Vendedores de humo en la montaña
El sábado pasado, ahíto de alegría llegué sobre las 17.00 ¡uf! Necesitaba desesperadamente meterme entre pecho y espalda una jarra bien fría de cerveza. Entré en el refugio de Respomuso (Sallent de Gállego). Me acerqué a la barra y un señor me preguntó qué quería. Yo se lo cité y delante de mí me puso una jarra de cerveza con tres dedos de espuma.