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¿Qué quiso decir la OMS al catalogar al talco como ‘probablemente cancerígeno’?

Tal vez usted haya leído, visto o escuchado que el talco es “probablemente cancerígeno” y que muestra vinculación con el cáncer de ovario. Pues sí, así lo catalogó la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).

En un informe publicado este viernes 5 de julio en la revista The Lancet Oncology , esta dependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó los resultados de una amplia investigación sobre este tema.

El talco es un mineral que se da de forma natural en muchos países y se extrae a través de minería. Se utiliza, entre otras aplicaciones, como lubricante en fertilizantes y alimentos para animales, para la producción de cerámicas.

También es usado para producir caucho, hule, plásticos, pinturas y barnices e incluso algunos materiales de construcción. Además, se emplea en la elaboración del papel, para mejorar las propiedades de las superficies y en la composición de algunos medicamentos.

Pero tal vez la forma más conocida para nosotros es el talco en polvo, que se usa para la higiene de bebés, para prevenir dermatitis por contacto del pañal, pero también en adultos para absorber sudor y olores. También figura como compuesto en cosméticos en polvo.

¿Implica esta declaratoria que debemos dejar de utilizar el talco? La Nación lo explica a partir de los documentos de la IARC y las recomendaciones de especialistas.

¿Cómo se determina si algo es cancerígeno?

Para entender qué quiere decir esto y qué implica, primero debemos saber que estas clasificaciones de la IARC no le dicen a una persona su riesgo de desarrollar cáncer si se expone o consume determinado agente.

Dichas clasificaciones describen la solidez de la evidencia científica que existe sobre si un agente puede ser una causa de cáncer, más que de evaluar el nivel de riesgo.

Para poner un ejemplo, el fumado y la radiación ultravioleta también están definidos como cancerígenos para los humanos, pero esto no implica que ambos presenten el mismo nivel de riesgo, sino que la evidencia científica que respalda que sean cancerígenos es igual de fuerte.

Esto es así porque el cáncer es una enfermedad multifactorial y depende de cada persona, de su genética y de todos sus hábitos de vida. Nada es directamente causa y efecto.

Cuando la IARC recibe una recomendación de evaluación, primero revisa los estudios publicados hasta el momento.

Para el caso del talco, 29 especialistas en cáncer de 13 países evaluaron estudios en donde se vinculaba el uso del talco con cáncer en humanos (especialmente de tumores de ovario) y de estudios en animales y animales de laboratorio.

Con base en los estudios, la IARC clasifica cada agente en una de estas tres categorías, una de ellas con dos subcategorías:

1- Cancerígeno para los humanos

También conocida como Grupo 1. Se establece cuando hay suficiente evidencia convincente de que este agente causa cáncer a los seres humanos.

La evaluación usualmente se basa en resultados de estudios epidemiológicos que muestran vinculación entre su exposición y el cáncer en seres humanos, o que haya suficiente evidencia en animales que esté soportada en estudios en humanos.

Este 5 de julio, la IARC también incluyó en este grupo al acrilonitrilo, un compuesto utilizado en la producción de polímeros y fibras de ropa.

El fumado de tabaco, la radiación ultravioleta, la radiación ionizante, las carnes procesadas y las bebidas alcohólicas también están en este grupo.

2- Probablemente o posiblemente cancerígeno para humanos

También llamada Grupo 2. Contiene dos subgrupos, a los que se les conoce como 2A y 2B:

2A- Probablemente cancerígeno. Aquí se ubicó al talco. Se puede llegar aquí por diversas conclusiones: si hay evidencia limitada de aumento de riesgo de cáncer en animales, o suficiente evidencia en animales de laboratorio, o evidencia en estudios que sugieran características de que podría ser cancerígeno en humanos.

El talco comparte esta categoría con las emisiones de gas propagadas cuando se fríe grasa o aceite a altas temperaturas, el pesticida DDT, el consumo de carnes rojas y procesadas, y los turnos de trabajo de noche.

