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Nicolás Maduro, el candidato que aún recurre a la imagen de Hugo Chávez para conseguir votos

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano. Durante años en los que estuvo dentro del sistema político logró ascender bajo la sombra de Hugo Chávez. Su lealtad lo llevó a desempeñar roles clave, como el de diputado a la Asamblea […]

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Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano. Durante años en los que estuvo dentro del sistema político logró ascender bajo la sombra de Hugo Chávez.

Su lealtad lo llevó a desempeñar roles clave, como el de diputado a la Asamblea Nacional, ministro de Relaciones Exteriores y vicepresidente, hasta que falleció su mentor. Allí la suerte le sonrió.

Su vida dio un giro cuando Chávez, aquejado por un cáncer terminal, pidió que, en caso de su muerte, como efectivamente ocurrió, los venezolanos eligieran a Maduro como su sucesor.

Hugo Chávez: «Plena como la luna llena»

Aquella noche, de la emblemática frase «plena, como la luna llena», significó el comienzo de la peor crisis en la historia contemporánea del país.

Ante el temor a morir por la grave enfermedad que lo aquejaba, Hugo Chávez pidió al chavismo votar por Nicolás Maduro. Foto: Archivo

La gestión de Nicolás Maduro como ministro de Relaciones Exteriores desde 2006 hasta 2013 fue un periodo crucial en su carrera política, que le otorgó una considerable visibilidad a nivel nacional e internacional. Durante este tiempo, desempeñó un papel fundamental en la política exterior venezolana bajo la presidencia de Hugo Chávez.

Su presencia en foros internacionales y su participación en negociaciones internacionales fueron fundamentales para proyectar la imagen de Venezuela como un actor relevante en la política global.

Pero su gestión también fue objeto de críticas, especialmente por la polarización política y la controversia que generaba la política exterior de Venezuela. A pesar de ello, este periodo consolidó la trayectoria política de Maduro y sentó las bases para su ascenso posterior a la Vicepresidencia y finalmente a la Presidencia.

María Gabriela Chávez, hija de Hugo Chávez, y Diosdado Cabello ponen la banda presidencial a Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional. Foto: Juan Barreto / AFP

El respaldo a Maduro expresado por el carismático líder socialista y la emotividad que causó su fallecimiento en marzo de 2013, apenas cinco meses después de ser reelecto, llevaron a Maduro a la Presidencia.

La «victoria» del candidato chavista sucedió después de una campaña en la que se desgastó el uso de la imagen de Hugo Chávez porque era importante que la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela y del Gran Polo Patriótico conectara con su nuevo líder, que prometía de seguir «el legado» a costa de lo que fuera.

¿Cómo llegó Nicolás Maduro al poder en Venezuela?

Nicolás Maduro ganó las elecciones presidenciales en Venezuela el 14 de abril de 2013 con 7.587.579 votos.

Su rival político, Henrique Capriles Radonski, obtuvo 7.363.980 votos.

Es decir, el elegido de Chávez, que siempre ha gozado de baja popularidad, estuvo a 1,49% de no llegar al Palacio de Miraflores.

La gestión económica resultó en una hiperinflación descontrolada y una de las peores contracciones económicas en Venezuela.

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano
Durante las campañas electorales, el gobierno de Nicolás Maduro recurre a la imagen de Hugo Chávez. Foto: Luis Acosta / AFP

Esta situación provocó la escasez crónica de alimentos, medicamentos y otros bienes básicos, exacerbando las condiciones de vida de millones de venezolanos.

El sistema hospitalario se vio —y aún se ve— severamente afectado, con graves deficiencias en infraestructura, suministros médicos y personal capacitado, lo que ha contribuido a una crisis de salud pública.

Y a medida de que crecía el descontento, el mandatario se alternaba entre sus intentos por mostrarse como una figura capaz y simpática y por mostrar su «mano dura» contra quienes protestaran contra su gobierno.

Colapso económico y social

Las manifestaciones del año 2014 y del 2017 estuvieron marcadas por graves episodios de violencia, represión y enfrentamientos entre ciudadanos, fuerzas de seguridad y grupos armados afectos al chavismo.

