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Cómo generar ingresos para un tener un buen retiro

Cómo generar ingresos para un tener un buen retiro

Planificar el retiro es lo mejor para poder vivirlo luego con plenitud. Cuáles son los factores que impulsan o frenan a la hora de proyectar. Qué alternativas se pueden tener en cuenta para hacer rendir el ahorro.

Pensar en el retiro como una etapa asociada a la calidad de vida, en la que se pueden emprender nuevos proyectos o simplemente transitar cada día sin revisar una agenda, es posible. Para ello, es indispensable tenerlo en mente de manera anticipada, sin postergar demasiado el momento de diseñar un plan para aprovecharlo lo mejor posible.

Los especialistas insisten en la necesidad de generar una fuente de ingresos extra a la jubilación, sea cual sea el nivel que ésta alcance.

Adriana Sirito, directora del Centro de Management Humanista Empresarial de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina (UCA), indica que pensar en fondos adicionales de capitalización para el retiro adquirió progresiva relevancia en las últimas décadas.

"La necesidad surge cada vez más debido a lo que los expertos denominan ‘la pirámide demográfica invertida', lo que implica, en un futuro muy cercano, la insostenibilidad de los sistemas previsionales en todo el mundo", explica. Afirma que América latina es el continente que más rápido está envejeciendo y, mientras a más temprana edad se tomen decisiones de capitalización para complementar el retiro, menor será el riesgo de desfinanciarse a lo largo de la vida.

Por su parte, la abogada Andrea Falcone, directora del Programa de Gestión del Talento y Age Management de la Escuela de Negocios de la UCA, recuerda que, a finales del siglo IXX, cuando se establecieron muchos de los sistemas previsionales, la tasa de natalidad era de aproximadamente cinco hijos por madre y la expectativa de vida rondaba los 60 años. Eso significaba que había una amplia base de jóvenes contribuyentes para sostener a una relativamente pequeña población de jubilados.

"En la actualidad, la situación es completamente diferente. La tasa de natalidad ha caído a menos de dos hijos por madre a nivel mundial, mientras que la esperanza de vida ha aumentado, superando en muchos casos los 100 años. Esta inversión de la pirámide demográfica ha generado una presión insostenible sobre los sistemas previsionales tradicionales", amplía.

Este escenario, que se verifica en todo el mundo, adquiere dimensiones críticas en nuestro país. "En Argentina, lamentablemente, sabemos que la jubilación que vayamos a recibir probablemente no cubra nuestras necesidades al retirarnos. Lo vemos diariamente en términos de poder adquisitivo, dada la alta inflación que tenemos desde hace muchos años. En la medida en que podamos ahorrar durante nuestra vida laboral, es bueno destinar parte a generar un ‘fondo' que nos cubra los objetivos que podamos tener a futuro, como viajar, mudarnos, tener más vida social, etcétera", señala Diego Dyszel, profesor del IAE, la escuela de negocios de la Universidad Austral. Respecto del fondo para el retiro, reflexiona: "Lo importante es proyectar cuánto podemos aportar y cuánto nos generará a futuro, para determinar si se prefiere ahorrar más ahora y guardar para el retiro, o si se gasta más ahora para ser muy conservador cuando se deje de trabajar. Esta segunda opción no sería la recomendable porque si estamos bien de salud y vivimos muchos años post retiro, nos podría limitar mucho para ser felices".

"La inversión de la pirámide demográfica ha generado una presión insostenible sobre los sistemas previsionales tradicionales"

¿Es compatible el esfuerzo adicional que requiere planificar el retiro con un estilo de vida típicamente argentino, por momentos, casi de supervivencia, siempre de cara a una crisis económica y con otras asignaturas pendientes, como la casa propia?

"En primer término, se puede decir que las personas de entre 30 y 40 años orientan sus ahorros a la compra de su primera vivienda, que, en un país como el nuestro, sin crédito a largo plazo, se logra prácticamente en su totalidad con capitales propios", describe Sergio Daniel Sucasas, socio de Consultoría de Lisicki Litvin y Asociados. "En una segunda etapa -continúa-, luego de la consolidación del patrimonio familiar, los ahorros suelen estar orientados para cubrirse ante los efectos producidos por las crisis económicas argentinas, por ejemplo, para hacer frente a la reducción o pérdida de los ingresos, pero también se busca generar ingresos adicionales que complementen los de la actividad principal de la familia para financiar, por ejemplo, los estudios de los hijos, vacaciones, etcétera". Según el consultor, recién a partir de los 45 a 55 años se observa el enfoque en estrategias que permiten generar las condiciones para que las inversiones sean un complemento de los haberes jubilatorios.

"Si ahorramos a partir de los 50, tendremos que realizar un mayor esfuerzo para lograr nuestra meta en el plazo restante", matiza Mauro Zoladz, head of Customer Proposition, de Zurich Argentina.

