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Cultura mira con lupa los pagos a Lluís Homar, que sigue al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico pese a la contratación irregular

El contrato como dramaturgo de Xavier Albertí, la mano derecha del director, acaba de finalizar, sumando con diversas retribuciones, más de 165.000 euros en cuatro años

Marta Poveda: “Lluís Homar debería dimitir como director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico”

Julio ha sido un mes complicado para Lluís Homar, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), y para el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), organismo público del que depende la compañía y que se cobija bajo el paraguas del Ministerio de Cultura. Homar confirmó haber cobrado trabajos como actor como si fueran ayudantías de dirección que nunca realizó. Ahora, el INAEM empieza a tomar medidas y su directora, Paz Santa Cecilia, ha dado la orden de que se abra un proceso de actuaciones previas para delimitar responsabilidades en el caso de las facturas por trabajos no realizados. Agosto tampoco se prevé, por tanto, un mes tranquilo.

Aunque el Ministerio de Ernest Urtasun ha abierto este expediente en el que se cotejará la información aparecida en prensa en las últimas semanas con la documentación que les conste, esta cartera no ha tomado ninguna decisión política respecto al futuro de Lluís Homar al frente de la compañía clásica, cuyo contrato fue renovado por la nueva directora del INAEM, Paz Santa Cecilia, el pasado mes de junio por tres años más.

Este verano tenso comenzó en la inauguración del Festival de Teatro de Almagro, con la presencia de un ministro que intentó mandar un mensaje de calma respecto a la situación del INAEM, que desde hace años se sabe delicada y necesitada de una gran reforma, como denuncian los sindicatos y el propio Ministerio se puso como “prioridad” para 2024. “Los grupos de trabajo siguen en ello, pero la reforma está en el acuerdo de Gobierno y se hará en diálogo con trabajadores y sindicatos”, dijo Urtasun.

Nada hacía sospechar que, al día siguiente, unas declaraciones del director Lluís Homar trastocarían la frágil estabilidad de la institución que marca el camino de la inversión pública en las artes escénicas. Homar confirmaba a El Periódico de España haber cobrado tres actuaciones realizadas para la CNTC en 2019 a través de pagos consignados como ayudante de dirección en montajes en los que no trabajó en su dirección; “en realidad, yo he actuado pero no se puede contemplar administrativamente esa posibilidad”, admitió el actor y director catalán a ese periódico.

Contratos complementarios

Homar fue contratado en 2019 por el Ministerio de Cultura, dirigido en ese momento por el fallecido José Girao, quien puso a Amaya de Miguel al frente del INAEM. De Miguel firmó con Homar un contrato de dirección artística al uso, que por ley no podía superar los 80.000 euros (Homar cobra en la actualidad 79.586 euros), y un segundo contrato para la adquisición onerosa de derechos de propiedad intelectual hasta un máximo de 50.000 euros. Algo que este director, al contrario que otros directores artísticos del INAEM que han ido cobrando diferentes cantidades según los trabajos realizados, pudo generar todos los años suficiente actividad como para cobrar el tope máximo.

Durante estos cinco años, Homar ha puesto en pie ciertas producciones, como Adolfo Marsillach soy yo (2022) o El templo vacío (2023), que en su momento fueron difíciles de entender por su lejana conexión con los objetivos que marcan los estatutos de la CNTC: “Recuperar, conservar, revisar y difundir el patrimonio teatral español anterior al siglo XX, con especial atención al Siglo de Oro”. Homar cobró 20.000 y 15.000 euros respectivamente por dirigirlas. En ambas, también actuaba. Las cifras cobradas le sirvieron en las dos temporadas en que se estrenaron para llegar a la cantidad máxima, antes aludida, de 50.000 euros.

No siempre se ha actuado así. La anterior directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, contratada por el exdirector del INAEM Félix Palomero en época del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, tenía un sueldo en torno a los 65.000 euros –dependiendo del año–, y solo podía dirigir una obra al año en la Compañía, por la que no podría cobrar más de 20.000 euros. Amaya de Miguel, actual directora de la Fundación Montemadrid, no ha respondido a las preguntas de este periódico.