Nicolás Maduro llegó a ser uno de los funcionarios más importantes en el gobierno de Hugo Chávez. Foto: Juan Barreto / AFP

Muchas estuvieron lideradas por jóvenes y estudiantes, y resultaron en la muerte de más de cientos personas y heridos, así como casi 2.000 detenidos, según los datos oficiales.

Durante su mandato, el oficialista ha sido reacio a aceptar críticas, incluso de dentro de sus propias filas, lo que originó su separación de los llamados chavistas originarios.

Esta intransigencia también contribuyó a la perpetuación de alarmantes casos de corrupción, de los cuales algunos ya han explotado, y a la erosión de la poca confianza de los ciudadanos hacia las instituciones del Estado.

Millones de venezolanos huyeron del socialismo

Por estos escenarios, se originó una migración masiva que hasta la fecha no se ha controlado, con alrededor de 8 millones de venezolanos que salieron de su país en busca de mejores condiciones de vida, a pesar de los riesgos y peligros de la travesía.

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano
Se estima que alrededor de 8 millones de venezolanos salieron de su país durante los años en los que Nicolás Maduro ha estado en el poder en Venezuela. Foto: Luis Acosta / AFP

La diáspora venezolana se convirtió en una de las más grandes del mundo y, aunque muchos han regresado por múltiples factores, expertos estiman que si Nicolás Maduro resulta electo en las elecciones del 28 de julio la cifra se incrementará.

¿Dónde nació realmente Nicolás Maduro?

Las especulaciones sobre la nacionalidad de Maduro también centraron la política venezolana en el contexto de las elecciones en 2013 y años posteriores. Opositores cuestionaron la legitimidad de su ciudadanía venezolana y alegaron que nació en Colombia.

Eso lo descalificaría para ocupar la presidencia de Venezuela según la Constitución.

El hijo de Nicolás Maduro publicó una constancia de nacimiento de Nicolás Maduro. Foto: Nicolás Maduro Guerra (@maduroguerra)

La Asamblea Nacional solicitó en abril de 2016 que Maduro presentara sus documentos de nacimiento. Y en octubre del mismo año, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia aseguró que el mandatario es venezolano por nacimiento y que no posee otra nacionalidad.

A esa conclusión llegaron los magistrados luego de una «amplia» verificación de documentos oficiales expedidos por las autoridades del registro civil de Venezuela, así como «documentos irrefutables» del Estado colombiano.

«Las pruebas incontrovertibles acreditan con absoluta certeza que el prenombrado jefe del Estado venezolano nació en la ciudad de Caracas, para entonces, departamento Libertador del Distrito Federal, parroquia La Candelaria, el 23 de noviembre de 1962; y que, en fin, ha cumplido y cumple con los requisitos para ejercer el cargo», afirmó el tribunal.

Hace más de una década, Tibisay Lucena mostró en una entrevista una supuesta fotocopia del libro de registro de nacimiento.

«Este no es un tema del Consejo Nacional Electoral, simplemente lo traje para señalar el ambiente en el que se ha manejado lo referente a la elección del 14 de abril. Aquí hubo unas elecciones presidenciales, las ganó un candidato legítimo que cumplió todos los requisitos. Para nosotros, ya eso es un tema que está pasado», declaró.

La «reelección fraudulenta» de Nicolás Maduro en 2018

Nicolás Maduro resultó «reelecto» en mayo de 2018 en unas elecciones convocadas por una cuestionada asamblea nacional constituyente, que estuvieron marcadas por la baja participación ciudadana y señalamientos de fraude.

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano
Nicolás Maduro y Cilia Flores después de que el Consejo Nacional Electoral anunció los resultados de las presidenciales en mayo de 2018. Foto: Juan Barreto

El dirigente chavista obtuvo, según los resultados del Consejo Nacional Electoral que en ese entonces presidía la fallecida Tibisay Lucena, 6.248.864 votos, sin un adversario fuerte y en un escenario de total ventajismo.

Su principal rival fue Henri Falcón, quien alcanzó 1.927.958 votos.