Dyszel considera que hay particularidades, a asociadas a cada momento de la vida, que muchas veces postergan la mirada hacia el futuro. Cree, por caso, que la idea de planificar el retiro surge alrededor de los 40 años. "Y no es casualidad. En la veintena, nos ocupamos de hacer una carrera profesional y obtener un título universitario, empezar a proyectar una familia, recorrer el mundo, etcétera. En la treintena, nos preocupamos por tener una estabilidad laboral, formar una familia, y poder cubrir la calidad de vida que venimos teniendo", grafica.

Sirito vincula la planificación para el retiro con la educación y la inclusión financiera, las cuales, subraya, "son fundamentales para la toma de decisiones". Además, remarca que hay sectores de la población que históricamente han sido apartados de estos recursos. "Las mujeres, y las personas en situación de vulnerabilidad son a quienes más se les dificulta el acceso a la educación e inclusión financiera", dice. Y añade: "Es fundamental poner el tema en agenda, no sólo en la formación continua y el concepto de aprendizaje a lo largo de la vida, sino también incorporar este tipo de contenidos al sistema educativo formal en todos sus niveles, incluso, potenciar este tipo de formación en los jóvenes cuando acceden a su primer empleo".

Además, la directora del Centro de Management Humanista Empresarial de la Escuela de Negocios de la UCA recomienda a los empleadores incorporar este tema a la gestión de recursos humanos. "Es importante que las empresas puedan brindar espacios de formación sobre educación financiera a todos sus empleados, más allá de los que se generan con las personas que están cercanas a su retiro", manifiesta.

En esa línea, Diego Deza, director de Retiro de WTW, asevera que hay interés en el sector corporativo por las condiciones de retiro de los empleados, desde una perspectiva del bienestar que comprende cuatro dimensiones. "La física, primera en desarrollarse pre pandemia; la emocional, que cobró mayor importancia durante la pandemia; la social, y la financiera, que tomaron relevancia luego de la pandemia", describe.

Deza cuenta que en estas firmas se ponen a disposición especialistas que ofrecen charlas informativas al personal en general, describiendo el sistema de seguridad social argentino y explicando cómo debería ser el proceso de planificación para, cuando se produzca el retiro, generar ingresos que permitan mantener el mismo nivel de vida que el empleado tiene en la etapa activa. "Adicionalmente, se facilitan calculadoras que ayudan a realizar los análisis de manera personalizada, estableciendo determinados objetivos, así como escenarios de evolución de ciertas variables, como los ingresos y los rendimientos de las inversiones", revela.

En estas firmas -informó- se ofrecen dos alternativas concretas para acompañar al personal en su planificación. Por un lado -precisa- a través de planes complementarios de ahorro para el retiro, en los cuales los participantes hacen un aporte que es reforzado por las empresas, las cuales canalizan los fondos en fideicomisos de administración. "Según una encuesta que nosotros llevamos adelante, de las 100 principales empresas del país, 68 ofrecen un programa de este tipo", precisa.

Por otro lado, agrega que recientemente se han sumado los denominados "Programas Voluntarios de Ahorro para el Retiro", que consisten en ofrecer a los empleados el acceso al vehículo de financiación, pero sin aporte de las empresas.

Atar el momento del retiro a una única fuente de ingresos, que, además, cada vez está más en riesgo, no se condice con las expectativas de un momento que puede ser de plenitud. "Siendo el ingreso jubilatorio comprobadamente insuficiente, naturalmente nos veremos privados de seguir con nuestro estilo de vida, en una etapa en la cual la seguridad y la comodidad cobran un valor mucho más relevante", apunta al respecto Guillermo Pellerano, gerente general de San Cristóbal Seguros de Retiro.

"Cuanto antes se empiece a crear ese fondo, mucho mejor. Eso se traduce en un menor esfuerzo para el bolsillo. Menos esfuerzo por mucho más tiempo es la respuesta. Hoy en nuestros Programas de Ahorro Complementario Compartido (PACC) corporativos, vemos cada día más la cantidad de empleados jóvenes que entendieron el importantísimo valor de ser dueños de su fondo", asegura, en tanto, Enrique Martínez, Advisor de Santander Asset Managemente de Inversiones en PACC.

Aunque en Argentina la idea de invertir para el momento de dejar la vida laboral se está instalando, en otras latitudes está consolidada. "En las economías desarrolladas es una práctica usual ahorrar un porcentaje de los ingresos mensuales y destinarlo a crear un fondo para el retiro. Los objetivos que disparan esta actitud previsora son diversos, pero todos apuntan a poder vivir esta etapa con tranquilidad y aprovecharla al máximo", asevera Zoladz.

De todas formas, el ejecutivo considera que la práctica está presente en el país, pese a que tiene mayor potencial: "Entendemos que en Argentina existe ‘conciencia aseguradora', pero es necesario desarrollarla, para llegar a los niveles de otros países, y seguir instalando en la sociedad la importancia de la previsión".

Para Falcone, una de las principales barreras para la práctica de planificar es que "la gente no quiere pensar en el retiro y el paso del tiempo; cuesta pensar en el futuro". "Según estadísticas del Foro Económico Mundial, las personas no comienzan a preocuparse seriamente por el dinero para su retiro hasta después de los 50 años, momento en el que empiezan a darle más importancia a su seguridad financiera futura que a las cuentas cotidianas", agrega.

