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Un acto de respeto, goce y disfrute

Fue en 2001 cuando Eusebio Leal Spengler, acompañado de su inseparable equipo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, diseñó la primera edición del proyecto Rutas y Andares con el propósito de acercar a la familia al patrimonio histórico-cultural de la urbe. La idea original era ofrecer visitas libres a museos a las que se les llamó Rutas.

Pero fue tan gratamente acogida esta suerte de magistral clase de historia, cultura, patrimonio e identidad, en tiempo real, al aire libre, andando por sí mismos los sitios, las esquinas, que aquellos primeros visitantes no se conformaron, solicitaron más y pidieron que los condujera en sus recorridos el mismo conocimiento y amor que Leal ya había despertado en su siempre memorable programa televisivo Andar La Habana. Así, en el 2002 se crearon los Andares, visitas de recorrido por un entorno, durante las cuales los públicos interactúan con un guía.

Hoy, en una nueva edición, Rutas y Andares no deja de convocar, seducir, atrapar… Quienes entonces acompañaron al eterno Historiador de la Ciudad, los que llegaron después, su equipo todo de la Oficina, la red de museos, instituciones y organismos que acogieron con entusiasmo y profesionalidad la apuesta de poner en movimiento un programa público para el disfrute de la familia, como una opción dentro del programa de actividades para los meses de julio y agosto, siguen en movimiento. Eusebio, su creador, no está pero está. Su proyecto se ha superado con creces y devino propuesta que, por su dimensión y variedad, resulta verdaderamente una acción integral, sana, inteligente para recrearse…

Fiesta dedicada a Carpentier

Así, el 6 de julio último hubo un adelanto, con una feria de propuestas en la Plaza Vieja, donde las personas supieron de las propuestas de las diferentes instituciones para la actual temporada. Allí no pocos adquirieron los tickets para las Rutas y los Andares de este 2024, y otros lo hacen ahora mismo para andar la Ciudad Maravilla hasta el próximo 31 de agosto.

Al decir de sus organizadores, Rutas y Andares resulta esta vez una fiesta de las columnas dedicada a Alejo Carpentier en ocasión del aniversario 120 de su natalicio. Así, con lo real maravilloso de su escritura, nos han invitado a caminar «cada viernes por espacios que aluden a las visiones carpenterianas sobre lo afrocubano, lo real maravilloso, la música, las artes escénicas, entre otras zonas de su creación».

Miles de familias han conocido mucho mejor el patrimonio de la Ciudad Maravilla. Fotos: Néstor Martí

Es también una celebración adelantada del aniversario 505 de la fundación de la ciudad, que se concreta cada jueves con la visita a obras constructivas en plena ejecución.

«Proyectistas e inversionistas ofrecerán detalles del proceso restaurador y de los principales usos que tendrán los inmuebles rescatados. Estos caminos en vías de transformación nos conducirán a diferentes consejos populares de La Habana Vieja, esta vez de la mano de los adolescentes del Centro A+ que realizarán acciones en las comunidades de Belén, Santo Ángel y Campeche», resaltan desde la Dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

En esta ocasión, teniendo en cuenta los intereses de los públicos y de las diferentes instituciones de la Oficina del Historiador, diseñaron «una diversidad de andares que cada miércoles incluirán miradas a la arqueología, la digitalización de documentos, la conservación de los bienes muebles, los proyectos de género y la cultura del placer expresada en algunos productos que distinguen nuestra idiosincrasia.

«Los museos conectarán sus colecciones en cuatro rutas que discursarán sobre los ambientes coloniales y sus muebles, las ceremonias y tradiciones festivas de países y regiones, las guerras de independencia cubanas y la evolución de los medios de transporte», refieren en los diferentes soportes comunicativos de Rutas y Andares 2024.

Para los jóvenes trabajamos

Según La Papeleta, al dar a conocer el programa para este verano, la Dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana presentó como uno de los atractivos las propuestas de arquitectura, literatura, patrimonio documental y la cuarta parte de la Ruta Especial por el Sistema Defensivo de La Habana Colonial, ahora con modelación en 3D y otros recursos tecnológicos que permitirán admirar edificaciones de la arquitectura militar, muchas de las cuales ya no existen físicamente.

Y como ha sido desde los comienzos, les dedican especial atención a los niños, adolescentes y jóvenes, no solo como destinatarios de sus productos, sino también como protagonistas. Los talleres de verano son, sin duda, los más conocidos por este segmento de población.

De tal suerte, regresan no solo para niños y niñas, adolescentes, jóvenes, sino también para adultos y personas adultas mayores. Cerca de 90 talleres están programados en los meses de julio y agosto, y a petición de las familias, se incorporan opciones para infantes menores de seis años. Entre las temáticas se destacan danza, fotografía, realización audiovisual, robótica, modelaje, lengua de señas, manualidades y medio ambiente, entre otras.

Vale referir, además, que del lunes 19 al viernes 23 de agosto, en el Centro Hispanoamericano de Cultura, se realiza el taller PaseArte por la Arquitectura, con motivo del centenario del edificio Las Cariátides y el aniversario 120 del natalicio de Alejo Carpentier, autor del ensayo La ciudad de las columnas. Que conozcan los íconos de la arquitectura universal y colonial cubana, mediante recorridos virtuales, juegos didácticos y confección de maquetas, es su principal propósito.

También regresa Andar infantil Somos Uno, un espacio de inclusión social, que ha permitido que infantes y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad tengan su paseo de verano. En esta ocasión, infantes y adolescentes que padecen de xeroderma pigmentosa (XP) y otras enfermedades con necesidades especiales de fotoprotección o consideradas raras, disfrutarán de una exhibición de autos clásicos y un recorrido nocturno por el Centro Histórico.

