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La energía solar española, lista para saltar al agua

Abc.es 

Tras el accidente en Fukushima I, el mundo asistió a un avance cualitativo en tecnologías para energías renovables. Había que buscar más y mejores alternativas a las centrales nucleares . Una de las beneficiarias de este impulso fue la fotovoltaica flotante, esto es, el sistema que permite instalar placas solares a pleno rendimiento en grandes masas de agua, ya sean de interior o en la propia costa. Esta tecnología nació en 2005, pero experimentó su expansión a partir de 2012. Ahora, pasadas más de dos décadas, España se ha preparado para sumarse a esta alternativa y dar un enorme salto en su producción de energía solar . Si se tiene en cuenta que es el país europeo con más infraestructuras de este tipo -1.225 entre pantanos, embalses o presas-, el crecimiento puede ser exponencial. La legislación necesaria ya está aprobada y las ayudas, publicadas. El pasado 9 de julio, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) aprobó el decreto que regula estas instalaciones. En primer lugar, solo podrán ocupar entre un 5% y un 15% de la superficie útil total de los embalses. «La extensión será mayor cuanto peor sea la calidad del agua», concreta la norma. Por ahora, y aunque la tecnología funcione en otras áreas acuáticas, está prohibido anclar las placas en lagos, lagunas u otras masas de agua que no se consideren muy modificadas por la acción humana. Tampoco en aquellas que, aunque cumplan estas condiciones, estén protegidas medioambientalmente. Serán las confederaciones hidrográficas de cada región las que vigilarán que las instalaciones cumplan las normas y que el entorno no se vea alterado. ¿Pero afecta esto a la calidad del agua ? ¿Compensa la relación entre los esfuerzos técnicos y la energía obtenida? ¿Hasta dónde llega su potencial? ¿Tenemos experiencia suficiente para abordar este nuevo paradigma en la búsqueda de energía renovable de calidad? Estas preguntas se contestan con la experiencia de dos empresas referentes en este sector. La primera, EDP , que ha puesto en marcha en Alqueva (Portugal) el mayor parque solar fotovoltaico flotante que opera ahora mismo en Europa. El mayor del mundo, en las costas de Singapur, también lleva su sello. BayWa r. e. es la otra firma que, con 19 instalaciones solares flotantes operando o en construcción, sobre todo en Países Bajos, centroeuropa y Asia, tiene más que perspectiva para valorar este cambio que está por venir en nuestro país. Es el primer recelo que generan estas tecnologías renovables allá donde vayan: si van a dañar, y hasta dónde, el entorno. La eólica, con su impacto en la fauna salvaje. La fotovoltaica, con la sospecha de ocupación de las tierras de regadío . Y, ahora, la solar flotante por su impacto en la calidad del agua. Por un lado, hay que tener en cuenta la dimensión de las instalaciones. En Alqueva, Portugal, el tamaño del parque solar equivale al 0,016% de la superficie total del embalse, por lo que «cualquier cambio en el medio acuático no es perceptible», apuntan los responsables de esta instalación portuguesa. Y eso, a pesar de que está compuesta por 12.000 paneles fotovoltaicos. Cuatro hectáreas en total. Con ello, abastecen de electricidad a 1.500 hogares (con cuatro miembros de media), lo que supone el 30% de los que tiene la región. Los ingenieros de BayWa r.e., por su parte, destacan las pruebas realizadas en Países Bajos sobre el impacto ambiental. «Varios estudios realizados por la Universidad Hanze de Ciencias Aplicadas de Groningen y la oficina de investigación Buro Bakker/ATKB, entre otros, demuestran que protege la masa de agua de la elevada evaporación del agua y del aumento del crecimiento de las algas, especialmente en verano. Además, evita que las rachas de viento más fuertes erosionen las orillas», apuntan. Desde el ministerio de Transición Ecológica español inciden exactamente esos aspectos como los más positivos del impacto ambiental que tienen estas instalaciones. EDP añade que los amarres se realizan de forma que no afecten al lecho del río. «Aunque se retire el parque, el espejo de agua y el entorno permanecen como antes, sin impacto».  La respuesta en este caso es unánime en el sector: absolutamente, sí. La citada compañía portuguesa, antes de instalar la central de Alqueva, realizó un proyecto piloto, para poner a prueba esta tecnología, en Alto Rabagao, en 2016, donde pudieron comprobar que el rendimiento de las placas solares en agua es superior al tradicional en tierra. «La producción de electricidad se beneficia de condiciones de temperatura favorables, en particular durante los períodos de gran cantidad de recurso solar y eólico, ya que las temperaturas más bajas cerca de la superficie del agua permiten reducir la temperatura de los paneles fotovoltaicos, aumentando su eficiencia. Se han observado beneficios de hasta el 10% en el proyecto piloto y una media anual de alrededor