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El amor como enfermedad: La percepción medieval que impactó la historia

Durante la Edad Media, el amor era frecuentemente descrito como una enfermedad que afectaba tanto el cuerpo como el alma, influenciando desde la literatura hasta la práctica médica.

En la Edad Media, el amor era concebido como una pasión arrolladora que podía llevar al individuo tanto a la gloria como a la perdición, reflejando la complejidad de las relaciones humanas en aquel tiempo.

En la Edad Media, el concepto de amor abarcaba diversas interpretaciones. Desde una perspectiva religiosa, se entendía como voluntas y caridad, un acto de entrega al prójimo, valores defendidos tanto en textos bíblicos como en literatura moralizante.

Sin embargo, también se concebía el amor como una pasión, conocida como “eros”, resultado de la idealización de la persona amada.

Uno de los tratados más influyentes que abordó esta visión del amor fue De amore, escrito por Andreas Capellanus en el siglo XII. Este tratado científico y práctico delineaba las normativas para las relaciones amorosas, clasificando el amor en tipos como el verdadero, el vulgar (carnal), el imposible y el deshonesto. Capellanus condenaba este último tipo de amor por ser contrario a los preceptos morales vigentes.

El influjo del amor en la sociedad medieval se extendió incluso a la medicina, donde se planteaba que el amor era una enfermedad, teorizada a partir de los cuatro humores corporales. Según esta teoría, la salud dependía del equilibrio de la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla.

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Los médicos medievales, como Constantino el Africano, establecieron una conexión directa entre el exceso de bilis negra y el “mal de amor”. Esta enfermedad afectaba el cerebro, provocando intensos pensamientos y preocupaciones en el amante.

Bernardo De Gordonio, en su obra Lilium Medicinae (1303), atribuía la enfermedad del amor a un “amor de mujeres”, describiendo síntomas como el color amarillento de la piel, insomnio, falta de apetito y tristeza constante por la ausencia de la amada.

Arnau de Vilanova, otro médico medieval, asociaba este trastorno a un error en la memoria cogitativa, situada en el cerebro, elevando la temperatura corporal debido a la anticipación del placer sexual.

En la literatura medieval, el amor era recurrentemente representado como una enfermedad. Autores como Lucrecio en De Rerum Natura (siglo I a. C.) y Garcilaso de la Vega lo describían como una condición peligrosa que podía llevar a la locura y la muerte. Obras como El Libro de Buen Amor (1330-1343) y La Celestina (1499) también exploraban los efectos devastadores del amor desmedido en sus personajes.

¿Cuál era el tratamiento de la enfermedad del amor en la Edad Media?

El tratamiento de esta enfermedad implicaba recomendaciones como una dieta específica y disciplina moral. Se sugería evitar alimentos que estimulaban el deseo sexual, sustituyéndolos por carne blanca y pescado, y adoptar prácticas como baños fríos y sueños en almohadas con ortigas para mitigar los impulsos carnales.

En conclusión, la visión del amor como enfermedad en la Edad Media reflejaba no solo preocupaciones médicas, sino también morales y literarias, buscando equilibrar los deseos humanos con la virtud y la armonía del alma.

En la era medieval, el amor era visto como una fuerza poderosa capaz de inspirar tanto virtud como desesperación.

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