Pellerano alude a un factor clave para comprender la dificultad para proyectar. "En economías como las nuestras, en donde variables concretas y cotidianas, como la inflación, castigan el incentivo al ahorro, la opción de invertir pensando en el futuro se vuelve un tema más complejo aún", sostiene. "Sin embargo, más allá de la forma individual en que veamos las cosas, la realidad de que el retiro nos llega a todos es inexorable y que el ingreso corriente que tendremos no alcanzará a sostener un vida cómoda y tranquila, también lo es", aclara.

Criterios para saber cómo invertir

Una vez asumida la necesidad de destinar parte de los ingresos a garantizar un futuro sin mayores sobresaltos, es momento de definir cómo invertirlos, en función de una serie de criterios. Entre ellos, Sucasas enumera la edad del inversor, su perfil de riesgo, su patrimonio y su capacidad de ahorro. "Esto implica que habrá que diseñar una estrategia a la medida de cada inversor, con objetivos concretos a largo plazo, que permitan ordenar el presente, armando un presupuesto donde se analice la situación personal de cada uno, y se determine el dinero que se puede ahorrar en forma periódica", desarrolla.

Aunque es en parte un "traje a medida", hay factores que se deben tener presentes en todos los casos, advierte Sucasas: "El monto a invertir dependerá de la capacidad de ahorro, pero lo recomendable es que no baje en promedio del 15 o 20 por ciento de los ingresos, aunque hay que ser conscientes de que la volatilidad económica del país impide mantener una disciplina financiera".

Pellerano manifiesta que no todos los individuos tienen la misma percepción de satisfacción financiera, ni sus niveles de gastos son los mismos y, por ende, la conformación de un fondo futuro resultará de preferencias individuales. "No obstante ello, una forma práctica de abordar el tema resulta en preguntarse: ‘¿Cuál sería el nivel de gastos que quisiéramos sostener en el futuro? ´ y ´¿Cuál es el ingreso que, en teoría, recibiremos por la jubilación?´", sugiere. Añade que la diferencia entre esos dos montos representa el valor que se debe asegurar mensualmente a futuro. "Este importe va a dimensionar el fondo a acumular a la fecha de retiro. Con base en esa fecha, y en aquella en la cual comenzaremos a ahorrar, podremos calcular el valor mensual de ahorro requerido", concluye.

Alternativas de inversión

"Al decidir ahorrar o invertir a mediano o largo plazo, uno debería inclinarse a elegir productos que estén diseñados con esa orientación. Lo más indicado es descartar inversiones exclusivamente en ‘oportunidades' y preferentemente buscar aquellas que se orienten a ‘tendencias'. Idealmente, encontrando un equilibrio entre unas y otras", señala Daniela Castaldo, CEO de Santander Asset Management.

Sucasas destaca que actualmente hay una amplia gama de productos como alternativas de inversión. Para los que se inician, recomienda comenzar por las alternativas disponibles en el mercado de capitales local. "Con la apertura de una cuenta comitente en un Agente de Liquidación y Compensación (ALyC), con montos de inversión bajos se puede tener acceso a una gama muy importante de activos financieros locales, desde acciones y obligaciones negociables de empresas cotizantes, hasta bonos emitidos por los estados nacional y provinciales", propone. Declara que también es posible invertir en Certificado de Depósito Argentino (Cedears), es decir instrumentos emitidos en Argentina que representan activos del exterior -por ejemplo, acciones o Exchange Traded Funds (fondos cotizados en Bolsa o ETFs)-, instrumentos que brindan la posibilidad de comprar en pesos desde Argentina acciones de más de 250 de compañías de primer nivel que cotizan en la Bolsa Americana como lo son Apple, Tesla, Coca Cola, Amazon, Google o Nvidia, con la ventaja permiten una cobertura equivalente a la compra de dólares.

Para inversores con mayor capacidad de ahorro, recomienda la apertura de cuentas en Estados Unidos y Europa, que facilitan el acceso a un mayor número de activos financieros, permitiendo una mayor diversificación en términos de activos y monedas.

Otra opción son las inversiones inmobiliarias, tanto en proyectos desde el pozo como en unidades terminadas, que luego pueden ponerse en alquiler, para uso residencial o comercial, para personas que viven en el país o para extranjeros.

Para Sucasas, la inestabilidad económica argentina obliga a evaluar continuamente la cartera de inversión y colocar los fondos en productos cuya liquidez permita flexibilidad en la toma de decisiones.

Además de estas alternativas, Falcone menciona los seguros de retiro, los cuales, dice, ofrecen una rentabilidad más baja, pero con menor riesgo; los fondos de inversión, a los cuales les atribuye rentabilidad moderada con nivel de riesgo variable según el tipo de fondo elegido (por ejemplo, fondos de renta fija, mixtos) y bonos, a los cuales presenta como una opción de inversión con menor riesgo en comparación con las acciones y que -subraya- proporcionan ingresos fijos.

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