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La burbuja de Elia y Pablo: silencio y meditación para abstraerse en sus primeros Juegos

Abc.es 

Son los primeros Juegos para ambos. Y cuesta controlar las emociones. Elia Canales (Tarragona, 2001) y Pablo Acha (Burgos, 1996), los representantes españoles en tiro con arco, fueron de los primeros en llegar a la Villa Olímpica , prácticamente la estrenaron, y desde entonces no hay día en la que no se sorprendan por la magnitud y la dimensión del evento en el que van a participar. Están acostumbrados a viajar, a competir en multitud de escenarios, pero admiten que nunca han visto nada como esto. Para más inri, les ha tocado una de las sedes más monumentales: la explanada de los Inválidos, frente al Palacio Nacional del mismo nombre. Cada vez que se acercan a la diana a recoger sus flechas y se dan la vuelta se topan de bruces con esa imponente edificación de finales del siglo XVII. Y si giran la cabeza un poco a su izquierda también alcanzan a ver la Torre Eiffel. Además, competirán ante 8.000 espectadores, la cifra más alta en su disciplina en toda la historia de los Juegos… Será difícil manejar los nervios, escrito está. Y en un deporte donde la mano firme y la cabeza fría son imprescindibles el éxito o el fracaso suele depender de ese aspecto mental. Pero Elia y Pablo, que ni mucho menos son dos novatos (ambos tienen varias medallas continentales) llegan preparados a la gran cita. En las dos últimas semanas han priorizado esa parte del entrenamiento para que cuando llegue el día y la hora de competir nada les sorprenda. Este último tramo, ya con ellos dos como únicos protagonistas, completa un programa de formación que la Federación Española llevó a cabo el pasado mes de octubre, en el que se convocó a los integrantes del Centro de Alto Rendimiento de Madrid (tanto deportistas como equipo técnico) a un entrenamiento mental para mejorar su concentración y resiliencia. Fueron cuatro días en un lugar privilegiado, el Monasterio de Santa María de Bellpuig de las Avellanes, en Lérida. Allí pasaron en silencio la mayor parte del día y evitaron cualquier tipo de comunicación con el exterior. Se aislaron del mundo mientras realizaban prácticas de mindfulness y recibían formación teórica sobre concentración, atención y control emocional. A partir de entonces, los olímpicos españoles comenzaron a incorporar la meditación a sus rutinas de entrenamiento. «Trabajamos el estar en el momento presente, lo que en las competiciones se traduce en fijarnos solo en lo que depende de nosotros y no de los factores externos que nos puedan desviar del objetivo», explica Pablo. «Al principio las meditaciones eran guiadas, pero con el tiempo y la práctica ya las hacemos en solitario. Solemos estar diez minutos antes de cada entrenamiento, para bajar la activación y no comenzar alterados. Y lo completamos con otros cinco minutos al terminar», corrobora Elia. Al frente de esta idea está Elías Cuesta, extirador olímpico y actual seleccionador nacional, convencido del éxito de este tipo de prácticas. «Luego no quita que cuando llegue el momento puedan ponerse nerviosos, que seguro que ocurre», cuenta el técnico a este periódico. «Pero eso no implica que no tengan los recursos necesarios para saber manejarlo. Los chicos tienen herramientas de sobra para gestionarlo». «Nuestro deporte es muy mental y cuanto mejor preparemos esa parte, mejor nos irá», continúa Elia, que se sonríe al recordar las perrerías del seleccionador en los últimos entrenamientos. «Nos echaba agua o hacía ruidos. O nos hacía tirar con los ojos cerrados. Hemos hecho de todo para llegar muy preparados, para que no nos distraiga nada». Es tal su concentración en el objetivo que tienen delante que aseguran estar en una especie de burbuja en París. «Aquí siguen aislados de lo que está ocurriendo fuera de lo que son los Juegos. No saben nada de lo que está pasando a nivel político o social. Incluso a nivel familiar. Pero están disfrutando de cada momento aquí», asegura el seleccionador. Nada les hizo más ilusión, por ejemplo, que hacerse una foto con Nadal y Alcaraz cuando los dos tenistas llegaron a la Villa. El tiro con arco español ha logrado una única medalla en la historia olímpica, el oro de Barcelona del equipo masculino formado por Juan Carlos Holgado, Alfonso Menéndez y Antonio Vázquez. Pero por más que la preparación haya sido buena, o que hayan abundado las medallas en los grandes campeonatos durante este ciclo olímpico, ninguno de los tres componentes de la delegación quiere hablar de la posibilidad de un nuevo metal. «Sabemos que llama la atención», suspira Cuesta. «Evidentemente lo vamos a intentar, y nivel tienen para ello. Pero es que no depende de nosotros al cien por cien. Pueden hacer una competición casi perfecta y aún así irte a tu casa a la primera». Elía y Pablo comienzan este jueves su participación con la ronda clasificatoria en individuales, donde únicamente se decide el orden de los cuadros. Luego, el 2 de agosto, competirán juntos en el torneo de equipo mixto, donde se medirán a otras quince parejas. «Elia es muy ambiciosa y emocional. Y Pablo es un chico bastante sereno. No da un paso si no ha pensado bien dónde tiene que poner el pie. Hacen un tándem muy bueno. Tienen muchísimo talento, se compenetran y equilibran bien», concluye el seleccionador.

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