Los integrantes de los clubes de Autos Clásicos y Antiguos de La Habana y el patrocinio del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) La moneda cubana acompañan a la Oficina del Historiador en este loable empeño. Y no faltará tampoco Ruta Joven, diseñada para que el público juvenil descubra el entorno patrimonial que le rodea.

Es posible distraerse y aprender

«El gran valor innovador de la idea es demostrar que es posible ofrecer una distracción sana y con valores educativos de manera novedosa», dijo Eusebio a Juventud Rebelde en el 2007.

Y así sigue siendo. Adentrarse en las Rutas y Andares que se propusieron en esta edición confirma que a La Habana hay que olerla, sentirla, escucharla, tocarla, degustarla… Hay que dejarse llevar por ese viaje feliz que significa aprender y aprehender de su arquitectura, de su diversidad, del constante ir y venir de su gente y de quienes, venidos de otros sitios de la geografía nacional y mundial, se juntan en una suerte de convite de historia, cultura, idiosincrasia… puro y auténtico aprendizaje de qué, cómo, cuándo y quiénes habitaron, construyeron, transformaron, aportaron al espacio vital que no por casualidad es Patrimonio de la Humanidad.

Fotos: Néstor Martí

Es una aventura, es un descubrimiento, es un disfrute. De saberes y emociones. De sentimientos, de compromiso y convivencia armoniosa con la historia de siglos atrapada entre los muros de la Ciudad. Y nos da de muy diversas maneras la oportunidad de encontrarnos, de crecer y de ser mejores, habaneros, cubanos, universales.

«Nuestro propósito es insertar a la familia cubana en una experiencia que permite el intercambio intergeneracional, creando de esta manera un nuevo espacio para la interacción; lograr que la familia también descubra el Centro Histórico que transita cotidianamente desde una perspectiva atractiva y diferente», dijo también al diario.

Y para lograr tan noble y hermoso propósito, hombres y mujeres, entre quienes asoma más de un rostro joven, se encargan de ofrecer, enseñar, compartir la mayor cantidad de información posible sobre los museos —y todo lo que en sus salas se resguarda— que se visitan durante las Rutas y lo que a su paso encuentran cuando los Andares los lleva a desandar esas calles adoquinadas que no dejan de estremecer.

Es la tropa de Eusebio, su equipo de trabajo, incondicional y leal a su espíritu y vocación de servir, con un altísimo nivel de conocimientos y preparación, devenidos excelentes comunicadores para dialogar con visitantes de todas las edades y satisfacer las expectativas del más exigente.

Sin duda, un gran desafío que impone además creatividad y renovación constantes. Porque se trata de acercar a las familias, a los niños, adolescentes y jóvenes, a adultos mayores, a personas en situación de discapacidad, al patrimonio, a la historia, la cultura, la identidad. Que en los paseos aprendan recreándose, descubran disfrutando, y amen y respeten más su ciudad, su país.

En estos tiempos de «inquietante colonización cultural», al decir del destacado intelectual Abel Prieto Jiménez, Rutas y Andares no es solo un proyecto de verano que saca de sus gabinetes a arquitectos, historiadores, artistas de diversas manifestaciones, arqueólogos, museólogos, investigadores socioculturales, comunicadores, promotores culturales y guías para ponerlos en contacto directo con los diferentes públicos que hacen de su verano una ruta o un andar para tocar con las manos un pedazo de historia.

Con Rutas y Andares se promocionan y comparten las raíces, de dónde venimos, quiénes somos, cómo hemos llegado hasta aquí, por qué debemos saber y proteger ese árbol, esa piedra, esa escultura, esos muebles, las ceremonias y tradiciones festivas, los objetos y documentos vinculados con las plantas, los animales, el medioambiente, las artes y las letras, lo restaurado y rehabilitado, y lo nuevo que se edifica…

Como lo definió su propio creador, «Rutas y Andares es parte de una proyección que tiene que ver con la vida participativa de los ciudadanos en la cultura de su país, y fundamentalmente de los habaneros. Yo creo que hay que unirse a esa campaña por el adecentamiento de las costumbres públicas que sale precisamente del disfrute por parte de todos del conocimiento de cada cosa, de cada rincón, de cada sitio; lo cual conlleva un acto de respeto, de goce y disfrute».

La visita a cada lugar es una lección de historia y cultura y, al mismo tiempo, una opción de disfrute. Foto: Tomada del sitio web de Habana Radio.

Ojalá tengamos Rutas y Andares en otras provincias del país, un anhelo expreso y público del fundador del proyecto, nuestro querido Eusebio Leal. Mientras tanto, agosto reserva a los niños, adolescentes y jóvenes habaneros, acompañados de sus padres, abuelos o vecinos, más de una travesía mágica por la ciudad de antaño. Es una excelente manera de conocer mejor nuestra ciudad, camino al aniversario 505 de su fundación.

Lo que la familia debe saber

Un Ticket Único dará acceso a las personas adultas a todas las opciones del proyecto. Para los niños y niñas de hasta 12 años la entrada es gratuita. Estos tickets estarán a la venta en los Museos de la Ciudad y de Arte Colonial, el Convento de San Francisco de Asís y la Quinta de los Molinos. Se realizará también venta online a través de la aplicación La Papeleta (www.lapapeleta.cu).

Al inicio de cada recorrido, el guía deberá firmar el Ticket Único en la modalidad correspondiente, con la fecha en que se realiza. Los recorridos marcados con asterisco (*) tienen servicio de interpretación para personas sordas, gracias al proyecto Cultura entre las Manos.

Deben conservar el Ticket Único para avalar su condición de Familia Rutas y Andares. Para mayor información, llamar al teléfono 7 8018147 o consultar la página de Facebook del Programa Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

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