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Sevilla festeja el día del Carmen por tierra y por el Guadalquivir

Abc.es 

El calendario quiso que el 16 de julio hubiese dos procesiones en Sevilla : una por tierra y otra por el Guadalquivir. El Carmen de Santa Catalina, el palio de las glorias y Calatrava, una imagen con dos salidas en la misma semana, cerrarán los días de esta devoción tan arraigada a la ciudad desde hace siglos. El día, sin necesidad de ser festivo, comienza con la visita a los templos para los cultos y besamanos de las imágenes , sean o no titulares de hermandades, porque son muchos los rincones donde se da culto a la Virgen del Carmen. Destaca la talla de penitencia ubicada en el retablo de los Terceros, delante del misterio de la Cena, hecho propiciado por las obras en Omnium Sanctorum, o la de San Lorenzo, la Virgen más antigua de esta advocación. En casi todas las localidades de Andalucía hay procesiones del Carmen , al igual que en Sevilla, donde durante nueve días, del 13 al 21 de julio, hay salidas. Esto es una muestra de que es uno de los iconos fundamentales de la ciudad. El Carmen de Calatrava retrasó la procesión fluvial , dado que la capilla de la Santa Cruz del Rodeo ha estado en obras durante unas semanas. A las siete y media de la tarde daba inicio el traslado de la Virgen hasta la Barqueta, con un saludo a las hermanas del convento de San Clemente antes de embarcar, donde la imagen estará el próximo domingo en su paso de salida. Desde el puente de la Barqueta hasta la pasarela, la Virgen cruzó el Guadalquivir por el paseo de Juan Carlos I, acompañada por los sones de la juvenil de las Cigarreras . Esta hermandad recuperó las procesiones fluviales, algo tan característico del Carmen, siendo una de las corporaciones de glorias más antiguas que existen.   No faltó el homenaje a los marineros fallecidos en la pasarela , con una corona de flores arrojada al río, llevada desde la salida hasta este lugar junto a la Virgen, dando paso a una petalada, convirtiéndose en el punto clave de la procesión. Seguidamente, cuando el sol se escondió por la Cartuja, la imagen regresó a la Barqueta, dando inicio a un rosario por su feligresía. Así comenzaron los días del Carmelo en Calatrava, cuyo broche final será el domingo 21 de julio con la procesión terrestre. Pasadas las nueve de la noche, qué decir de la Virgen del Carmen de Santa Catalina. No hay calificativos para describir a la talla del Carmelo en Sevilla, tan clásica y a su vez novedosa por ser la única imagen de gloria en salir bajo palio con bambalinas. Cada 16 de julio, todos los cofrades acuden a verla. Es el cierre de sus cultos. Desde la mañana,   los hermanos colocan las flores, pudiendo ser observado por los feligreses. Es una estampa repetida año tras año, una jornada que arranca a primera hora de la mañana y termina a última hora de la noche. Los cultos del Carmen de Santa Catalina deben calificarse de éxito, abarrotados cada día a pesar de ser tiempo estival. No cabía nadie más en el interior en la función principal de instituto , tampoco en el exterior, a la espera de la procesión, pudiendo compararse perfectamente como si fuese Jueves Santo. Esta vez salió sin cortejo , solo con el cuerpo de acólitos, para que todos sus hermanos pudiesen estar cerca de su Virgen en todo momento, como a lo largo de la historia ha ocurrido en otras salidas de otras hermandades. Santa Catalina era una fiesta en torno a la Virgen del Carmen. Muchos continuaban recordando los años que tuvo que salir desde San Román, también desde San Pedro, pero esta hermandad recuperó su esencia en un templo que es un sitio de mucho tránsito para acceder y venerar a todas las corporaciones residentes en este templo. Nadie quiere perderse la salida o el recorrer del paso de palio por la parroquia por fuera con la caída de la tarde , con bares sevillanos repletos disfrutando de una procesión que recorrió varios templos de la feligresía. Especial si cabe fue  la visita de la Virgen a la iglesia de los Terceros. Al fondo estaba el misterio de la Cena y la Virgen del Carmen, titular de la hermandad de penitencia, que había concluido un rato antes la función solemne por su festividad. Su estancia en la sede de la Cena propició esta estampa. Caída la noche el público desciende, pero  es una oportunidad de poder disfrutar de un paso sin bulla, con la gente que quiere estar disfrutando de una procesión de una imagen que es epicentro de una devoción repartida por multitud de rincones por Sevilla.

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