Kim Torres busca la luz y la sombra en un cine que sigue creciendo
En el cine de Kim Torres perseguimos la luz. Buscamos los rastros que han dejado algunos rayos sueltos, confiando en que nos revelen algo sobre los personajes que vimos brevemente retratados. La luz es el deslumbramiento por el mundo; la perseguimos en sus movimientos, las sombras, los vacíos.
El espacio de arte y diseño Satisfactory, en barrio Escalante (San José), presenta la exposición Florece la sombra, una indagación de Kim Torres sobre sus tres cortometrajes recientes, una “trilogía de la luz” que ha destacado internacionalmente y en Costa Rica (realicé la curaduría en estrecha colaboración con la artista). Atrapaluz (2021), Luz nocturna (2022) y Solo la luna comprenderá (2023) se presentan desde su interior, por así decirlo, reuniendo en el espacio los rastros de su creación.
En el 2021 y el 2023, los respectivos cortos se estrenaron en competencia en el Festival de Locarno. En el 2022, Luz nocturna estuvo en competencia en Cannes. Las tres obras se han mostrado en el Costa Rica Festival Internacional de Cine y han recogido premios y aplausos en decenas de festivales internacionales.
Actualmente, Torres se encuentra en el montaje de su primer largometraje. Por ello, nos parecía un momento idóneo para hacer esta pausa, recopilar la memoria de su cine hasta ahora, y mirar hacia adelante.
Cuadernos de notas, fotogramas ampliados, transposiciones a otros medios de las imágenes que los componen y textos que emanan de su creación y exhibición se reúnen en el espacio para mostrarnos una obra en movimiento.
En el espacio, conforman un archipiélago de ideas y gestos que dan cuenta de la creación de las tres obras, disímiles y de preocupaciones distintas, pero unidas por la búsqueda de un lenguaje propio en la opacidad, la sensualidad luminosa, el contacto humano y no humano, y otras búsquedas propias de lo cinematográfico.
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“El cine que más me ha cautivado es el que deja espacio para quienes miran. Esas pelis que puedo ver muchas veces e ir profundizando la lectura y aunque nunca las llegue a comprender por completo, me estimulan la imaginación y abren posibilidades. El cine sigue siendo un misterio para mí, pero ahí es donde encuentro su encanto. Trato de abordar así los cortos, tengo algunas teorías al respecto, pero no siento que sean respuestas cerradas”, dice Torres.
Aunque distintos, los mundos de los tres cortos coinciden en una percepción ligeramente desajustada de la temporalidad: a veces parecen situados en un futuro que no ha terminado de reemplazar al presente. No son futuros fantásticos o demasiado lejanos; están al alcance de un gesto. En la exposición, Torres juega con esta idea mostrando fragmentos sonoros y audiovisuales y notas de trabajo de las películas en estructuras que enfatizan lo manual y lo táctil, en diálogo con la inmaterialidad del video digital.
En Atrapaluz, filmado en México, un mundo ligeramente distante del nuestro nos presenta a Lila, una chica que busca contacto, conexión, y las encuentra en un cíborg, en un destello de luces y colores envolventes. Luz nocturna vuelve a Costa Rica, entre árboles y agua, donde Ale resguarda a sus hermanos pequeños del mundo exterior, que envuelve todo en sus sombras. Y en Solo la luna comprenderá, el cruce de pasado, presente y futuro es aún más claro: escuchamos del mañana, cuando Manzanillo desaparecerá en el mar, y será acaso alguna isla... cortada del mundo, distante de todo.
“Trato de dar espacio a la poesía, sugiriendo más que diciendo y dejando abierta la puerta para nuevas sensaciones y preguntas”, dice Torres.. Trayendo estos retazos de las películas a la sala de Satisfactory, tejen otras narraciones, dejan hilos sueltos de los que podrían surgir perfectamente otras pelis. Su cine se descubre mientras se hace, en la colisión de imágenes que han surgido del entorno y de los cuerpos y voces que los habitan.