2B- Posiblemente cancerígeno. Aquí se agrupan los agentes en los que la evidencia de cáncer en humanos es limitada, pero hay suficiente evidencia en animales o en otros estudios que indican que una cosa puede vincularse con otra.

En este grupo están el edulcorante aspartame, el humo generado por la combustión de la gasolina, el plomo y los riesgos ocupacionales de ser barbero o estilista (por los químicos que utilizan con frecuencia).

3- No es posible calificarlo como cancerígeno para humanos

También llamado grupo 3. En esta clasificación, la evidencia en humanos es inadecuada y en los modelos animales es limitada o inadecuada. En esta agrupación están el consumo del café, el paracetamol, el aceite crudo y el mercurio.

¿Por qué el talco es considerado ‘probablemente cancerígeno’?

El grupo de trabajo decidió clasificar el talco como probablemente cancerígeno para los humanos con base en una combinación de evidencia limitada de cáncer de ovario en las mujeres, ya que anteriormente estudios habían sugerido este vínculo.

Incluso, la empresa Johnson & Johnson fue demandada por mujeres que alegaban haber desarrollado cáncer de ovario luego de que utilizaran este cosmético en sus zonas íntimas. En 2018, la compañía fue condenada a pagar $4.700 millones a 22 mujeres. Estudios científicos posteriores confirmaron una correlación.

De acuerdo con los análisis, el talco inducía una inflamación crónica en varios tejidos después de la administración y exposición durante dos años.

“Hubo numerosos estudios en humanos que mostraron consistentemente un incremento en la incidencia de cáncer de ovario en mujeres que reportaron uso de talco en la región perineal. No obstante, el grupo de trabajo concluyó que no se pudo establecer totalmente una relación causal (...)

" También hay mayores índices de cáncer de ovario en mujeres que trabajan en la industria del papel, que conlleva exposición a talco. Sin embargo, no se logró determinar la causa, porque también pudieron exponerse a asbesto”, destacó el reporte.

Si esta evidencia hubiera sido concluyente, el talco hubiera estado en el grupo 1 y no en el 2A.

Pero esta no fue la única evidencia que tomaron en cuenta los científicos. También revisaron estudios en animales. Según estos, en ratas de laboratorio, los tratamientos con talco causaron un aumento en la incidencia de tejido maligno en hembras (médula adrenal y pulmones) y una combinación de tumores malignos y benignos en los mismos sitios en los machos.

Además, se observó un crecimiento anormal de células en el tracto respiratorio de roedores expuestos a inhalación crónica de talcos.

¿Debo dejar de usar talco?

Esta es una pregunta que muchas personas pueden estarse haciendo en este momento. Varios oncólogos internacionales han salido al paso de este anuncio de la OMS para hacer un llamado a la calma.

Una de las razones es que también hay algunos estudios que no encontraron un vínculo entre el cáncer y el uso del talco.

Sin embargo, aunque el vínculo sí se ha demostrado en otros estudios, cada persona es diferente y no todas se verán expuestas a un agente probablemente cancerígeno con la misma frecuencia ni en la misma intensidad.

“Esto no significa que porque alguien se haya puesto talco alguna vez esté en riesgo. El riesgo de generar un cáncer va a depender de la dosis de exposición, tiempo y forma de contacto con el talco”, dijo el oncólogo Alejandro Pérez Fidalgo, en declaraciones al diario El País, de España.

Para él, sí sería recomendable evitar, en la medida de lo posible, el uso de polvos de talco en zonas genitales especialmente en el caso de las mujeres. Pero recordó que el anuncio de la IARC no implica que el uso previo de talco vaya a ser responsable de la aparición de un tumor.

También podría tenerse una mayor cautela con los bebés y consultar al pediatra sobre cuál es la mejor forma para mantener la higiene de los pequeños y evitar quemaduras por rozaduras del pañal.

Sobre otros usos del talco, los estudios no encontraron un aumento de riesgo de cáncer si se usan, por ejemplo, en los pies u otras zonas del cuerpo más propensas al sudor.

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