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Al altar con un traje de segunda mano: la circularidad conquista las bodas

Abc.es 

Casarse está lejos de salir barato. Las cuentas de Bodas.net —en colaboración con Google y Carles Torrecilla, profesor de Esade— hablan de que el coste por invitado oscila entre los 267 euros y los 134. De media, y sumando todos los gastos potenciales, una boda en España le sale a la pareja contrayente por unos 21.056 euros. La cifra es elevada y, aunque la comida se lleva una parte importante, la ropa ayuda a entender esa factura. Los trajes se mueven entre la media de 1.020 del de novio a los 2.150 del de novia. Por eso no sorprende que, desde el mercado de la segunda mano, se indique que cada vez es más habitual buscar en ese tipo de plataformas las prendas para este tipo de ceremonias. Puede que hace unos años la idea fuese casi tabú, pero ahora ya ni es raro. Ocurre con las bodas y pasa con las primeras comuniones. El coste de la comunión es, de entrada, más bajo que el de una boda, pero sigue suponiendo un desembolso importante. Un vestido de comunión para niña puede llegar a los 1.300 euros. Por ello, en la preparación de estas fiestas, ya se busca reutilizar lo que otras personas vistieron antes. Es más ecológico, pero sobre todo más barato. Según datos del portal Milanuncios, en los tres primeros meses del año —el momento en el que se prepara la temporada de bodas y comuniones ahora en auge— vieron cómo se buscaban en la plataforma de forma reiterada vestidos de novia, novio y trajes y complementos de comunión. La demanda de trajes de comunión —especialmente, los vestidos para niña— ha crecido en el último año en un 20%, según sus datos. La oferta de vestuario de novios ha escalado en un 10%. Cada año, se publican una media de 9.000 anuncios nuevos conectados con prendas para ceremonias. En la plataforma lo están viendo en general: se buscan los vestidos principales, los de invitados, los de comuniones o los complementos. «Al final lo que vemos es cómo la gente está entendiendo que es una celebración que dura un día», indica Iñigo Vallejo, portavoz de Milanuncios. «Es un traje que tiene un coste muy alto», suma, y se buscan alternativas para permitírselo. Hay una motivación de economía circular , señala, pero sobre todo gana la motivación del coste. Un traje nupcial puede salir un 73% más barato de segunda mano y un traje o vestido de comunión, calculan desde la plataforma, sale por unos 129 euros, lo que es un 79% menos de lo que ocurre si se compra de estreno en una tienda. Además, no solo se compra, sino que también se vende. Reintroducir en el mercado la ropa tras un matrimonio fallido no es raro. Tampoco lo es priorizar. «Las novias empiezan a tener varios vestidos», apunta Vallejo. Uno es el verdaderamente 'importante' y los otros son los que, tras la celebración, se van a la reventa. Es una transformación «bastante nacional, que ven en toda España. Su top de anuncios y ventas está en Madrid, Sevilla y Las Palmas. Buscar este vestido especial entre estas ofertas se conecta con un cambio cultural . El mercado de segunda mano «sin ninguna duda ha cambiado mucho», indica Vallejo. Antes no estaba tan normalizado, apunta. «No ibas a las comidas familiares y decías «me lo compré de segunda mano»», ejemplifica. Ahora no solo se cuenta, sino que se hace énfasis en lo que ha costado —y se ha ahorrado— y en el hábito de compra. Es una transformación que se ha asentado en los últimos años. Tras la pandemia, explica el experto, el cambio se ha hecho «más radical». La clave está en el contexto económico. La digitalización ha simplificado el acceder a estas ofertas, pero la inflación ha hecho que se reduzcan las barreras. La gente sigue queriendo cosas, pero las busca más económicas. Y, al final, en realidad esto tampoco es tan distinto a algo que se ha hecho siempre, como era el heredar la ropa de familiares y amigos. «Lo que daba miedo era que era de un desconocido», puntualiza Vallejo. Ahora, eso ya pasa cada vez menos. Si en la ropa de bodas y comuniones el peso se va a lo económico, en otros segmentos de consumo gana ya la circularidad. Vallejo habla de la vuelta al cole. «La principal motivación es la economía circular», señala, hablando de los resultados de un estudio que hicieron para entender por qué se vende y compra de segunda mano esas cosas. El 48% de las familias vende el material escolar, algo que sube cuando se pregunta directamente a los jóvenes estudiantes (lo hace el 69%). Los libros de texto, las mochilas o los uniformes son, en ese orden, lo que tiene más salida. Las familias ya se preguntan para qué tener cosas en casa que no van a volver a usar, por lo que las vuelven a meter en el circuito. Pasa algo parecido con las sillas para bebés. Vallejo apunta que es algo que tiene sentido, porque la concienciación va en aumento. Ya reflexionamos sobre estos temas y existen políticas potenciadoras relacionadas. «Todo el contexto está normalizando el mensaje», indica. En el futuro los datos irán en aumento, prevé. «La parte económica será importante, pero cada vez más lo será la circular», señala.

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