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¿Cómo ve Kim Torres su cine?
¿Considera Torres este trío de cortometrajes una especie de trilogía “informal”? ¿Qué dicen en conjunto, ahora que los tres han viajado tanto? “Creo que en cada cortometraje me he planteado probar una búsqueda distinta en cuanto al lenguaje cinematográfico. Me hace ruido pensar que les directores tienen un ‘estilo’ que deben de repetir o buscar para luego quedarse ahí. Sin embargo, reconozco, que más que tener un estilo conscientemente, hay una mirada que atraviesa los tres cortos, en donde se plantea un conjunto de emociones que cohabitan en el universo propio de cada película”, responde la cineasta.
“En Atrapaluz hay una búsqueda sensorial de lo que se siente habitar un cuerpo y transformarlo. En tiempos pandémicos, me atravesó la relación que tenemos con la tecnología, sin pensarla de forma binaria, sino como un espacio para reconfigurar nuestras identidades”, explica acerca del cortometraje del 2021.
Por otra parte, Luz nocturna busca “una economía visual en donde pudiera contar las emociones y el relato en la menor cantidad de planos posibles, explorando el fuera de cuadro sonoro para construir un mundo que no está totalmente al alcance del espectador”, dice la cineasta. Este trabajo indaga sobre “las cualidades opresivas de los espacios que pueden ser a la vez hermosos y hostiles como la selva del trópico o un hogar”.
Solo la luna comprenderá “amalgama búsquedas anteriores sobre la relación del cuerpo y el espacio que habitamos, pero con una aproximación más libre a la forma que se fue encontrando en cada paso de la realización del corto”, dice Torres. Entre niños y niñas de Manzanillo (Talamanca, Limón), habla de “sueños, frustraciones, mentiras y anécdotas” en un espacio liminal, ni aquí ni allá.
En suma, son películas donde la luz, el sonido y el movimiento narran por su cuenta tanto como lo hace el drama, que se asoma entre los renglones de una trama muy libre. En los personajes existe una necesidad de existir dignamente a pesar de la sombra que flota sobre sus casas y sus cuerpos. Son personajes que habitan espacios en ruina, donde la amenaza de un mundo capitalista y patriarcal no evita que florezcan en el terreno agrietado.
Pienso en las pelis de Kim como el oleaje; entre la espuma de sus imágenes, surgen “objetos” raros: descolocan, porque son fragmentos, partes de un todo que no percibimos de inmediato. A la vez, son historias cercanas a la piel, emocionales: pulsan con alegrías, miedos y, sobre todo, el deseo de contacto. Trasladar su cine a esta exposición es hacerlo más táctil aún: un cine que se toca. Luz y sombra que podemos tomar en las manos.
Cómo ver la exposición de Kim Torres en Satisfactory
La exposición Florece la sombra, de Kim Torres, con la curaduría de Fernando Chaves Espinach, se puede visitar del viernes 19 al domingo 21, de 5:30 p. m. a 9 p. m., y del miércoles 24 al domingo 28 en el mismo horario.
El sábado 20, a las 7 p. m., se proyectarán Atrapaluz (2021), Luz nocturna (2022) y Solo la luna comprenderá (2023), los tres cortometrajes de Torres sobre los que versa la exposición. Posteriormente se conversará con la cineasta.
El sábado 27, también a las 7 p. m., se proyectarán tres cortometrajes seleccionados por Torres: AliEN0089 (2023), de Valeria Hoffman; Shrooms (2023), de Jorge Jácome, y Parsi (2018), de Teddy Williams. Las entrada a ambas sesiones es gratuita.
Satisfactory se ubica en la casa #3567, avenida 11, en barrio Escalante, San José; es decir, del Fresh Market de barrio Escalante, 100 metros este, 100 sur y 75 este. La exposición es apoyada por Hannah Sloan Curatorial & Advisory.