividad y los estereotipos.

Posteos, videos, chats y transmisiones en vivo generados por irresponsables e inescrupulosos han convertido la web en una fábrica de bullying al alcance de cualquiera.

El gran problema es que todo ese torrente de mensajes de odio llega en forma directa, y sin filtros, a la intimidad de las pantallas de niños, jóvenes y adultos.

Frente a este bombardeo, las familias tienen el enorme reto de reaprender a educar a los más pequeños y a los más grandes para que puedan repeler los contenidos nocivos.

Pero también los centros educativos, el Estado y la sociedad tenemos la obligación de buscar nuevas estrategias para prevenir la violencia y atacar cualquiera de sus manifestaciones.

Volviendo a la historia de Lombriz Prehistórica, resulta que con los años terminé siendo más alto y más flaco que él, y además cargaba mi propio apodo. Así aprendí que en la vida se cosecha lo que uno siembra.

rmatute@nacion.com

El autor es jefe de información de La Nación.

Las familias tienen hoy el enorme reto de reaprender a educar a los más pequeños y a los más grandes para que puedan repeler los contenidos nocivos.

Читайте на 123ru.net