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Una ‘herencia’ que Joe Biden dejará a México

Una ‘herencia’ que Joe Biden dejará a México

El objetivo final es traer nuevos proveedores confiables de tecnología de la información y las comunicaciones y capacidad de producción de semiconductores al mercado global, de maneras que beneficien directamente a EU, así como a sus aliados y socios.

Los habitantes de Estados Unidos están amenazados. Al menos, eso creen y lo comprueba la friolera que gastan en mantener a su enorme ejército. Recientemente han visto crecer otra amenaza. Curiosamente, cuentan con México para detenerla.

¿Y nosotros qué? La confianza en que sus vecinos del sur pueden ayudar fue confirmada la semana pasada, cuando la administración del presidente Joe Biden promovió un fondo para organizaciones mexicanas que ayuden a entrenar un ejército, pero de producción de semiconductores. Ofrecen subsidios (grants) administrados a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Por qué necesitan esas filas de reclutas? Lean cómo describen ellos el riesgo que perciben cercano:

“Cuando un país intenta controlar las redes globales de telecomunicaciones o las cadenas de suministro de semiconductores, tiene los medios para manipular o interrumpir servicios esenciales, infraestructura crítica y cadenas de suministro con solo presionar un botón”, advierte el Departamento de Estado estadounidense.

Si los adversarios dominan estos sectores, estarán en mejores condiciones de exportar prácticas autoritarias y socavar la gobernabilidad democrática. Para reducir esos riesgos y reforzar la seguridad económica global, la Ley CHIPS permite inversiones estratégicas de Estados Unidos en estos sectores críticos. El objetivo final es traer nuevos proveedores confiables de tecnología de la información y las comunicaciones y capacidad de producción de semiconductores al mercado global, de maneras que beneficien directamente a Estados Unidos, así como a nuestros aliados y socios”.

Los hechos y declaraciones de Biden y del candidato presidencial Donald Trump comprueban la percepción de China como un adversario. Rusia también lo es para el mandatario demócrata.

¿Y sus aliados? Su principal socio comercial es México y a decir de ese texto, los estadounidenses quieren que le vaya bien por la vía de la innovación.

Los semiconductores son parte de la vanguardia tecnológica. Miles de chips de apenas dos o tres nanómetros hacen funcionar su iPhone y otros smartphones, su coche, su pantalla y todos los electrónicos que tienen a mano.

Son semiconductores ahora con un tamaño de dos o tres nanómetros. Si comparamos eso con un grano de sal, equivale a comparar una canica con el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, juntos.

Los mexicanos no saben fabricarlos, pero Estados Unidos los puso junto con los oriundos de Costa Rica y Panamá, en la lista de beneficiarios de subsidios para la preparación de personal que (por lo pronto) ayude en actividades menos sofisticadas de la producción: montaje, pruebas y embalaje (ATP). Es el “downstream” de la producción. La última fase del proceso.

A quien sea capaz de estructurar cursos o estrategias de capacitación de mexicanos con ese propósito, le ofrecen ya subsidios individuales que van de 500 mil a 2 millones de dólares.

El aviso fue dado el miércoles: “Hoy, para reforzar las capacidades de producción de semiconductores en todo el hemisferio occidental, el Departamento de Estado de EU, en colaboración con el BID, ha presentado la Iniciativa de Semiconductores del Hemisferio Occidental CHIPS ITSI”.

“Esta iniciativa innovadora, respaldada a través del Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (ITSI) de la Ley CHIPS, mejora las capacidades de ensamblaje, prueba y empaquetado (ATP) de semiconductores en países socios clave, comenzando con México, Panamá y Costa Rica”.

Hay antecedentes. Los gobiernos de México y Estados Unidos mantienen un “Diálogo Económico de Alto Nivel”, del cual surgieron proyectos para entrenar previamente a un puñado de mexicanos en Arizona con el mismo propósito.

Les platiqué de ellos, quienes posiblemente estén en la primera línea de batalla para entrenar a más mexicanos que se conviertan en la semilla de una nueva industria que se sume, digamos, a la automotriz y a la de máquinas y aeronáutica.

Hasta ahora, los estados con más posibilidades de recibir apoyo son los del norte y los del Bajío. De eso también leerán aquí, pronto.

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