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Sánchez enfanga el debate en el que debía concretar su plan de «regeneración»

Abc.es 

Tres meses después de su carta a la ciudadanía en la que amagó con dimitir tras la investigación abierta a su esposa por presunta corrupción, Pedro Sánchez explicó este miércoles en el Congreso de los Diputados las líneas maestras de su «plan de regeneración» , que tiene en los medios de comunicación su principal diana. El presidente del Gobierno, que agrupó en su comparecencia este asunto y las explicaciones sobre el último Consejo Europeo, en el que se repartieron los llamados 'top jobs' comunitarios -la presidenta de la Comisión Europea, el presidente del Consejo Europeo y la Alta Representante de la UE- mostró dos caras perfectamente medidas en un debate que copó, aprovechando que no tiene límite de tiempo, con casi tres horas en la tribuna de oradores, por apenas media hora de Alberto Núñez Feijóo. La primera, en su discurso inicial, con tono en principio más conciliador, detallando aspectos de su plan y tendiendo la mano al Partido Popular (PP), al que recordó hasta la saciedad que en el Parlamento Europeo votó en su día a favor del reglamento sobre medios en el que aseguró inspirarse su proyecto, tanto para la transparencia que se debe exigir a las compañías mediáticas sobre su accionariado y su medición de audiencias como para el control de la publicidad institucional que reciben. Tan plana en términos parlamentarios fue su intervención que hasta citó y leyó íntegros varios artículos de esa norma comunitaria . Y la segunda, en una réplica perfectamente escrita de antemano -sobre la que dirigentes del Gobierno advirtieron por los pasillos que iba a dar que hablar- y a la que Feijóo ya no podía contestar con el mismo tiempo, donde el jefe del Ejecutivo embarró la sesión con acusaciones contra el líder de los populares, algunas de ellas con notables medias verdades o inexactitudes. El Sánchez que clamó, como suele, contra los bulos y la desinformación, y contra los «pseudomedios» o «tabloides digitales» que, señaló, «hacen negocio con la mentira», afirmó desde la tribuna que Feijóo no había llegado a liderar su partido mediante un congreso. Falso, fue un cónclave extraordinario, celebrado la primavera de 2022 en Sevilla, el que lo eligió. Como no podía ser de otra manera. Trató de vincularle con el narcotráfico, esta vez acusándole del secuestro que en su día sufrió el exitoso libro 'Fariña' coincidiendo con su etapa al frente de la Xunta de Galicia. «Convivió pacíficamente con la censura y secuestro de un libro que contaba una verdad tan incómoda como real», le espetó, a lo que añadió: «Lo secuestró uno de los suyos y usted calló», señaló en referencia a Alfredo Bea Gondar, exalcalde de O Grove (Pontevedra) que abandonó Alianza Popular en 1989. En las redes sociales, el autor de la afamada obra, Nacho Carretero , tuvo que salir a la palestra para precisar que fue un juez quien ordenó ese secuestro y no el PP. Nada más encaramarse a la tribuna para su larga réplica a todos los grupos, Sánchez se empleó a fondo en una enmienda a la totalidad de Feijóo, quien a su juicio «siempre defrauda» cuando sube a la tribuna de oradores, pues tras escucharle «sale uno con la certeza de que no hay nada detrás de la destrucción, de la descalificación y del ruido. La mentira y la difamación, señoría, no se convierten en verdad por repetirla mil veces, ni por supuesto por vociferarla más alto», le espetó Sánchez al presidente del PP. Antes de eso, el jefe del Ejecutivo quiso desactivar las críticas por pretender cercenar la libertad de acción de los medios de comunicación, y para ello negó que la intención de su Gobierno sea la de «repartir carnets de fiabilidad entre unos medios de comunicación y otros», una afirmación que enseguida provocó una aclamación irónica en la bancada de la derecha, a la que contestó así el líder socialista: «No creo que ninguna de las familias políticas que aprobamos esto en Bruselas y en Estrasburgo tuvieran esa misma intención». Un momento en el que el Grupo Socialista aplaudió, replicando así gestualmente a la bancada de enfrente. El líder socialista, que hasta llegó a citar a Ryszard Kapuscinski, el célebre reportero polaco, y que blasonó de abogar por una «prensa libre e independiente», dejó claro un diagnóstico de la situación en la que «el 90 por ciento de los españoles se ven expuestos a noticias falsas de forma recurrente» y en la que «hay miles de bulos que se comparten un 70 por ciento más rápido que las noticias verdaderas», lo que a su juicio se traduce en percepciones erróneas como las de que «nuestra economía está en crisis». Algo que negó afirmando que «es una de las prósperas de Europa» . Y detrás de todo ello, advirtió, no hay casualidad sino causalidad. «La 'fake news' no surgen por accidente, hay quien las fabrica», sentenció, en un discurso donde puso buen cuidado en no citar el caso de su mujer, Begoña Gómez, la misma semana en que el empresario Carlos Barrabés , en su declaración judicial, desveló encuentros en La Moncloa con el presidente y su esposa. Del plan de regeneración anunciado, que a partir del lunes se negociará con los distintos grupos parlamentarios, no hay nada, como confirman fuentes del Gobierno, que afecte a la regulación de la figura del cónyuge presidencial, hasta ahora inexistente , y tampoco al registro de reuniones que se mantiene en el complejo de Presidencia con empresarios u otras personas. Sí, en cambio, y así lo anunció el jefe del Ejecutivo, una «estrategia nacional de gobierno abierto», enunciado que de momento tampoco tiene mayor concreción. También una reforma de la ley electoral para hacer obligatorios los debates televisivos entre candidatos. Por el Gobierno negociarán el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el de Cultura, Ernest Urtasun, en representación de Sumar, el socio minoritario de la coalición, aunque la cosa va despacio. Habrá que «ir sacándolo a partir de septiembre» , explican desde Moncloa. Se trataría, detallan las citadas fuentes, de trabajar sobre la base del reglamento europeo de medios, pero adaptándolo o haciéndole añadidos desde las Cortes Generales. Para ello, la propia UE da de tope hasta el verano del año que viene. A la espera de las ideas que aporten los socios, el Gobierno baraja que las normas que se aprueben definan incluso qué es o qué no es un medio de comunicación, y que si un determinado medio no rectifica una información que se considere errónea se pueda arbitrar algún tipo de mecanismo para que el resto sí lo haga. Algo que las fuentes gubernamentales consultadas vinculan al modelo de Suecia. Sánchez, además, anunció 100 millones de euros para la digitalización de medios con cargo a los fondos europeos y confirmó su intención de cambiar la ley de publicidad institucional, fuente a su juicio de muchos «pseudomedios» financiados con dinero de las comunidades autónomas.

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