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Luis Miguel Villalpando, apoderado de Urdiales: «Diego tendrá que hacer un esfuerzo sobrehumano para torear en Bilbao»

Abc.es 

Este jueves resultó cogido Diego Urdiales en Azpeitia por el primer toro de Ana Romero mientras entraba a matar, prendiéndole el áspero animal por el pecho. Con el chaleco abierto y la taleguilla rota pasó Urdiales por su propio pie a la enfermería con evidentes síntomas de dolor al respirar, de la que no pudo salir a dar muerte al segundo toro de su lote. Se lo llevaron a San Sebastián para hacerle un estudio radiológico. Hablamos con Luis Miguel Villalpando, apoderado del diestro riojano, que nos confirma que tiene una costilla rota y tres fisuradas: «Está muy dolorido, y con un poco de falta de aire en los pulmones porque tienen la zona muy inflamada». Los médicos no han dado plazos de recuperación, pero sí han hablado de los cuarenta días de rigor: «Lo que recomiendan los médicos es reposo absoluto para que se vaya soldando». Diego ya ha pasado por esta situación en otras ocasiones «y ha llevado mes y pico». Tampoco quiere hablar de plazos el mentor de Urdiales, ya que es una zona complicada, porque «en cualquier movimiento duele muchísimo. Entonces esto es ir un poco día a día, y según se vaya encontrando, iremos viendo». Decía Antoñete que si de una herida te curas en unos días, un hueso roto te tiene en el dique seco más tiempo. Igual opina Villalpando: «Las cornadas las afrontas de una manera diferente, pero el hueso es otra cosa. Es muy delicado, muy complicado, muy duradero y además muy doloroso». Que haya ocurrido el 1 de agosto supone un contratiempo para la temporada de Diego, que este año celebra sus bodas de plata como matador de toros, pero no pierden la esperanza. Torearía en quince días en Dax -plaza en la que tomó la alternativa, y en veintidós en Bilbao -donde tiene tantos partidarios-, dos sitios claves para el de Arnedo: «Él está con ilusión de llegar». La capacidad de aguantar el dolor de los toreros es especial, aunque hay que actuar con cautela: «Pondrá de su parte mucho seguro, pero las circunstancias son las que son. No es lo mismo estar entrenando y pensando nada más que en eso, que estar parado y afrontar esas ferias de esa responsabilidad». Ese es un plus añadido, pero el torero quiere hacer ese esfuerzo, «aunque es un poco sobrehumano, porque le duele mucho».Seguramente lo consiga, porque de personas sobrehumanas estamos hablando cuando se trata de toreros.

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