Atraco, con porras de AMLO y de los Taddei
El presidente López Obrador y la familia Taddei hacen apología de un negocio oscuro con energías limpias en Sonora, que beneficia a un empresario amigo y le cuesta al erario más de mil 500 millones de dólares.
Se construyó en Puerto Peñasco, Sonora, una planta solar generadora de energía eléctrica con capacidad de mil megawatts, que ciertamente es bastante.
Pero el costo promedio por megawatt instalado es de 800 dólares, y en la fotovoltaica de Puerto Peñasco se elevó a mil 600 dólares.
La planta que presumen AMLO, los Taddei y el gobernador de Sonora, debió costar 800 millones de dólares y saldrá en el doble: mil 600 millones de dólares.
Y no debió hacerse ahí.
¿Por qué el sobreprecio?
¿Por qué en un lugar que no se necesita?
Detrás de una anomalía siempre hay un negocio obscuro, y este caso no parece ser la excepción.
El gobernador Durazo explica el costo con el argumento de que la planta tiene baterías que absorben las variaciones (rampeo) en la generación de electricidad y garantizan el flujo constante de energía, aunque pasen nubes.
Pero las baterías ya vienen en todas las plantas solares.
No va por ahí.
Dicen que “conectará al norte con el sur”. No es así. La línea de transmisión actual, que llega de Puerto Peñasco a Hermosillo, es una línea vieja, de poca capacidad, que no resiste mil megawatts. No va por ahí.
Argumentan que la planta de mil magawatts exportará energía limpia a California porque está conectada con Mexicali y esa ciudad fronteriza tiene una línea de transmisión a Estados Unidos, lo cual es cierto.
Sin embargo, California sólo acepta como energía limpia la que viene por líneas de transmisión dedicadas exclusivamente a ellas, sin que transporte otras que son contaminantes. Así es que podrán exportar energía, pero se las comprarán a precio chatarra. No va por ahí.
Y si la planta de Puerto Peñasco la pusieron (al doble de su costo) para exportar energía desde Mexicali, ¿por qué no la instalaron en Mexicali? El Sol pega igual de fuerte en los dos sitios. Tampoco va por ahí.
Si la fotovoltaica de Puerto Peñasco era para dar energía solar a ciudades pequeñas o medianas de la región, ¿por qué hicieron una de mil megawatts y no 10 de 100 megawatts, junto a los centros de consumo?
O ¿por qué en Puerto Peñasco, y no junto a Hermosillo, Ciudad Obregón, Caborca o Empalme?
Pusieron una planta de mil megawatts, que puede iluminar 560 mil hogares, en un lugar donde sólo viven 62 mil 689 personas: Puerto Peñasco.
El gobierno dice que el dueño de Vidanta, Daniel Chávez Morán, regaló 2 mil hectáreas para instalar la fotovoltaica en Puerto Peñasco. ¿Cuánto vale la tierra en el desierto? Casi nada, o nada.
Chávez Morán, uno de los empresarios favoritos del presidente López Obrador, tiene un extraordinario complejo turístico en Puerto Peñasco.
De tal suerte que el dueño de Vidanta regaló terreno casi sin valor para que el gobierno le ponga una planta generadora limpia y barata que abastecerá de aquí a la eternidad a sus hoteles y a los que desee poner más adelante.
¿El costo? Mil 600 millones de dólares, en lugar de 800 millones.
O más de mil 600 millones de dólares, para darle luz barata a los negocios del amigo del Presidente.
No lo sabemos y no es de extrañar: el Presidente da a conocer –de manera ilegal– cuánto gana un periodista, pero guarda con llave y por 10 o 15 años los costos de la refinería Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles o el Tren Maya.
Cierto, en el pasado también había corrupción.
Pero la corrupción del pasado ya la conocemos.
Falta por conocer la corrupción de estos seis años, que por las cifras que se manejan y la celosía con que se ocultan los gastos, es la peor de la historia de México.
El Presidente y la familia Taddei se enorgullecen de esta obra sucia con energías limpias.
Cuando AMLO nombró al sobrino de Guadalupe Taddei –presidenta del INE– como director de la recién creada empresa paraestatal LitioMx, en agosto de 2022, dijo:
“(Hay que) aprovechar que ya se construye la planta de generación solar en Puerto Peñasco (…) se busca la posibilidad de crear dos o tres más y tender la línea de transmisión a Baja California para interconectar prácticamente todo el país”.
Y cuando el Presidente inauguró la primera fase de la planta fotovoltaica, la sobrina de Guadalupe Taddei, la diputada morenista Celeste Taddei, publicó en sus redes sociales que “la planta de Puerto Peñasco será la más grande de América del Norte y la quinta a nivel mundial. Con energía limpia se abastecerán 60 mil hogares. Y aún hay quienes dicen que a la 4T no le importa el medio ambiente”. (18 febrero 2023).
La semana pasada, López Obrador se volvió a adornar con los “logros” de su gobierno:
“Se construyó la segunda etapa de la planta fotovoltaica en Sonora, en Peñasco. Esta planta va a ser la más grande de América, la planta fotovoltaica. Y no había red de transmisión, no tenía Baja California, no estaba conectada a todo el sistema de transmisión del país. Y fue una obra importantísima de 200 kilómetros por el desierto, y ya se concluyó. Una gran obra”.
Pamplinas.
Un gran negocio privado que se paga con dinero público. Al doble del costo promedio: mil 600 millones de dólares.
O más.