Samantha Batallanos y Jonathan Maicelo: ¿por qué es tan difícil salir de una relación violenta?
El caso de Samantha Batallanos y Jonathan Maicelo vuelve a poner sobre la mesa el tema de las relaciones violentas en las parejas, una problemática más común de lo que solemos imaginar.
La pregunta principal que se genera en estos casos es por qué a las sobrevivientes les es tan difícil salir de una relación violenta y cómo salir definitivamente de esta situación. Para ello, hemos conversado con la psicóloga comunitaria especialista en género, Omayra Chauca, quien explica cómo opera la mente del agresor y también cómo podemos evitar estancarnos en una relación poco sana.
¿Qué es una relación violenta y cómo identificarla?
Una relación violenta se caracteriza por patrones de comportamiento que buscan ejercer control y dominio sobre la pareja. Estos patrones incluyen manipulación, aislamiento, amenazas y, en muchos casos, agresión física. Las relaciones tóxicas no siempre son evidentes al principio, ya que el abuso puede comenzar de manera sutil y escalar gradualmente. La violencia en las parejas no discrimina y puede afectar a personas de cualquier género, edad o nivel socioeconómico.
Para identificar una relación violenta, es crucial estar atento a señales como la posesividad extrema, la desvalorización constante y el control sobre aspectos de la vida de la víctima. La violencia a la mujer, en particular, a menudo se ve exacerbada por dinámicas de poder profundamente arraigadas en la sociedad. Reconocer estas señales y tomar acción puede prevenir que la situación empeore y evitar daños irreparables.
"En una relación de violencia hay un ejercicio de poder. Eso quiere decir que alguien tiene el poder de alguna forma económica, emocional, física. Más allá de que hay discusiones de fondo, este poder emocional de tener la razón, este poder económico de quien trabaja y genera mayor ingreso en la casa, hacen que sean alguno de los motivos por los que las mujeres a veces justifican no salir de la relación", comentó la especialista.
¿Por qué es difícil para las personas salir de una relación violenta?
Salir de una relación violenta es una tarea hercúlea debido a múltiples factores. Uno de los principales obstáculos es el miedo. Las víctimas a menudo temen represalias por parte de su agresor, ya que la amenaza de violencia suele intensificarse cuando intentan abandonar la relación. Este miedo puede paralizar y hacer que la víctima sienta que no tiene otra opción más que quedarse.
Además, el control emocional y psicológico juega un papel crucial. Los agresores suelen manipular a sus víctimas, haciéndolas sentir culpables o responsables del abuso. Esta manipulación puede llevar a la víctima a creer que no merece una vida mejor o que no podrá sobrevivir sin su agresor. La baja autoestima y la dependencia emocional también son barreras significativas que dificultan la decisión de salir.
"Lo que predomina en su mayoría es una cuestión de poder emocional, eso quiere decir, que hay una persona ahí que está imponiendo sus ideas, sus gustos y sus placeres, sobre la otra persona, por lo que esta relación no está ayudando a la autonomía de la mujer violentada o de la víctima violentada, sino todo lo contrario está generando mayor impacto de dolor, de dependencia por este poder emocional que puede ser falso y malvado", explicó la psicóloga Chauca.
Otro factor importante es el aislamiento social. Los agresores a menudo aíslan a sus víctimas de amigos y familiares, dejándolas sin una red de apoyo. Sin alguien a quien recurrir, la víctima puede sentirse completamente sola y sin recursos para escapar. Este aislamiento refuerza el control del agresor y perpetúa el ciclo de violencia.
¿Qué hacer en caso de conocer a una persona que está en una relación violenta?
Si conoces a alguien que está en una relación violenta, es crucial ofrecer apoyo sin juzgar. La violencia en las parejas puede ser un tema delicado y la víctima necesita saber que tiene un espacio seguro para hablar. Escucha sin interrumpir y valida sus sentimientos. Hacerles saber que no están solos o solas y que tienen opciones puede ser un primer paso vital hacia su liberación.
"Es importante darnos cuenta de que estamos en un círculo de violencia, que podemos estar generando dependencia emocional y luego comenzar a pedir ayuda, un familiar, un conocido, alguien cercano para contar tu historia y de ahí pasar al estado legal, puede ser por llamada por la línea 100, puede ser por WhatsApp con la línea 100 o puedes acercarte a un centro de emergencia de mujer, puedes acercarte a los centros de salud mental comunitaria y postas", enfatizó.
Proveer información sobre recursos disponibles, como líneas de ayuda, refugios y asesoramiento legal, es esencial. Anima a la persona a buscar ayuda profesional y a desarrollar un plan de seguridad. Sin embargo, es importante respetar su ritmo y decisiones. La presión externa puede ser contraproducente y aumentar el riesgo de violencia.
Finalmente, mantener una presencia constante y de apoyo puede hacer una gran diferencia. Asegúrate de que sepan que pueden contar contigo en cualquier momento. La paciencia y la comprensión son clave para ayudar a alguien a romper el ciclo de abuso y comenzar el proceso de sanación.