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Confianza en la Junta para que en 2025 el lince ibérico vuelva a Castilla y León

Abc.es 

Hubo un tiempo, allá hasta la década de los 80 del pasado siglo, en el que también por tierras de Castilla y León campaba el lince. Sí, el gran felino en peligro de extinción de la Península Ibérica del que hace apenas veinte años quedaba un reducto de menos de cien ejemplares al sur peninsular, pero que puede volver a 'colonizar' tierras más al norte. Al menos en eso trabaja la Junta, para que el sueño se haga realidad y la especie se sume al amplio catálogo de fauna silvestre que aquí habita. Ya hay inclus o terrenos seleccionados para esa ansiada reintroducción: el Cerrato, en la provincia de Palencia, y los Cañones del Duero , en la de Zamora. Dos localizaciones escogidas entre las trece valoradas inicialmente durante los trabajos realizados en 2022 y 2023 y que suman unas 10.000 hectáreas. Se han elegido teniendo en cuenta que son las que mejor cumplen los criterios para que este mamífero llegue, viva y se reproduzca. Así, su entorno natural con árboles y matorrales y la elevada cantidad de conejos, que sirvan de presa al felino, han sido clave. Durante este mes y septiembre, la Junta tiene previsto finalizar la ejecución de los trabajos preparatorios, en los que una de las claves es buscar la aceptación social, ya que requiere acuerdos de colaboración con los propietarios de modo «que no sea una limitación». También, evaluar los riesgos de atropellos en las carreteras, otras causas de mortalidad no natural o prevalencia de enfermedades en las especies con las que cohabitará, con el objetivo de este año estén finalizados. Y que en 2025, apuntó el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, se adopte la decisión dentro del proyecto nacional Life LynxConnect en el que se enmarca esta iniciativa y que también puedan producirse las primeras reintroducciones del felino. «Es una oportunidad para Castilla y León», destacó Suárez-Quiñones, quien precisamente se reunió ayer en Astudillo (Palencia) con alcaldes de la zona del Cerrato para abordar sus dudas, además de visitar el enclave natural en el que se han fijado para que el lince se instale. «Es un proyecto irrenunciable», valoró «encantado» el alcalde de Astudillo, Luis Santos, quien sostuvo que era «muy difícil decir 'no'» a esta iniciativa que, eso sí, genera «inquietudes en algunos sectores» que ayer trataron de abordar en una jornada también con la participación de técnicos de Medio Ambiente. De hecho, quieren «buscar el consenso» entre propietarios de los terrenos, cazadores, agricultores, ganaderos..., reconoció el consejero, quien señaló que las principales dudas tienen que ver sobre todo con cómo puede afectar a la convivencia con otras especies, a la actividad cinegética o a proyectos de renovables. Pero, señaló, sobre la ganadería tiene «poca incidencia» y en el espacio natural «introduce un depredador» de especies con sobreabundancia y que generan problemas, como el meloncillo o el conejo. Suma «un elemento más a la cadena trófica», valoró, además de resaltar los «beneficios» para la mejora de otras en situación más tocada, como la perdiz. Sin olvidar, coincidieron el alcalde y el consejero, la actividad generada en torno al turismo de naturaleza que atrae la especie, como se ha demostrado donde está. Además del «orgullo» de que una «especie tan amenazada» vuelva a encontrar en Castilla y León su hábitat y contribuya a aumentar la todavía «insuficiente» población de lince ibérico, pese al «esfuerzo por la ampliación» del animal llevado a cabo en las últimas décadas. Y es que los aproximadamente dos millares de ejemplares del último censo no garantizan a largo plazo la continuidad de esta especie que estuvo al borde del abismo de la extinción. Estudios recientes apunta a que para garantizar esa continuidad sería necesario un incremento de las subpoblaciones de entre el 50 y el 200 por ciento, además de la creación de ochos nuevas áreas con alto potencial de crecimiento. Y ahí se posiciona Castilla y León, dentro de una estrategia a nivel nacional, con las dos áreas seleccionadas, «totalmente compatibles» para la pretendida reintroducción del lince ibérico, aseguró el consejero. Este proyecto, añadió, lleva también aparejadas unas inversiones de mejoras en el territorio que 'allanen' el terreno a la llegada del felino. En total, la Junta prevé destinar más de 1,9 millones de euros entre equipos técnicos, infraestructuras y mejoras de espacios. Para comenzar, un millón a adecuación ya previstas de hábitats, a la vez estudia acciones que contribuyan a reducir la mortalidad no natural por atropellos o ahogamientos en canales de riego. También ya piensa en el suministro de collares GPS de ejemplares y los recintos de aclimatación o presuelta, pues las primeras liberaciones suelen pasar previamente un mes en espacios acotados en el propio monte.

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