World News in Spanish

Las juntas militares prorrusas del Sahel desintegran la región con su alianza

Abc.es 

África Occidental se fractura. Burkina Faso, Malí y Níger ratificaron a principios de este mes su «irrevocable» decisión de romper con la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao). El pasado 6 de julio, los tres países celebraron en Niamey, capital nigerina, la primera cumbre de la Alianza de los Estados del Sahel (AES), una organización independiente creada por las juntas militares de estos países con el objetivo de establecer un marco de defensa colectiva y de asistencia mutua. De aquella reunión surgió la Confederación de la AES , un tratado firmado por el general nigerino Abdourahmane Tiani , el capitán burkinés Ibrahim Traoré y el coronel maliense Assimi Goita para lograr una mayor integración política, militar y económica entre los Estados. Asimismo, los líderes anunciaron el establecimiento de una «Fuerza Unificada», una sinergia entre los tres Ejércitos cuya misión es implementar un plan permanente «para combatir a los grupos terroristas armados, transnacionales, al crimen organizado y otras amenazas», según el comunicado final del encuentro. Quedan pendientes aspectos económicos y políticos tratados en reuniones previas por los ministros de Economía y Exteriores de estos tres países, como son la creación de un banco de inversión y un fondo de estabilización conjuntos, pero, ocurra lo que ocurra, los tres líderes interpretan la reunión de Niamey como el nacimiento de un «marco estratégico del que surgirán resoluciones que marcarán el rumbo para el retorno de la paz, el establecimiento de la seguridad, la implementación y el fortalecimiento de acciones comunes de desarrollo para la felicidad de los pueblos del Sahel». La junta militar maliense se instauró en 2021 tras un golpe de Estado. En 2022 sucedió lo mismo en Burkina Faso. Y en cada ocasión, la Cedeao, mostrando su rechazo hacia la rebeldía, suspendió a los países de sus actividades dentro de la organización. En 2023 se repitió el escena en Níger , y la Cedeao no sólo impuso sanciones a la nación, sino que también amenazó con utilizar la fuerza para reinstaurar la Administración anterior. Pero la intimidación fue menos que efectiva; propició la creación de la AES. Malí y Burkina Faso responderían en caso de que Malí fuese intervenida. Así, los tres países prometieron ayudarse mutuamente en caso de cualquier rebelión o agresión externa. En enero de este año, el trío anunció su salida de la Cedeao, a pesar de que las sanciones habían sido levantadas. Una decisión impulsada por su acusación de que Francia manipula al bloque y no brinda suficiente apoyo a los esfuerzos antiyihadistas. Un rechazo hacia Occidente que Rusia ha sabido aprovechar para incrementar su influencia política y militar en la región. Los miembros de la AES, con una población total de 72 millones de habitantes –casi una quinta parte del bloque–, se sitúan en la región de Sahel, una larga franja de tierra semiárida al sur del desierto del Sahara que se extiende desde Senegal hasta Eritrea. Un territorio que ha experimentado un aumento significativo de la inseguridad desde 2015 tanto por la presencia de la rama de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), como otros grupos yihadistas relacionados con el Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región. La Cedeao no tardó en reaccionar tras el anuncio de la nueva Confederación; tenía pautada una reunión en Abuya, Nigeria, al día siguiente. Y lejos de tender puentes de reconciliación, el evento se inició con las declaraciones de Omar Touray , presidente de la Comisión Ejecutiva del grupo, en las que anunciaba la imposición del requisito de visados a los ciudadanos de Níger, Malí y Burkina Faso, así como restricciones económicas. Touray aprovechó la oportunidad para alertar del riesgo de «desintegración» que representa la decisión —«irrevocable», según el nigerino Tiani—de que estos tres países abandonen el organismo. «Nuestras poblaciones se ven beneficiadas de la libertad de circulación en nuestra zona, así como la ventaja de nuestro mercado común de más de 400 millones de habitantes. Es evidente que la desintegración no sólo perturbará la libertad de movimiento y asentamiento de las personas, sino que también empeorará la inseguridad en la región», advirtió. El presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye , que visitó Burkina Faso y Malí en mayo, fue designado en la reunión de la Cedeao como mediador con los países del AES. «No podemos quedarnos de brazos cruzados. Nuestra responsabilidad es trabajar para acercar posiciones, para conciliarlas, para que pueda haber un espacio de diálogo», afirmó durante su primera cumbre de la organización. Sin embargo, los analistas auguran una ruptura definitiva y consideran que las negociaciones ya no serán sobre el reingreso a la Cedeao sino sobre el establecimiento de relaciones respetuosas entre este grupo y la AES, que ahora es una entidad autónoma. No es la primera vez que un miembro abandona la Cedeao. Mauritania lo hizo en 2000. Pero esta vez la pérdida, económicamente, es mayor. Sin embargo, el grupo sigue siendo, con 12 países, poderoso. Con Nigeria, el país más poblado de África, y Senegal y Costa de Marfil, las principales economías de la región.

Читайте на 123ru.net