Una soltera de 'First Dates' se harta de que su cita le cuente 'rollos': «Me largo y ahí se queda»
A la vez que Telecinco inauguraba 'First Dates Hotel', un 'spin-off' del famoso programa de citas estrenado este martes 23 de julio en 'prime time', el restaurante del amor continuaba en Cuatro con su labor diaria de ayudar a solteros y solteras a encontrar a su media naranja. Allí se presentó José (68), un vendedor ambulante jubilado y cantor granadino que consideraba que ya era hora de dejarse de tanta fiesta y buscar una compañera con quien entablar una relación seria. Loles (65), una cuidadora jubilada de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), fue la elegida por el 'dating show' para cenar con José . Al conocerla, él sintió un flechazo que se encargó de pregonar a los cuatro vientos. «Es divina. Tiene solera, como los buenos vinos», llegó a decir tras la primera impresión. Sin embargo, cuanto más se deshacía el hombre en halagos hacia su pretendienta, más se le notaban a ella las ganas de perderlo de vista. Desde el primer momento José le hizo saber a Loles que le había gustado mucho. Y por su parte, la soltera empezó la soltera con una gran sonrisa que indicaba buenas expectativas, o al menos ganas de pasarlo bien. Pero él aparte de demostrar un carácter jaranero y lisonjero, intentó camelársela hablándole de las grandes figuras del flamenco que había conocido como cantaor, como Camarón y otros amigos suyos de los cuales la gaditana no conocía a nadie. «Hemos venido a conocernos nosotros, no a hablar de nosotros. Para eso hay tiempo», se desahogó Loles con el equipo del formato. Acto seguido, la mujer cambió el rumbo de la conversación pidiéndole a José que le contara información sobre él. Y lo hizo, pero habló de más. Ni corto ni perezoso, le empezó a dar detalles de una vez que se presentó a una cita a ciegas y la mujer en cuestión lo recibió en casa en ropa interior. Loles interrumpió la anécdota queriendo que cortara el tema. «Hay que ver las cosas… No quiero que me cuente rollos», volvió a afirmar. Por si a Loles le quedaba alguna duda de que le había encantado a José , él se encargó de recordárselo una media de 12 veces por minuto. «Estás muy guapa. Eres maravillosa. Yo al lado tuyo iría muy orgulloso. Si te tuviera, eso sería un don que me ha dado Dios. Cuando has entrado por la puerta, me has llegado al corazón. Me enamorado de ti, la verdad», declaró el granadino sin cortapisas. No obstante, su cita no creyó ni por asomo que pudiera sentir tanto en tan poco tiempo. De hecho, en cuanto él se despistó charlando con las camareras en la barra, ella salió pitando del restaurante. «Yo me largo y ahí se queda», amenazó Loles . Aunque no llegó a hacerlo, esperándose a la decisión final para darle calabazas, alegando que no tenía las cualidades que buscaba. «Me he quedado pillado, me creía otras cosas. Pero no pasa nada», reaccionó José , que se imaginaba que sus sentimientos eran recíprocos. «¿Cómo te vas a enamorar en media hora? Eres muy enamoradizo, en media hora no te puede entrar una persona en el corazón. Cuando te vayas no te vas a acordar de mi», zanjó Loles , dejándolo planchado.