del 4% en comparación con soluciones equivalentes fijas y terrestres», explican los técnicos de EDP. En el caso de Alqueva, durante el periodo de prueba se cumplieron los objetivos de rendimiento. El proyecto contempla una producción de 7,5 GWh anuales. A esta eficiencia añadida, la ubicación compensa porque evita la ocupación del suelo, la necesidad de deforestación y desbroce, lo que tiene más impacto en el ecosistema. Sobre los costes, BayWa r.e.reconoce que la inversión inicial se ve compensada porque los de producción y mantenimiento son más bajos, su instalación y gestión es más rápida en comparación con los sistemas montados en tierra. En el caso de Alqueva, durante el periodo de prueba se cumplieron los objetivos de rendimiento. El proyecto contempla una producción de 7,5 GWh anual. El buen rendimiento de los parques solares flotantes ya ha sido contrastado. Pero el hecho de que estén ubicados en embalses, con infraestructura hidroeléctrica previa, tal y como se pretende fomentar en España, tiene un plus para la gestión de la energía. El caso portugués es el ejemplo de cómo la producción solar puede hibridarse, es decir, complementarse con la instalación hidroeléctrica. La primera no es una producción 'gestionable', pero sí la segunda. De ahí que la combinación de ambas den lugar a un sistema mucho más eficiente desde el punto de vista del aprovechamiento de la energía. El parque de Alqueva incluye también la instalación de baterías con una capacidad de almacenamiento de unos 2MWh, que ya se encuentran in situ realizando pruebas desde finales del año pasado. «Este es uno de los muchos aspectos innovadores de este proyecto: la combinación de esta planta fotovoltaica, las baterías y la propia hidroelectricidad en un sistema de gestión inteligente y agregación local. Alqueva es en sí mismo un laboratorio de pruebas para probar la gran complementariedad entre las tecnologías de producción de energía renovable despachable (hidroeléctrica) y no despachable (fotovoltaica), así como las tecnologías de almacenamiento de energía de larga duración (bombeo) y de corto plazo (baterías)», defienden desde EDP. Los embalses aportan esta funcionalidad añadida, pero la tecnología solar flotante también funciona en el mar; tanto en las proximidades de la costa como en el mar. «Proyectos en todo el mundo han demostrado que esta tecnología es viable», valoran los expertos de la citada empresa, que, al igual que BayWa r.e., tienen experiencia en otros parque solares flotantes instalados en Asia. Es el caso de la plataforma que instaló EDP en el estrecho de Johor, Singapur, de 5MW y que es una de las mayores del mundo. La clave de estas instalaciones está en los anclajes y amarres, que en sí son el principal reto que presentan este tipo de instalaciones. «Son los encargados de mantener la instalación en su emplazamiento, haciendo frente a las variaciones del nivel del agua, combinando con la flotabilidad de los elementos de la propia plataforma», explican desde EDP, que ahora prueba renovar sus sistemas de flotabilidad con el corcho -fabricado por la española Isigenere- para evitar el uso del plástico en sus instalaciones. Lo normal es que den servicio hasta los 25 años sin que presenten complicaciones o incidencias de seguridad. 25 años es justo lo que durarán las concesiones para explotar estos parques solares flotantes en España, según recoge el decreto del pasado mes de julio. Con esta legislación, que regula por fin esta alternativa de producción energética para la descarbonización, los expertos del sector esperan que despegue pronto en España. Desde EDC no adelantan si tienen ningún proyecto en cartera, pero sí que «estudian continuamente la inversión en proyectos de energías renovables en diferentes países que contribuyan de forma eficiente y sostenible a acelerar la transición energética». Los responsables de BayWa r.e., por su parte, esperan seguir desarrollando esta tecnología en España, «ahora que al fin se empieza a regular», puntualizan. En su opinión, «tiene un gran potencial en España» gracias a la gran cantidad de embalses y masas de agua inutilizadas que existen en la actualidad. «Aún utilizando un pequeño porcentaje de estas superficies, el potencial de generación eléctrica es muy elevado». España es, añaden, un «lugar idóneo además por sus más de 2.000 horas de sol al año» y darán un fuerte impulso a los objetivos de descarbonización . Para impulsar el despliegue, el Miteco, tras la publicación del decreto regulatorio, ha anunciado un paquete de incentivos económicos que se gestionará a través del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). En total las ayudas suman 250 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) para la ejecución de los fondos Next Generation EU y están enfocadas a proyectos innovadores de energías renovables y almacenamiento, entre los que se encuentra destacada la fotovoltaica flotante.

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