Realidad, verdad..., ¿la libertad?
Promesas, mentiras..., ¿el derecho? Auditor, falsedad..., ¿la consecuencia? El juramento por cargo, el incumplimiento..., ¿la inhabilitación? Campañas electorales, incumplimientos..., ¿la penalización? El dinero público, los auditores..., ¿las devoluciones? Todos fracasaremos si no aprobamos una ley que inhabilite a toda persona con cargo en cualquiera de los tres poderes de un Estado.