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Legado maldito

Legado maldito

Los primeros meses de la gestión de Claudia Sheinbaum serán precisamente para atender de inmediato los asuntos pendientes del gobierno de López Obrador.

Se termina el sexenio y saltan tantos problemas en la administración del presidente López Obrador que se confirmará que muchos de los “logros” que se defienden son tan solo espejismos o de plano mentiras.

Los primeros meses de la gestión de Claudia Sheinbaum serán precisamente para atender de inmediato, entre otros asuntos, esos grandes pendientes como la crisis de inseguridad que heredará y que prevalece en gran parte del país, la cual ha ocasionado miles de desplazados en varias regiones del territorio nacional.

La aprehensión del mayor capo de la droga, ‘El Mayo’ Zambada, realizada por diversas agencias de Estados Unidos con el mayor sigilo para evitar que ninguna autoridad del lado mexicano se enterara, ha dejado al descubierto la enorme desconfianza que prevalece en el gobierno estadounidense con sus contrapartes mexicanos y ello habla, sin duda, de la penetración de los malosos en las altas esferas del gobierno y en las corporaciones del Ejército, Marina y de Seguridad Pública.

La estrategia de “abrazos, no balazos” fue fallida al permitir el incremento exponencial de los grupos criminales y ello, de suyo, obliga, de inicio, a la próxima presidenta de México a dar un viraje de 180 grados para restablecer la paz social y abatir los índices delictivos.

Así como ocurre en este rubro, lo mismo sucede en materia de salud pública, educación, sustentabilidad, soberanía energética, gobernabilidad, economía, precariedad de las finanzas públicas y otros tantos temas que con el paso del tiempo se reflejarán en su cruda realidad.

En los 62 días que faltan por concluir la gestión de AMLO, veremos la danza de las cifras mágicas para posicionar la idea de que todo está de color de rosa, pero cuando se levante la alfombra de cualquier habitación se verá que la realidad supera con mucho las cifras alegres y los cuentos de hadas que se vierten desde Palacio Nacional.

No se trata de ponderar bajo el crisol de las filias y fobias, sino simplemente de evidenciar algo que es real con base en los datos duros. AMLO se dedicó en estos seis años a garantizar la continuidad de su proyecto político para los siguientes años, con una concentración del poder, desmantelando los contrapesos institucionales, otorgándole a las Fuerzas Armadas facultades y funciones más allá de las atribuciones constitucionales; además de establecer los programas de política asistencial con el regalo de dinero público a los beneficiarios, para así contar con una base electoral entre la población afín a ese propósito.

Eso de gobernar para todos y abatir los problemas más acuciantes que laceran a los mexicanos como la pobreza y la marginación, se ha dejado para después.

La construcción de obras insignia con nula rentabilidad económica y social fue otro de los sellos del gobierno del tabasqueño, que también tiene mucha cola y que saldrá a la luz en los próximos meses.

El vendaval que se avecina a partir del 1 de octubre es devastador y en la toma de decisiones se podrán considerar “órdenes” que vienen de Chiapas o, de plano, se cortará el cordón umbilical para encontrar soluciones, corregir yerros y permitir que el Poder Judicial proceda en consecuencia.

Por eso, hemos dicho en otras colaboraciones que, ante este legado maldito, se requiere el concurso y el apoyo al nuevo gobierno en aras de enderezar el rumbo hacia mejores horizontes.

Los nombramientos que están pendientes en Pemex y CFE tienen que ver también con la premisa de mantener todo como está hasta ahora y que ambas empresas productivas del Estado entren en quiebra técnica o, de plano, enmendar la plana con nombramientos de personajes con un alto perfil técnico, probidad y lealtad a la presidenta.

Me imagino que los márgenes de maniobra de la doctora ante su mentor para impulsar los cambios en ambas empresas son una tarea titánica, y por lo que se vislumbra, será harto complicado mantener su postura; por lo tanto, veremos nombramientos con perfiles afines a López Obrador.

Faltan tan solo dos meses para que acabe el sexenio y en este breve periodo sucederán todavía muchos acontecimientos de impacto nacional, como ha sido la aprehensión de ‘El Mayo’ Zambada, y de otros temas, como el caso del anuncio del retiro de la inversión de Tesla en Nuevo León.

Son innumerables las aristas y frentes que ha dejado pendiente López Obrador, que por cualquier lado va a saltar la liebre, aunque lo relevante será cómo solucionar o darle curso a esos eventos.

Los tamaños que debe mostrar el nuevo gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum tienen que estar a la altura de las circunstancias y es allí, precisamente, en donde se observarán las reales capacidades de los nuevos gobernantes.

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