La legitimidad de su «reelección» recibió amplio cuestionamiento tanto en Venezuela como en los países democráticos del mundo.

Aún así, Maduro asumió un nuevo mandato el 10 de enero del 2019 ante el Tribunal Supremo de Justicia, alegando que la Asamblea Nacional electa en el 2015 estaba en un desacato que esa misma corte nunca resolvió.

La estocada de Juan Guaidó

Pero meses después recibió una estocada política: Juan Guaidó, jefe del Parlamento, se declaró presidente interino el 23 de enero de ese año ante una multitud por el «fraude» de la elección del 2018 y porque, conforme a la Constitución, había un vacío de poder.

Por lo tanto, la Presidencia debía asumirla el líder de la Asamblea Nacional hasta la celebración de nuevas elecciones libres y justas, 30 días después.

La juramentación de Juan Guaidó representó un desafío significativo para Maduro y su gobierno porque subrayó la profunda crisis de legitimidad que enfrentaba y reforzó el cuestionamiento sobre la transparencia de su reelección.

Juan Guaidó juró como presidente interino de Venezuela el 23 de enero de 2019 ante una multitud que desconocía a Nicolás Maduro como mandatario electo legítimamente. Foto: Federico Parra / AFP

Más de 50 países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, la mayoría de los países de la Unión Europea y varios de Latinoamérica reconocieron al opositor como presidente interino.

A nivel interno, las protestas y movilizaciones en apoyo al opositor aumentaron, mientras que externamente las sanciones económicas y políticas se endurecieron.

La figura de Juan Guaidó, sin embargo, se fue desvaneciendo ante la imposibilidad de lograr sacar a Maduro de Miraflores, de impopularidad, de divisiones internas en la oposición y de graves denuncias de presunta corrupción.

De hecho, Maduro habría estado detrás de un complot llamado «Operación Alacrán» que consistía en la cooptación de dirigentes opositores, entre ellos, se han mencionado al también candidato presidencial José Brito. Además de Luis Parra, Conrado Pérez y José Gregorio Noriega. ¿El objetivo? Erosionar a sus adversarios.

Nicolás Maduro, ¿víctima de atentados?

Nicolás Maduro ha denunciado en varias ocasiones haber sido objetivo de intentos de magnicidio. Uno de los incidentes más destacados ocurrió en agosto de 2018 durante un desfile militar en Caracas, donde drones cargados con explosivos detonaron cerca del mandatario venezolano.

Esto llevó a Maduro a acusar a la oposición venezolana —entre ellos el diputado Juan Requesens, de Primero Justicia— y a países extranjeros de estar detrás del ataque.

Posteriormente, ha continuado denunciando supuestos planes para atentar contra su vida, argumentando conspiraciones internas y externas como parte de una estrategia para desestabilizar su gobierno. Las acusaciones han sido recibidas con escepticismo por algunos sectores de la oposición, mientras que desde el chavismo las han utilizado para reforzar el control dentro de Venezuela.

Por esos supuestos planes en su contra, se mantuvo durante mucho tiempo en una «zona de confort» de la que ha tenido que salir por la exigencia propia de la campaña electoral.

Bajo la lupa por violaciones a los derechos humanos

Nicolás Maduro se enfrenta graves acusaciones por presuntas violaciones a los derechos humanos durante su gobierno en Venezuela. La Corte Penal Internacional tiene una investigación para evaluar las denuncias de abusos sistemáticos, represión política y violencia contra manifestantes opositores.

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano
Foto: Ronaldo Schemidt / AFP

Estas acusaciones incluyen casos de tortura, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas.

La comunidad internacional ha expresado una profunda preocupación por la situación en Venezuela, mientras que Maduro y su gobierno han negado estas acusaciones.

Esta situación ha llevado a líderes de izquierda en América Latina a cuestionar el sistema político venezolano, que en teoría aboga por principios de igualdad y justicia social, pero en la práctica resulta en una concentración de poder y una erosión de las instituciones.

Incluso aquellos que tradicionalmente han apoyado al gobierno venezolano han instado a Maduro a respetar las leyes y a garantizar la democracia.

