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El Gobierno catalán borra los murales sobre la Historia de España del Palau de la Generalitat

Abc.es 
La noticia viene de lejos. En 2019, el entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció la retirada de las pinturas de la historia de España que decoran el salón Sant Jordi de Palau de la Generalitat. El año pasado, el Gobierno catalán informó de que las obras comenzarían en breve, después de que el Departamento de Presidencia del ejecutivo de Pere Aragonès publicara en diciembre el anuncio de licitación del proyecto. El concurso público preveía una inversión de 2,3 millones de euros para «la retirada de las pinturas y la posterior adecuación provisional de sus paramentos y techos», tal y como avanzó el diario 'El Punt Avui'. Este jueves, Aragonès ha reinaugurado finalmente el Saló de Sant Jordi, que recupera parte de su aspecto original una vez retiradas la pinturas añadidas en la dictadura de Primo de Rivera en 1926 y 1927. «Un acto de justicia y de dignidad: gracias por devolver la luz». Ha declarado el presidente en un acto al que han asistido también, además de Aragonès y Torra, el también expresidente Jordi Pujol y el actual presidente del Parlamento catalán, Josep Rull, entre otros consejeros y personalidades. En su discurso, Aragonés ha asegurado que había que «desprenderse de la oscuridad impuesta, de una imaginería impuesta por la dictadura de Primo de Rivera» que imponía un relato que alentaba el imperialismo y el colonialismo. Y ha subrayado que el lugar es expresión del arte renacentista y «símbolo de la continuidad y permanencia» de la institución de la Generalitat, por lo que ha dicho que era necesario dignificarlo y reconciliarlo con el pasado. El presidente catalán, además, ha declarado que, con el renacimiento del Saló de Sant Jordi, se recupera un símbolo que debe inspirar para el futuro. Los trabajos de restauración, que se iniciaron en mayo de 2023, han culminado en 16 meses, en los que los técnicos y restauradores han extraído las pinturas al óleo sobre tela situadas en los paramentos y en una parte del techo del citado salón. Eran 24 pinturas de gran formato ubicadas en las paredes laterales y 45 obras de formato inferior ubicadas en los arcos del techo que suponían un total de 860 metros cuadrados de pintura. El proyecto se ha basado en recuperar, hasta donde ha sido posible, la arquitectura de Pere Blai y su estado renacentista original, tanto en la forma como en los materiales, por lo que una vez retiradas las pinturas de 1926 y 1927 se han priorizado las labores de limpieza, consolidación y recuperación del estuco original renacentista y la restauración de la policromía renacentista. En su día, las pinturas fueron realizadas encima de los murales que Prat de la Riba encargó a Joaquín Torres García . «El Departamento de la Presidencia ha iniciado un proyecto para retirar esta decoración pictórica de los años 1926 y 1927 así como el resto de elementos que desvirtúan la arquitectura renacentista original y que complementan esta decoración pictórica», explicó el ejecutivo en el informe justificativo del proyecto el año pasado. La decisión de retirar los murales emana del acuerdo de una comisión presidida en 2019 por Torra y respondía a cuestiones tanto ideológicas como estéticas. «Se exaltan valores guerreros, el orden estamental opuesto al parlamentarismo, la monarquía perenne y sagrada, el estado basado en el catolicismo como ordenador social, la lucha contra el Islam, así como un patriotismo bélico e imperial», concluyó la comisión. Otra de las razones que se adujeron era revertir «la desfiguración causada tanto por el despliegue extensivo de la pintura por encima de las superficies murales y bóvedas, como por el alta densidad de sus representaciones». «Su presencia deforma, oscurece y estorba en gran medida el reconocimiento de los valores plásticos que hacen de esta pieza el espacio arquitectónico de mayor valor, magnitud y significación del Renacimiento en Cataluña», destacó el mismo el informe. Por último, la Generalitat añadió la necesidad de «reparar y reconocer» la obra de Torres García. La intervención se ha alargado finalmente 16 meses y, en un principio, iba a contemplar la conservación y estudio de las pinturas murales retiradas así como la retirada y conversación «con las máximas garantías técnicas» de las pinturas sobre lienzo. En este sentido se prevé la conservación de dichos murales en unos cilindros especiales hechos a medida y, a medio-largo plazo, un plan de restauración de las pinturas para que puedan cederse a los museos e instituciones que estén interesados.

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