La situación de Lluís Homar se ha visto agravada con la revelación por parte de El Periódico de España del cobro que ha obtenido por la adaptación de una obra de Lope de Vega que aparentemente estaba basada en una tesis doctoral de una autora, sin acreditar. Según revelaba ese medio y ha podido confirmar elDiario.es, Lluís Homar utilizó para los ensayos fotocopias de la versión crítica de La discreta enamorada publicada por Gemma Burgos Segarra. Según la comprobación realizada por El Periódico de España, se llevó a escena la edición crítica de Gemma Burgos pero, a pesar de ello, Homar registró dicha versión en la SGAE y cobró por ella 5.000 euros. Fuentes del INAEM, a instancias de este periódico, han manifestado que no van a “valorar” el caso pero han confirmado que lo han añadido a las actuaciones previas ya abiertas. Lluís Homar ha declinado la petición de elDiario.es de hacer declaraciones sobre su gestión de la Compañía.

Su mano derecha, Xavier Albertí

El director de la CNTC entró en la compañía declarándose neófito en el teatro del Siglo de Oro español: “Vengo a aprender”, declaró. Situación de cierta fragilidad que Homar decidió solventar incorporando a Xavier Albertí como dramaturgo para la CNTC en 2020, aunque no se le formalizó un contrato hasta dos años después. Albertí venía de dirigir durante ocho años el Teatre Nacional de Catalunya, un peso pesado artística y políticamente.

Xavier Albertí ha cobrado por un contrato para la “dramaturgia teatral de la CNTC”, según indica la adjudicación en el portal de Contratación del Estado, 88.000 euros sin precisar la duración. Este contrato fue realizado en 2022 bajo la dirección del anterior responsable del INAEM, Joan Francesc Marco, sucesor de Amaya de Miguel cuando dimitió del cargo sin explicar las razones y en uno de los momentos de mayor beligerancia laboral en la institución. Se desconoce si este contrato fue renovado en 2023. Según ha podido saber elDiario.es de fuentes del INAEM, dicho contrato ha finalizado este mismo miércoles 31 de julio.

Pero, como ha sucedido con Homar, Albertí también acumula otras contrataciones con el mismo organismo en el mismo periodo de tiempo. Entre 2022 y 2023, ha cobrado del INAEM 15.000 euros por diferentes trabajos de adaptación teatral o dirección musical. Además, en 2022 sumó 27.000 euros más –pagados por el Ayuntamiento de Barcelona– por la dirección de El burlador de Sevilla, una coproducción de la CNTC con el festival GREC, como quedó reflejado en el convenio que el INAEM tuvo que realizar con el Instituto de Cultura de Barcelona.  

A pesar de las peticiones de este periódico, el Ministerio no ha aclarado los detalles del contrato de Albertí, más allá de su fecha de extinción.

La 'liberalización' traída por Homar

Homar se puso al frente de la Compañía de Teatro Clásico después de dos fuertes directores especialistas de este género, Eduardo Vasco (2004-2011) y Helena Pimenta (2011-2019). Vasco creó 'la Joven', una compañía de actores que surge de un proceso de selección donde se presentan más de 600 aspirantes. Helena Pimenta la continuó. Homar, pandemia mediante, no fue hasta su cuarto año cuando retomó el proyecto, una gestión que ha dado buenos frutos como la mencionada La discreta enamorada de Lope de Vega, uno de los pocos éxitos de la CNTC en estos últimos años.

Además, tanto Vasco como Pimenta crearon, si no una compañía estable –administrativamente no se contempla el poder contratar a un elenco estable con exclusividad y durante todo el año–, sí unos elencos semiestables basados en la afinidad y en una contratación superior a los ocho meses durante el año para poder contar con actores experimentados en el Siglo de Oro. Vasco incluso llevó esto más lejos y creó dos elencos semiestables para poder abordar las giras al mismo tiempo que las obras que se representaban en la sede madrileña de la compañía. Sin embargo, Lluís Homar no siguió estos parámetros.