Estados Unidos ofrece 15 millones de dólares por su captura

El Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece desde marzo de 2020 una recompensa de 15 millones de dólares por información que facilite la captura de Maduro por presunto narcoterrorismo.

El gobierno de Estados Unidos acusa a Nicolás Maduro de presunto narcotráfico y ofrece una recompensa de 15 millones de dólares a quien facilite su captura. Foto: Departamento de Justicia de Estados Unidos

De acuerdo con el gobierno estadounidense, el líder socialista: «Ayudó a gestionar y dirigir el Cártel de los Soles, una organización venezolana de narcotráfico integrada por funcionarios venezolanos de alto rango».

Según, a medida de que ganaba poder en Venezuela, «conspiró» con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para llevar droga a Estados Unidos.

El texto señala que en marzo de 2020, a Nicolás Maduro lo acusaron en el Distrito Sur de Nueva York por varios delitos, incluyendo narcoterrorismo, conspiración para importar cocaína, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos.

También lo acusaron de conspiración para poseer esos mismos tipos de armas.

Las «traiciones» que ha enfrentado Nicolás Maduro

En el camino, también ha afrontado grandes «traiciones», como la de Luisa Ortega Díaz, exfiscal general de la República que denunció una ruptura del orden constitucional cuando el régimen despojó a la Asamblea Nacional de sus funciones en 2017 y en medio de las intensas protestas antigubernamentales.

Nicolás Maduro antes de la rendición de cuentas ante el Tribunal Supremo de Justicia, acompañado de Tareck El Aissami. Foto: Juan Barreto / AFP

También aparecen en esta «lista negra» del chavismo Rafael Ramírez, expresidente de Petróleos de Venezuela que estuvo 10 años en el cargo; y de Tareck El Aissami, quien estuvo detrás de una trama de corrupción en la industria petrolera que provocó la pérdida de presuntamente más de 20.000 millones de dólares.

Pero es el escándalo de Aissami la revelación reciente que evidenció las prácticas corruptas que socavaron aún más la economía del país y que además ha causado mayor indignación en los venezolanos, sobre todo por los años en los que el régimen de Maduro solo se excusaba en las sanciones internacionales.

Candidato a las presidenciales en Venezuela de 2024

De cara a las elecciones presidenciales en Venezuela de 2024, el candidato del chavismo es una vez más Nicolás Maduro, que ahora se define como el «gallo pinto» y se presenta como el único que puede garantizar la paz en el país, con un discurso ofensivo dirigido hacia sus adversarios políticos.

Su plan de gobierno para el eventual periodo 2024-2030 está basado en las «siete transformaciones» que, según ha asegurado, mantiene coherencia con el proceso socialista y del Plan de la Patria heredado de Hugo Chávez. Con este proyecto, el líder socialista asegura que finalmente superará la profunda crisis económica.

Como en procesos comiciales anteriores, Maduro retomó una campaña en la que incluye a la figura de Chávez y afirma que la victoria «será el regalo» de los venezolanos para el mandatario fallecido.

Junto con su esposa, Cilia Flores, pide a los ciudadanos votar en honor a Chávez, quien cumpliría 70 años el día de las elecciones, el 28 de julio.

Nicolás Maduro pasó de ser un conductor de autobús y un dirigente sindical a ocupar el cago más importante del gobierno venezolano
Fotos: Juan Barreto / AFP – Prensa Miraflores (@presidencialven)

El líder del Partido Socialista Unido de Venezuela, que en las encuestas aparece con un porcentaje de aprobación por debajo de Edmundo González, se ha desplegado una estrategia mediática agresiva, ocupando múltiples plataformas en medios de comunicación y redes sociales para difundir su mensajes.

Cargado de críticas, acusaciones y noticias falsas contra la oposición democrática, Maduro dirige su discurso principalmente hacia Edmundo González Urrutia —su principal rival en la contienda—, María Corina Machado y otros dirigentes.

En un intento de proyectar una imagen de cercanía y de recuperar popularidad, recurre a tácticas inusuales y momentos controvertidos. Se le ha visto bailando, cantando e incluso montado en motos en eventos públicos o «lanzándose» a sus simpatizantes.

@Luisdejesus_

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