Cir&Co: Ávila lleva a las alturas las artes circenses

Aunque la carpa del circo tradicional no ha desaparecido en las nuevas propuestas de un género marcado por cambios radicales, las artes circenses contemporáneas tienden a romper los techos para elevarse por los aires. Se verá en el duodécimo Festival Internacional de Circo de Castilla y León , CIR&CO, que se celebrará en Ávila entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre e invitará a mirar hacia arriba. «Será un año sobre todo acrobático, va a haber mucho espectáculo que tiene que ver con la parte aérea. No olvidemos que Ávila es la ciudad más alta de España, estar en las alturas forma parte también del ADN de la propia ciudad», señala el coordinador del festival, Enrique López. Otro rasgo distintivo del programa tiene que ver con los argumentos, con especial presencia del mundo del cuento clásico, terreno en el que destaca «una de las tres o cuatro compañías más importantes de Europa en este momento», la suiza Nicole et Martin y su 'Vasilisa'. Y como «gran novedad» para crecer en este duodécimo aniversario, CIR&CO se extiende por la provincia, con actuaciones en otros siete municipios: Arévalo, Arenas de San Pedro, Candeleda, Cebreros, El Tiemblo , Las Navas del Marqués y Sotillo de la Adrada. Hasta una de esas nuevas extensiones, Arévalo, viajará el estreno mundial de los franceses Les P'tits Bras, 'Vent d'Ouest', «uno de los grandes exponentes europeos» de esas propuestas aéreas del circo acrobático contemporáneo», avanza Enrique López. Siete producciones galas y una coproducción de Francia con Finlandia, una italiana, una holandesa, una belga y colaboraciones de España con Argentina y Chile configuran la oferta internacional del festival. Mientras, la representación nacional pasa por propuestas de Cataluña, Andalucía, Murcia, Madrid, Cantabria y Galicia, además de Castilla y León, presente en el programa con los últimos espectáculos de Pequeña Victoria Cen, Teatro Atópico, David Pérez y Jazzson's Five. La selección de 34 compañías deja ver el lugar destacado de Francia entre las potencias europeas del género, reflejo de su mimo al circo contemporáneo, a una reinterpretación del tradicional que ronda ya los cincuenta años y a una industria cultural considerada «estratégica», apunta el coordinador de CIR&CO. Las artes circenses se extienden en el país vecino más allá de los festivales, «están presentes en las redes de teatro, forman parte de la propuesta cultural estable». «Siempre ha sido un faro, como pionero, y uno de los grandes exportadores de su hecho cultural», añade Enrique López, quien alude a Países Bajos o Alemania, y a Australia o Canadá, fuera de Europa, como otros ejemplos de apoyo a esta manifestación artística. En cuanto a la evolución en España, López destaca que los certámenes «han experimentado un auge importante en los últimos veinte años», lo que se refleja en programaciones «de alta calidad». «Cuando empezamos, el festival de Ávila era el germen de una semilla, de algo que queríamos plantar en una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. La Junta de Castilla y León apostó por un evento cultural contemporáneo, moderno, singular y único, diferente, que faltaba en una ciudad histórica; el maridaje nos parecía perfecto. El festival ha ido creciendo y se ha implantado no solo en la ciudad, donde es muy querido, lo que ha hecho que se consolide de una forma definitiva; además, se ha convertido en la referencia en el género de toda España», dice sobre CIR&CO. El ciclo abulense organizado por la Consejería de Cultura se ha hecho hueco también entre los eventos internacionales de su especialidad, celebra su responsable artístico: «Ávila es cada vez más conocida a nivel europeo como la capital española del circo y, por lo tanto, como además es una ciudad preciosa y estupenda, todas las compañías quieren venir. Eso hace que pongamos a la ciudad y a Castilla y León en el mapa internacional». Además de brindar al público la posibilidad de asistir a espectáculos de las formaciones punteras de distintos países, CIR&CO se reivindica también como escaparate para las compañías españolas ante programadores foráneos. «Ávila se ha convertido también en eso; al ser un festival de referencia, mucha gente viene aquí a ver, a comprar y a contratar, por lo tanto tiene esa función de mercado que nos parece muy importante para ayudar a que las compañías puedan competir y formar parte de esos catálogos de trabajo no solo en España, sino también fuera», concluye el coordinador.