Dólar libre y plazo fijo: cuál gana en julio y qué se espera para los próximos meses
El dólar libre se convirtió en la estrella financiera de julio y ahora acumula tres meses de triunfos sobre el tradicional plazo fijo en pesos.
La novedad la vienen dando el CCL y el MEP que acumulan retrocesos del 2,1%, y 1,8%, respectivamente, luego de la decisión oficial de intervenir en esas plazas. El dólar libre trepó hasta ahora 5,1% en el mes mientras que los plazos fijos en pesos rinden poco más de 2,5% mensual.
Intervención en el dólar
Este mes, el BCRA decidió esterilizar los pesos emitidos por la compra de reservas. Santiago Bausili informó que "la contracción monetaria máxima prevista sería del orden de $ 2,4 billones y se inicia eligiendo como mecanismo operativo la venta de dólares en los mercados paralelos de cambios, incluyendo el MEP y CCL".
Desde que el BCRA redujo la tasa de pases al 40% anual en mayo, comenzó la suba del dólar en las diferentes versiones. Pueden sumarse adicionalmente otros factores, básicamente del contexto internacional.
Cepo e inflación
En su último informe, la consultora Econviews que dirige Miguel Kiguel destacó que "hay consenso de que hay que salir del cepo, pero se mantiene el desacuerdo sobre cómo y cuándo hacerlo. Mantener el cepo tiene costos, porque hay inversiones que no vienen a la espera de que sepan si van a poder sacar los dólares y pagar dividendos. Mientras se mantiene el cepo, además sigue la incertidumbre respecto de lo que puede pasar con la inflación una vez que se unifique el tipo de cambio".
Este es el gran tema cambiario.
"Pero sacar el cepo también tiene riesgos, dado que puede poner en peligro el principal logro del Gobierno que es la baja en la inflación. Sin embargo, dado que salir es inevitable, en algún momento las autoridades tendrán que pasar el trago amargo. Y si la inflación sigue estando por encima de las tasas de devaluación, cuando más tarde, peor porque atrasa el tipo de cambio real", agrega la firma.
Levantar el cepo implica eliminar la restricción cruzada para compra de divisas y eventualmente dejar sólo algunas restricciones sobre el pago de dividendos y la obligación de liquidar exportaciones. A esto se sumaría la de mantener un límite sobre la posición que las entidades financieras pueden tener en moneda extranjera.
"Hay dos caminos. Por las buenas o por las malas. Por las buenas sería una situación en la que el Gobierno lo hace por iniciativa propia y paga un costo relativamente bajo por abrirlo. En ese caso el tipo de cambio se podría unificar en niveles de $ 1300, a precios de hoy o incluso algo menos. En este caso el efecto sobre precios sería controlado ya que hoy el comercio exterior funciona con un tipo de cambio efectivo aproximadamente de $ 1080, y dado que la devaluación se hace con programa, con superávit fiscal, con buena comunicación y con una política monetaria contractiva seguramente la inflación subiría unos tres puntos el primer mes, dos el segundo y sólo uno el tercero. No debería ser un tema traumático", sostiene la consultora de Miguel Kiguel.
El segundo camino es levantarlo por las malas, por presiones del mercado. Veremos cómo se desarrollan las próximas semanas en lo financiero. Lo que está claro es que el dólar oficial puede llevarse en algún momento la medalla de oro.