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Los veinte años de la Ley de Radio y Televisión, por Liz Quiroz Barco


                                 Los veinte años de la Ley de Radio y Televisión, por Liz Quiroz Barco

La inclusión por primera vez en nuestra legislación de radios y televisoras comunitarias buscaba su reconocimiento, legitimación y por supuesto, que se extiendan mucho más. Sin embargo, esto no está sucediendo.

*Por Liz Quiroz Barco, especialista en comunicación estratégica

El 16 de julio se cumplieron 20 años de la publicación de la Ley 28278 de Radio y Televisión, y lo que salta a la vista es el notable crecimiento experimentado en el sector. En 2010, había 3.049 estaciones de radio y televisoras, una cifra que prácticamente se ha triplicado.

Según el Consejo Consultivo de Radio y Televisión (CONCORTV), en este año tenemos 8.886 estaciones: 6.427 radioemisoras y 2.459 canales de televisión.
Ahora bien, otro dato que llama la atención es que, de las 8.886 estaciones de radio y televisión, el 71.2% tiene fines comerciales, el 27.7% sus objetivos son educativos y sólo un 1.1% declara fines comunitarios. De acuerdo con el artículo 9° de la citada ley, un medio de radiodifusión comunitario es aquel cuyas estaciones están ubicadas en comunidades campesinas, nativas e indígenas. Además, indica que su programación está destinada a fomentar la identidad y costumbres del lugar en que presta el servicio, fortaleciendo la integración nacional.

La inclusión por primera vez en nuestra legislación de radios y televisoras comunitarias buscaba su reconocimiento, legitimación y por supuesto, que se extiendan mucho más. Sin embargo, esto no está sucediendo, pues en el otorgamiento de licencias se sigue priorizando a las radios y televisoras con “fines comerciales”.
Este hecho nos demuestra una vez más cómo nuestras comunidades indígenas y campesinas continúan siendo excluidas del acceso y la participación en los medios de comunicación convencionales. A esta situación se suma la marginación histórica y el desconocimiento de sus realidades culturales, de sus costumbres, lenguas, cosmovisión.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) (Censo 2017) en el Perú existen más de 9.385 comunidades, de las cuales 2.703 son nativas y 6.682 campesinas.

Hace poco vimos con indignación las terribles denuncias de violaciones a niñas y adolescentes de las comunidades indígenas Awajún y Wampís, en el departamento de Amazonas. Situación que ya había sido denunciada desde el 2010, de acuerdo con un informe de IDEHPUCP, pero que pasan a la agenda mediática nacional e internacional por las declaraciones públicas de dos ministros del actual gobierno.

¿Los medios de comunicación comunitarios pueden ayudar a prevenir situaciones dramáticas como esta? Claro que sí, trabajando campañas de comunicación para la prevención en la lengua original de la zona; generando espacios donde los niños, niñas y adolescentes hablen de la mano de especialistas; visitando los espacios educativos y hacer transmisiones desde el mismo lugar. También influyendo sobre las autoridades para que cumplan con sus promesas y respeten las políticas públicas sobre la prevención de la violencia. Por eso, se necesita que el Estado promueva la instalación de más emisoras comunitarias en el país

Experiencias positivas de medios de comunicación comunitarios sí tenemos, ahí está el gran trabajo que hacen Radio Ucamara, en Nauta, y Radio La Voz de la Selva, en Iquitos (Loreto). Igualmente, en la época del COVID 19, varias emisoras comunitarias de nuestra Amazonía se unieron para combatir la desinformación en torno a las vacunas, elaborando mensajes, spots radiales, contenidos y espacios informativos en sus propias lenguas.

Que estos 20 años de la Ley de Radio y Televisión sirvan para reflexionar sobre la importancia de democratizar el uso del espectro radioeléctrico, un recurso que nos pertenece a todos los peruanos.

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