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Una mujer vs. Donald Trump, justicia poética, por Mirko Lauer


                                 Una mujer vs. Donald Trump, justicia poética, por Mirko Lauer

El triunfo de Barack Obama es un antecedente positivo y esperanzador, pero su presencia activa en la campaña de Harris podría tener un efecto negativo entre el voto demócrata más inclinado hacia el racismo.

Las encuestas aún no han tenido tiempo de cambiar, y siguen con la pugna Biden-Trump (3%+ a favor del republicano). Las que incluyen a Harris la ven tan cerca de Trump como lo ha estado Biden. Pero en los medios la atención ha virado rápido hacia Kamala Harris, y muchos la ven como la mejor carta del naipe demócrata en noviembre.

Con eso la vicepresidenta está entrando a unas corrientes políticas rápidas y peligrosas. De aquí a la nominación demócrata de agosto, Harris tiene que calibrar muy bien su relación con Biden, que ya es un presidente pato cojo, pero de todas maneras el presidente, y lo será hasta el cambio de mando. Mantenerse cerca o tomar distancia tienen cada uno su costo y beneficio políticos. Hay muchos votos que ganar o perder allí.

Si llega a ser nominada en agosto, sus problemas serán a la vez iguales y distintos que antes de eso. ¿Debe Biden retirarse de la competencia al 100%? ¿O es un activo electoral que debe mantenerse allí o por las inmediaciones? Si cala la idea de que Biden sigue en campaña y que la candidatura de Harris es solo una forma de secundarlo, podría ser catastrófico.

El gran argumento de los competidores por la nominación demócrata es que Harris es mujer y que no es 100% blanca, como lo entienden en los EEUU. El triunfo de Barack Obama es un antecedente positivo y esperanzador, pero su presencia activa en la campaña de Harris podría tener un efecto negativo entre el voto demócrata más inclinado hacia el racismo.

Parte de la tensión hoy es que el electorado estadounidense nunca ha visto a Harris en campaña por la presidencia. Algunos creen, por lo tanto, que hay margen para algún tipo de sorpresa, y que Trump podría no obtener la avalancha que sus seguidores esperan a partir de la Convención Republicana que lo ungió candidato.

Algo a tener en cuenta es que un nuevo candidato demócrata no tendrá tiempo para hacerse suficientemente conocido, para montar una campaña eficaz, e incluso para recorrer partes suficientes del territorio. De modo que Harris tiene lo presidencial muy en contra, pero la nominación muy a su favor. Quién sabe si los tan mencionados hándicaps se vuelvan puntos muy a su favor.

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