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El hielo de Groenlandia ya se derritió en el pasado y los científicos avisan: «No compre una casa en la playa»

Abc.es 

El futuro de Groenlandia es cada vez menos blanco y más verde, mucho más verde incluso de lo que se pensaba hasta ahora. Un nuevo estudio, en efecto, acaba de proporcionar la primera evidencia directa de que también el centro, y no solo los bordes de la capa de hielo de la isla, puede derretirse. Algo que ya sucedió en el pasado geológico reciente cuando Groenlandia, libre de hielo, se convirtió en un verde paisaje de tundra. El trabajo, dirigido por Paul Bierman y Halley Mastro, ambos de la Universidad de Vermont y en el que han participado otros nueve investigadores, se acaba de publicar en ' Proceedings of the National Academy of Sciences '. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores volvieron a examinar los últimos centímetros de sedimento del fondo de un núcleo de hielo de más de 3 kilómetros de profundidad (llamado GISP2), extraído en el mismo centro de Groenlandia en 1993 y mantenido desde entonces en una instalación de almacenamiento en Colorado. Y el análisis reveló una sorpresa: un suelo en el que había restos de madera de sauce, partes de insectos, hongos e incluso una semilla de amapola en perfectas condiciones. «Los fósiles son hermosos, pero revelan que vamos de mal en peor», dice Bierman refiriéndose al impacto del cambio climático en el derretimiento de la capa helada de Groenlandia. El estudio, en efecto, confirma que el hielo se derritió allí por completo en el último millón de años, dejando una isla verde y revelando un hecho preocupante en extremo: la enorme capa helada que cubre Groenlandia es mucho más frágil de lo que los científicos habían imaginado. Para Bierman, si el hielo del centro de la isla se derritió, está claro que también la mayor parte del resto siguió el mismo camino, «y probablemente durante muchos miles de años», tiempo suficiente para que se forme el suelo y en él arraigue todo un ecosistema. Unos resultados que, según los investigadores, constituyen una seria advertencia de lo que podría pasar si seguimos calentando el clima. «Mire Boston, Nueva York, Miami, Mumbai -dice Bierman- o elija su ciudad costera preferida del mundo y aumente en más de seis metros el nivel del mar. Todas se irán bajo el agua. No compre una casa en la playa». Hace ocho años, en 2016, el investigador Joerg Schaefer, de la Universidad de Columbia, se puso al frente de un equipo que analizó rocas del mismo núcleo de hielo de 1993 (GISP2) y publicó un controvertido estudio que sugería que la actual capa de hielo de Groenlandia no podía tener más de 1,1 millones de años; que hubo largos períodos sin hielo durante el Pleistoceno (el período geológico que comenzó hace 2,7 millones de años); y que si el hielo efectivamente se derritió GISP2, entonces el 90% del resto de Groenlandia también tuvo que derretirse. El trabajo fue un paso importante para revertir la vieja idea de que Groenlandia es una fortaleza de hielo virtualmente indestructible, congelada durante millones de años e inmune a los cambios climáticos. Pero entonces, en 2019, Paul Bierman y su equipo decidieron reexaminar otro antiguo núcleo helado, esta vez extraído en Camp Century, cerca de la costa de Groenlandia, en la década de 1960. Y quedaron atónitos al descubrir ramitas, semillas y partes de insectos en el fondo de ese núcleo, lo que reveló que, por lo menos allí, en los bordes de la cubierta helada, el hielo se había derretido en los últimos 416.000 años. En otras palabras, los muros de la supuesta fortaleza de hielo groenlandesa habían fallado mucho más recientemente de lo que nadie se hubiera atrevido a pensar. El paso siguiente es el estudio actual. Si el hielo se derritió por completo en los bordes costeros hace poco más de 400.000 años, se preguntó Bierman, ¿qué sucedió al mismo tiempo en el centro de la masa helada, en la base de GISP2? Aunque el hielo y la roca en ese núcleo se habían estudiado exhaustivamente, «nadie había mirado los 3 centímetros del fondo para ver si eran de tierra y si contenían restos de plantas o insectos», recuerda el investigador. Los resultados obtenidos ahora por Bierman y su equipo confirman que la hipótesis de 2016 de una 'Groenlandia frágil' es correcta. Y que, a pesar de los más de 3 kilómetros de profundidad de la capa de hielo, hace relativamente poco que la isla fue lo bastante cálida durante el tiempo suficiente para que se estableciera todo un ecosistema de tundra. Un hallazgo que no ha hecho más que aumentar los motivos de preocupación. «Ahora tenemos evidencia directa de que no sólo desapareció el hielo, sino que allí vivían plantas e insectos -dice Bierman-. Y eso es incuestionable. No es necesario depender de cálculos o modelos».

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