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Rércord de playas españolas que cuelgan el cartel de prohibido fumar

Abc.es 

España no tiene una ley estatal que prohíba fumar en las playas. A pesar de que está constatado el daño ambiental que provocan las colillas en estos espacios naturales, donde son el residuo plástico más abundante con diferencia, la decisión queda en manos de cada municipio. Ahora bien, cada vez son más los que cuelgan el cartel de prohibido fumar a la orilla del mar. Con más o menos fortuna en su control, y con legislaciones de distinta intensidad sancionadora, este año España bate récord de arenales que vetan el tabaco. 700 de los 3.500 con los que cuenta el país, un 20%, han activado esta prohibición. La asociación Nofumadores empezó a cuantificar cuántas playas podían considerarse libres de humo en España en el año 2014. Entonces, publicaron en un mapa las primeras 15. Este año, una década después, la cifra es infinitamente superior. Hasta una comunidad de interior se estrena este año en este registro: por primera vez, la playa fluvial de Las Moreras, en Valladolid, también ha colgado el cartel de prohibido fumar. Pero no en todos los lugares se ejerce un control del cumplimiento de esta prohibición. «A pesar del aumento exponencial del número de arenales sin humo, la medida es cosmética y educativa en la inmensa mayoría, al no multarse», valora la presidenta de la citada asociación, Raquel Ferández. Esta afirmación tiene excepciones importantes. Barcelona, Lloret de Mar y los municipios canarios sí cuentan con una ordenanza municipal que se basa en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, para establecer un régimen sancionador. Junto a estas zonas, Cantabria ya se convirtió en el año 2022 en la primera comunidad autónoma que declaró todas sus playas libres de humo, 87 en total, y creó una ley autonómica que la convirtió en la primera región con legislación propia al respecto. Galicia también cuenta con la Red Galega de Praias sen Fume, que cuenta con 242 parajes, el 25% de todas las playas censadas en Galicia. A Coruña, concretan desde la citada asociación, es de la que más playas tiene vetadas a los cigarrillos -108 en total- por la «fuerte preocupación que provoca el impacto contaminante que tienen para la industria del marisco». En cuanto a Canarias, al menos formalmente, sí establece multas en la legislación en un régimen sancionador basado en la ley de residuos, citada anteriormente. En total, son 67 playas en las que está prohibido fumar. En Andalucía, hay 57 en total, una cifra que ha crecido poco a lo largo de esta última década. Cádiz y Málaga son las que más espacios tienen declarados 'sin humo'. La asociación que lidera esta iniciativa de recopilar playas libres de tabaco denuncia que la Comunidad Valenciana ha experimentado un retroceso en la lucha contra la contaminación por colillas en los municipios que han experimentado un cambio de gobierno a favor del PP en las últimas elecciones. «Reclamamos a las nuevas corporaciones de Valencia, Alicante, Villajoyosa, Elche, Benicarló, Castellón de la Plana y Teulada que vuelvan a sumarse a esta iniciativa cívica y medioambiental», pide Fernández Megina. En 2023 sumaban 85 kilómetros de costa en los que formalmente se prohibía fumar y vapear y este verano son 66. Nofumadores ya ha recogido 369.000 firmas en la plataforma Change.org para pedir al Gobierno que apruebe una ley nacional que declare a todas las playas como libres de tabaco y vapeo, y sobre todo, sus residuos, siguiendo la senda de otros países vecinos como Francia. Por ahora, Sanidad acaba de aprobar el anteproyecto de ley que, en un futuro, permitirá ampliar los espacios libres de humo, que incluye los que se disfrutan al aire libre, como terrazas y playas. Por ahora, el borrador de este texto no da detalles de cuáles serán estos lugares. Solo concreta que deberán ser «espacios comunitarios o sociales». El borrador está ahora en consulta previa y hasta el 15 de agosto podrá recibir alegaciones de asociaciones médicas , ciudadanos y todo tipo de oenegés. Tras esta fecha, comenzará la redacción del texto que se enviaría a aprobación al Consejo de Ministros. En el caso de las playas, la petición de prohibición no solo tiene que ver con la salud de los fumadores pasivos, sino con el daño medioambiental que las colillas provocan. Sus filtros están compuestos de acetato de celulosa, un plástico poco biodegradable que, tras fragmentarse, se transforma en microplásticos . Estos, ya ha podido demostrar la Ciencia en numerosas ocasiones, acaban acumulados en el organismo de los seres humanos y los animales.

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