En vez de ello, Homar ‘liberalizó’ la CNTC, albergando coproducciones con empresas privadas como Cheek by Jowl o con festivales como el GREC de Barcelona. Una colaboración que llevó a donar la gira de La vida es sueño a esta productora inglesa y a estrenar el mencionado montaje El burlador de Sevilla, dirigido por el propio Xavier Albertí, en la ciudad condal en lugar de en las sedes propias de la CNTC como hasta el momento había sido prescriptivo.

Denuncias sindicales

Los sindicatos CCOO, UGT y CSIF denunciaron conjuntamente el 11 de julio el “proceso de degradación” de este Instituto que acusa, según señalan, falta de personal, dificultad para cubrir bajas, retrasos en los pagos, sueldos congelados y la “reducción de las producciones propias con la externalización de las giras a través del sistema de coproducción”. También alertan del “hecho vergonzoso para este organismo” ante los presuntos “pagos sustanciosos” por trabajos no realizados al director de la CNTC, Lluís Homar. Los sindicatos han solicitado a la Fiscalía que “investigue el caso hasta sus últimas consecuencias” y reiteran una reforma del INAEM para “fortalecerlo como servicio 100% público”.

No era la primera vez que los sindicatos ponían el foco sobre la Compañía Clásica. UGT ya se había manifestado contrario a la designación de Lluís Homar en 2019 entre una terna de cuatro candidatos, recogiendo “el malestar en el mundo cultural” al no haberse acreditado “la trayectoria y experiencia artística” en el teatro clásico y en el Siglo de Oro. La organización sindical solicitó las actas de las reuniones del Consejo Artístico de Teatro donde se tomó la decisión así como la publicación en la web del proyecto artístico, pero ambas solicitudes fueron rechazadas. Por otro lado, ese mismo año CCOO remitió un escrito a la dirección del instituto quejándose de las condiciones laborales del cuerpo técnico.

Para los principales sindicatos, la “falta de financiación adecuada” que genera esas desventajas laborales, contrasta con “los pagos sustanciosos al director artístico de la CNTC”. “Mientras las nóminas de los trabajadores se ven mermadas con complementos salariales que llevan décadas congelados, no hay límite para presuntamente retribuir indebidamente al director de la CNTC”, señalan CCOO, UGT y CSIF. La suma de los pagos de Lluís Homar entre 2019 y 2023 asciende a casi 547.000 euros. Sumados a los 165.000 euros cobrados por Albertí tanto del INAEM como del Ayuntamiento de Barcelona por una coproducción, el gasto público en esta dupla directiva asciende a un total de 712.000 euros.

Renovación de contratos

El INAEM de Paz Santa Cecilia ha decidido renovar todas las direcciones artísticas de los centros de producción menos una: el pasado 9 de julio tomó la decisión de su primera contratación y eligió el proyecto de la coreógrafa y gestora Muriel Romero para dirigir la Compañía Nacional de Danza, la primera mujer en hacerlo desde 1987.

Este periódico ha preguntado al Ministerio si con la contratación de Muriel Romero se permitirá el modelo que funcionó con Amaya de Miguel como directora, en el que se permitió que otros contratos con motivos relacionados con la propiedad intelectual pudieran hacer crecer las remuneración en más de un 60%, burlando de esta manera la limitación de sueldos públicos impuesta por el real decreto 451/2012. Cultura ha contestado que la firma con Muriel “está gestionándose en estos mismos momentos”, por lo que no podrá dar más información hasta que ésta se lleve a cabo.  

Agosto se perfila como el mes donde este organismo dependiente del ministro Urtasun tendrá que decidir si continuar con Lluís Homar al frente de la compañía y si renovará el contrato con Xavier Albertí, su apoyo en los últimos años.

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