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Editorial: ¿Para cuándo el agua en la Bajura?

Al finalizar la administración Alvarado, el Proyecto de Abastecimiento de Agua para la Cuenca Media del río Tempisque y Comunidades Costeras (Paacume) quedó financiado y libre de los obstáculos legales interpuestos por ecologistas y finqueros, cuyas tierras debían ser expropiadas para compensar 113 hectáreas de área protegida, necesarias para construir un embalse en la Reserva Biológica Lomas de Barbudal, en Bagaces.

El préstamo de $425 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) quedó firmado y todo estaba listo para la ejecución, pero una visita del presidente Rodrigo Chaves, en julio del 2022, pausó el proceso. El mandatario adujo que la obra proveería agua a los empresarios azucareros y equivaldría a regalar “plata” a los ricos.

En realidad, las 900 hectáreas de reservorio asegurarían 20.000 litros por segundo de agua superficial para diversos usos. Más de medio millón de habitantes de Carrillo, Santa Cruz y Nicoya recibirían agua potable y unas 18.640 hectáreas se podrían irrigar durante todo el año. Más de 746 productores agropecuarios se verían beneficiados y más de 1.200 hectáreas podrían incorporarse al desarrollo turístico, una de las grandes fuentes de empleo en la provincia. Una planta hidroeléctrica aprovecharía las mismas aguas para proveer electricidad a 10.000 viviendas.

El julio del 2023, el presidente y su ministro de Agricultura y Ganadería, Víctor Carvajal Porras, dieron la orden para comenzar el proyecto, sin mayores cambios, salvo el nombre (Agua para la Bajura, en lugar de Agua para Guanacaste) y la inclusión de una planta potabilizadora para garantizar el suministro de agua potable a la población beneficiada.

Si bien la planta no estaba expresamente contemplada en el proyecto inicial, sin ella nunca se habría podido ofrecer el abastecimiento de agua potable a medio millón de habitantes de Carrillo, Santa Cruz y Nicoya, como pretendía el proyecto original. La planta es un componente necesario pero menor, cuya instalación, en cualquier caso, presupone el desarrollo del proyecto principal. Además, la planta potabilizadora será financiada con el mismo préstamo de $425 millones aprobado por el BCIE.

Ahora, transcurrido un año desde la orden de inicio, el mandatario dice que el proyecto no quedará listo durante su administración porque es “muy complejo”. En eso no hay novedad. Desde el principio se estimó concluir la obra en el 2029 siempre que la construcción comenzara a finales del 2024.

Pero el presidente no señaló fecha para finalizar la obra ni estimó el impacto de las posposiciones del arranque. El ministro Carvajal calculó el avance general del proyecto en aproximadamente un 10% o un 12%. Según dijo, los estudios de factibilidad y los diseños para la licitación de la represa están en marcha, así como el canal para llevar el agua hasta el río Tempisque. Los borradores del cartel de licitación serán enviados al BCIE en unos tres meses, afirmó.

El proyecto ha transitado por un largo curso de obstáculos a lo largo de casi tres lustros. Es testimonio de la visión de quienes lo plantearon hace tantos años y de la incapacidad del Estado para ejecutar oportunamente las grandes obras necesarias para mantener el desarrollo y la calidad de vida de los ciudadanos.

Guanacaste ya es la frontera sur del corredor seco centroamericano en virtud del cambio climático y el embate de fenómenos recurrentes como El Niño. No importa quién inaugure el proyecto o cómo se le llame, también es una provincia urgentemente necesitada de fuentes de empleo.

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